Cómo el 2021 marcó el desmantelamiento de la democracia en Hong Kong
China multiplicó los ataques a opositores, a la prensa y a activistas de la excolonia británica;
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HONG KONG.– Se termina 2021 y se lleva los últimos rastros de democracia que quedaban en Hong Kong. Anteayer, un medio de prensa abiertamente prodemocrático –uno de los únicos que quedan en la ciudad– cerró después de una redada policial. A principios de diciembre, la oposición fue excluida de las elecciones por la aplicación de una nueva ley que somete a todos los candidatos a una prueba de lealtad. Y también fueron retirados todos los monumentos recordatorios de la masacre de la Plaza Tiananmen, de 1989.
“Si bien antes Hong Kong permitía las críticas y el cuestionamiento a la legitimidad y las políticas centrales del gobierno, ahora todo debate político importante se dará en el seno de un pequeño círculo de incondicionales del gobierno”, señaló Kurt Tong, socio de la consultora The Asia Group y excónsul general de Estados Unidos para Hong Kong y Macao.
Los días en que la excolonia británica era considerada un bastión de la libertad se pierden en el olvido. Tras ser devuelta a China, en 1997, Hong Kong sufrió un torpedeo sistemático de su sistema político y de la disidencia opositora. Las autoridades siempre quisieron sofocar ese sentimiento contra el gobierno que hizo eclosión durante los meses de protestas callejeras en 2019.
El ejemplo más reciente es la redada en la sede de Stand News, un sitio de noticias prodemocrático. Durante el procedimiento fueron arrestadas siete personas –entre ellas, editores, exeditorores y cuatro exintegrantes del consejo editorial, incluida la popular cantante Denise Ho–, por presunta “sedición”, según una antigua ordenanza de la era colonial. Esa misma tarde, Stand News anunció que dejaba de funcionar.
Es el segundo medio de comunicación que cierra tras convertirse en blanco de las autoridades hongkonesas. A principios de 2021 también cerró el periódico Apple Daily, después de dos allanamientos de sus oficinas y de que el gobierno congeló sus cuentas y sus activos.
“En Hong Kong la democracia es objeto de un ataque sin cuartel desde hace más de un año”, dijo Luke de Pulford, coordinador de la Alianza Interparlamentaria sobre China, un grupo de legisladores de países democráticos centrados en las relaciones con China. “Ninguna democracia puede funcionar sin una prensa libre. Si no se puede publicar información crítica sobre el gobierno, entonces habrá que admitir que los últimos vestigios de democracia que había en Hong Kong o en China se han extinguido”, añadió.
En una serie de tuits, el activista hongkonés Nathan Law le pidió al mundo que “publique sobre lo que pasa en Hong Kong y sobre los valientes periodistas que arriesgan todo”. Law, que huyó a Londres cuando se implementó la ley de seguridad, dijo temer “un efecto dominó” que lleve al cierre de otros medios.
Poco queda del movimiento prodemocracia de Hong Kong. Más de 100 líderes y personalidades del movimiento han sido arrestados bajo la ley de seguridad, que penaliza acciones consideradas “secesionistas o subversivas” hacia los gobiernos de Hong Kong o China.
Eso incluye a 47 personas acusadas de subversión por su rol en la organización de elecciones primarias no oficiales que se celebraron en 2020 para elegir a los mejores candidatos para competir contra el oficialismo en las legislativas programadas.
Las autoridades los acusaron de subversión, con el argumento de que planeaban alzarse con la mayoría y usarla para paralizar al gobierno y finalmente forzar la renuncia de Carrie Lam, jefa ejecutiva de Hong Kong.
El gobierno pospuso las elecciones de 2020 aduciendo riesgo sanitario por el Covid-19. Pero a principios de 2021, Pekín anunció nuevas leyes electorales que redujeron a menos de una cuarta parte los escaños que se definen por elección directa, y que además exigen a todos los candidatos una prueba de lealtad a Pekín.
El resultado fue el esperable: a principios de este mes, cuando finalmente se llevaron a cabo las elecciones, los legisladores pro-Pekín obtuvieron una victoria aplastante. Por primera vez desde el traspaso de 1997, el Partido Demócrata, principal fuerza opositora de la ciudad, no presentó candidatos.
Este año también se disolvieron varios sindicatos y organizaciones prodemocráticas. El sindicato de maestros más grande de Hong Kong se disolvió en agosto debido al mal clima político, y el mayor sindicato independiente lo siguió poco después.
Otros activistas fueron arrestados por participar en protestas no autorizadas o en la vigilia anual con velas para conmemorar la masacre de Tiananmen, que está prohibida desde hace dos años. La mayoría de los activistas prodemocracia de la ciudad están tras las rejas o huyeron al extranjero.
A medida que se acercaba fin de año, varias obras de arte que conmemoraban la masacre de Tiananmen fueron retiradas de la ciudad. Dos días antes de Navidad, la Universidad de Hong Kong adujo “riesgos legales” para ordenar la remoción del monumento “Pilar de la vergüenza”, una representación de la pila de cadáveres de las víctimas de Tiananmen. Otras universidades siguieron su ejemplo, al eliminar las estatuas prodemocráticas o conmemorativas de aquella masacre.
Hace mucho que el Partido Comunista intenta borrar la imagen de Tiananmen de la memoria colectiva en China continental, donde los eventos conmemorativos están prohibidos desde hace tiempo. Ahora, en nombre de “restaurar la paz” de la ciudad, Pekín también parece decidido a hacer lo mismo en Hong Kong.
Zen Soo y Huizhong Wu
Agencia AP
Traducción de Jaime Arrambide
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