Cómo es el drástico “paquetazo” de ajuste que anunció el gobierno de Cuba y que hará disparar los precios en la isla
El presidente Miguel Díaz-Canel se anticipó a las críticas y afirmó que no se trata de un “parque neoliberal contra el pueblo”; se prevé un fuerte impacto en el nivel de vida de una sociedad ya muy golpeada
- 5 minutos de lectura'
BOGOTÁ.- Los cubanos se lanzaron a hacer filas, esa forma tan cubana de vivir, para comprar gasolina antes de que suban sus precios tras el “paquetazo” económico impuesto por el gobierno, descreídos de lo que aseguró de forma solemne su presidente, Miguel Díaz-Canel: “Las medidas anunciadas darán un salto necesario en la economía. Haremos más revolución y más socialismo”.
Salto necesario o salto al vacío, como temen los expertos económicos que analizan un paquete de medidas que amenaza con triturar unos bolsillos ya de por sí muy castigados. El gobierno ha anunciado un aumento de la luz, el gas, el agua, el transporte público y el combustible -que ya no estará subsidiado-, además de nuevos recortes a la escuálida cartilla de racionamiento. También se congelarán y ajustarán las plantillas estatales. Todo, en el marco de una contracción de la economía de entre 1% y 2% en 2023, y una inflación del 30% anual, según el ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández.
Pese a la evidencia, Díaz-Canel endureció su tono caribeño, sabedor de cuáles iban a ser las críticas. “Para nada existe un paquete neoliberal contra el pueblo y una cruzada contra las mipymes (micros, pequeñas y medianas empresas) y la eliminación de la canasta básica, como dirá la contrarrevolución. Están poniendo las matrices en las redes sociales”, subrayó el mandatario.
La realidad, como casi siempre en la isla, salta a la vista, incluso reconocida desde el gobierno. La famosa Tarea de Ordenamiento ha fracasado (“no ha alcanzado sus metas”) y es sustituida ahora por un supuesto programa de estabilización macroeconómica, “un saco de acciones que rebasan la política macroeconómica”, advierte el economista Pedro Monreal, quien lo define como “un paquete de austeridad, donde no se aprecia un plan concreto para dinamizar la economía. Hay anuncios generales en diversos ámbitos, pero un alto porcentaje de las medidas concretas son alzas de precios y tarifas que afectan el nivel de vida”.
¿Forma parte este paquetazo entonces de la transición económica que diseñan los rusos para sus aliados cubanos? “La realidad cubana es superior a los planes económicos rusos. Sin economía de mercado, la aconsejada por los economistas rusos del Instituto Stolipin, no habrá salida a la crisis. Aunque van desmantelando con mucha lentitud la economía planificada de Fidel Castro, sin anunciarlo, la producción no existe, las remesas disminuyen, los precios mundiales de los productos que necesitan suben y de los que venden los precios bajan. Entre los deseos de crear mipymes y de controlarlas, se ahogan”, profundiza para LA NACION el historiador Álvaro Alba, uno de los primeros en desvelar que los rusos habían regresado a la isla con el reto de planificar su transición hacia una economía de mercado eficiente bajo control estatal, cuando la isla se debate en medio de su perpetua crisis socioeconómica.
Una crisis que no ha dejado de profundizarse. “Casi medio millón de cubanos dejaron la isla en 2023 y ni siquiera así hay huevos para poner en los mercados. Bien caótico está el país cuando se anuncia la llegada de un barco con arroz o chicharros a puerto como titular de prensa”, precisó Alba.
El plan de la revolución pasa ahora por “celebrar” el 65 aniversario de la revolución con la “toma del control” del mercado cambiario desde enero. El primer ministro, Manuel Marrero, lo explicó a duras penas ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, con palabras muy parecidas a las empleadas durante años por Nicolás Maduro para culpar de las subidas frenéticas del dólar a una página web (Dólar Today) que publicaba las turbulencias cambiarias.
“Tenemos que poner fin a esa práctica de que desde otro país, desde una PC, se ponga la tasa de cambio especulativa para este país”, justificó el primer ministro para adelantar la subida de la tasa actual de 24 pesos por un dólar.
“La parte relativa a la tasa de cambio parece delirante”, advierte el economista Monreal. “Expresa una noción rudimentaria de su funcionamiento y proyecta una visión utópica de redimensionamiento del mercado cambiario en medio de la aguda escasez de reservas de divisas del país”, sentenció.
La realidad es que en el mercado negro, el billete estadounidense se vende a 280 pesos en la actualidad. Por muchos controles e imposiciones que promueva el gobierno, la crisis económica y el déficit fiscal imposibilitan que la tasa de cambio se estabilice.