Más de 20.000 judíos huyeron a la ciudad más grande de China para escapar del Holocausto entre 1933 y 1941
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Es un símbolo que parece completamente fuera de lugar. En el centro de Shanghái, cerca de los reluciente rascacielos de la ciudad, vi un edificio de ladrillos desgastado por el tiempo adornado con una Estrella de David (símbolo del judaismo).
El emblema judío es lo suficientemente pequeño como para que pocos transeúntes lo noten, sin embargo, da testimonio de una de las historias más extraordinarias de la historia de la ciudad china. Y tuvo lugar aquí, en el barrio de Tilanqiao.
Para miles de personas asustadas en la década de 1930, esta metrópoli era casi su último recurso. La mayoría de los países y ciudades del planeta tenían la entrada restringida para los judíos que intentaban huir de la violenta persecución de la Alemania nazi.
Sin embargo, no Shanghái. Este oasis multicultural, que incluía a residentes británicos, franceses, estadounidenses y rusos, era uno de los pocos lugares en los que se garantizaba la aceptación de refugiados judíos, sin necesidad de visado. A pesar de que Shanghái se encuentra a más de 7.000 kilómetros de sus hogares en Alemania, Polonia y Austria, más de 20.000 judíos huyeron a la ciudad más grande de China para escapar del Holocausto entre 1933 y 1941.
La urbe no era solo un refugio seguro. También era una ciudad moderna con una comunidad establecida de judíos rusos, que una década antes habían construido la estructura que sostenía aquella Estrella de David en la sinagoga Ohel Moshe.
Inicios
Al principio, en los albores del Tercer Reich, la vida en Shanghái era pacífica para sus residentes más nuevos. Los refugiados judíos fueron recibidos por los residentes y crearon una comunidad fuerte con escuelas y una vida social activa. Algunos de los recién llegados comenzaron a trabajar como dentistas y médicos, mientras que otros montaron tiendas, cafés y clubes.
Pero lo que los refugiados no pudieron prever es que viajarían miles de kilómetros para encontrarse de repente en territorio del aliado más poderoso de los nazis. En 1941, Japón se apoderó de Shanghái. Actuando bajo coordinación con las fuerzas de Hitler, las tropas japonesas reunieron a todos los judíos de la ciudad y los confinaron en Tilanqiao.
Había nacido así el “gueto judío de Shanghái”.
Tilanqiao
Esta área alrededor del Parque Huoshan era el sitio del gueto judío. Tenía aproximadamente 2,5 kilómetros cuadrados de extensión y más de 15.000 judíos vivían dentro de esos límites a principios de la década de 1940.
El parque Huoshan sirvió como una especie de punto de encuentro donde se reunían muchos judíos durante el día. A diferencia de algunos de los guetos judíos en Europa en ese momento, Tilanqiao no quedó cercado. Pero era un lugar descuidado, según Dvir Bar-Gal, periodista israelí y experto en la historia judía de Shanghái, quien dirige giras por Tilanqiao desde 2002.
“Imagínese ser un médico, abogado o músico que vive en Viena y de repente está desempleado en el gueto de Shanghái”, dijo Bar-Gal. Añadió que “no era un lugar feliz, pero intentaron mantener la vida judía siguiendo sus costumbres asociadas al teatro y la música. Estaban ganando muy poco haciendo esto, pero Tilanqiao estaba prosperando con la vida judía en la década de 1930”.
Esta oscura historia se arremolinaba en los recuerdos de quienes se detienen frente a un letrero conmemorativo de piedra en el Parque Huoshan, un pequeño y sereno espacio verde con senderos que atraviesan una exuberante vegetación.
Si bien la historia judía de Tilanqiao atrae a un grupo de visitantes internacionales, esta área se mantiene alejada de la principal ruta turística de la ciudad.
La vida
Según Bar-Gal, incluso antes de la invasión japonesa, muchos refugiados judíos en Tilanqiao vivían en la pobreza en comparación con sus estilos de vida más cómodos en Europa. Y las condiciones empeoraron mucho después de que los soldados japoneses reunieron a los judíos de todo Shanghái y los obligaron a vivir dentro de las fronteras de ese gueto recién formado.
Se les prohibió salir del área, incluso para trabajar, a menos que recibieran permiso de los oficiales japoneses, lo que rara vez sucedía. Las enfermedades y la desnutrición Se multiplicaron en muchos de los hogares colectivos que estaban horriblemente superpoblados.
“Pasó de un vecindario pobre a un vecindario extremadamente pobre”, dijo Bar-Gal y agregó: “Mucha gente no tenía trabajo y vivía en viviendas con muchas otras camas y baños y cocinas comunes. No tenían privacidad y casi no tenían comida”.
Sobrevivieron
Aunque seis millones de judíos fueron asesinados durante el Holocausto y hasta 14 millones de soldados y civiles chinos murieron durante la guerra de su nación con Japón entre 1937 a 1945, la mayoría de los refugiados de Shanghái sobrevivieron. Esta notable hazaña fue descrita por el historiador David Kranzler, quien la bautizó como el “milagro de Shanghái”.
En 1945, cuando la Segunda Guerra Mundial terminó con la derrota de Japón y la Alemania nazi, las tropas niponas se retiraron y la mayoría de los judíos se fueron rápidamente, trasladándose a lugares como Estados Unidos, Australia y Canadá.
Pero lo que dicen los historiadores es que si Shanghái no hubiera acogido a estos refugiados en su momento, es posible que muchos de ellos no hubieran sobrevivido a los escuadrones de la muerte nazis.
Actualidad
En estos días, Tilanqiao es un barrio decididamente chino con apenas algunos residentes extranjeros. Menos de 2.000 judíos viven actualmente en la ciudad. Ninguno de ellos, hasta donde sabe el historiador Bar-Gal, son parientes de los judíos que alguna vez vivieron en lo que fue el gueto.
Pero muchos descendientes de aquellos que buscaron refugio en este lugar han visitado Tilanqiao. Saben que ellos tal vez no habrían nacido si no les abrían la puerta a sus padres o abuelos a Shanghái. Antes de la pandemia, Bar-Gal solía mostrar a los visitantes judíos dónde vivían sus antepasados, los edificios de poca altura y que ahora están casi en ruinas de Tilanqiao.
Extraña esta experiencia, ya que suspendió sus giras y se fue de Shanghái el año pasado debido al brote de coronavirus. Sin embargo, en su ausencia, la historia de este inusual gueto judío no se desvaneció gracias al museo de Refugiados Judíos de Shanghai, ubicado en los terrenos de la sinagoga Ohel Moshe.
Este lugar de culto funcionó como un centro comunitario durante la Segunda Guerra Mundial.
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