Una mansión en Punta del Este, una huida increíble y nexos con la Argentina: tras casi 30 años en América del Sur, “el rey de la cocaína” fue extraditado a Italia
Rocco Morabito, uno de los narcotraficantes más importantes del mundo y súperboss de la ‘ndrangheta, la poderosísima mafia calabresa, deberá cumplir una condena de 30 años de cárcel
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ROMA.- Regresó hoy a su tierra después de tres décadas prófugo Rocco Morabito, el segundo hombre más buscado de Italia después de Matteo Messina Denaro, el capo de todos los capos de la Cosa Nostra y uno de los máximos exponente de la poderosísima ‘ndrangheta, la mafia calabresa.
Considerado uno de los narcotraficantes más importantes del mundo y con un pasado en América Latina digno de novela policial, el “rey de la cocaína” llegó en la madrugada al aeropuerto romano de Ciampino extraditado desde Brasil. Allí había sido arrestado el 25 mayo de 2021 gracias a una operación conjunta del comando antimafia de los carabineros italianos, el FBI, la DEA y la policía federal brasileña.
Nacido hace 55 años en Africo, provincia de Reggio Calabria, el superboss, que se consideraba un “intocable”, seguramente hubiera preferido quedarse en una cárcel uruguaya. En 2019, en efecto, gracias a sus influencias y contactos había logrado escapar de una cárcel de Montevideo, luego de corromper a algunos guardias y justo días antes de ser extraditado a Italia.
Morabito, que deberá cumplir una condena de 30 años de cárcel por tráfico internacional de estupefacientes, comenzó su “carrera”, marcada por miles de identidades, en Milán. Conocido en el mundo de la noche y las fiestas de la juventud dorada de la capital económica de Italia, fue allí que comenzó a destacarse en el “business de familia”, el tráfico de droga. Uno de sus primos, Giuseppe Morabito, otro capo histórico de la ‘ndrangheta, fue arrestado en 2014 después de estar prófugo 12 años.
Su vida en América del Sur
Ya con un mandato de captura en la década del 90 Morabito, apodado “U Tamunga” –porque solía moverse en una 4x4 alemana marca Munga-, decidió esfumarse y desaparecer en América del Sur. Amante del lujo, primero recaló en Brasil junto a su histórica pareja, Paula María de Olivera Correia, angoleña naturalizada. y luego, en Uruguay. Allí, mientras seguía adelante con sus narconegocios, se ocultó detrás de la identidad falsa de Francisco Antonio Cappelletto Souza, supuestamente un empresario dedicado al import-export de soja y pasaporte brasileño. Mientras, en verdad, Morabito seguía manejando la importación a Italia de toneladas de cocaína desde su mansión con pileta del exclusivo barrio de Beverly Hills, en Punta del Este.
Todo iba bien hasta que “el rey de la cocaína” cometió un error: anotó a su hija en la escuela con su verdadero nombre, algo que desencadenó su captura en septiembre de 2017 en la capital uruguaya, después de 23 años de clandestinidad. Pero las rejas duraron poco. El 24 de junio de 2019 Morabito fue noticia al lograr evadirse de la cárcel central de Montevideo cavando un túnel junto a otros tres detenidos brasileños. Este escape también fue gracias a la ayuda de miembros del clan de los Bellocco, residente entre la Argentina y Uruguay.
Por esta fuga fueron investigados 15 agentes carcelarios y, un año más tarde, fue arrestado en la Argentina Ferdinando Sarago, también miembro de la ‘Ndrangheta. Sarago fue quien introdujo en la cárcel uruguaya la suma de 50.000 euros que sirvió para corromper a los agentes. Antes, estuvo en una comida en un restaurante de Puerto Madero junto a otro calabrés, Carmelo Aglioti, que días antes había hablado con el hermano de Morabito, según las investigaciones judiciales.
Esa rocambolesca huida, tal como recordó el diario La Repubblica, fue “limpia”. No hubo disparos y al parecer Morabito desde la cárcel alcanzó un supermercado cercano y, desde su techo, aterrizó en el departamento de una anciana, Elida Duarte. “Me aseguró que no me iba a hacer daño y me pidió las llaves de casa para poder salir de la puerta. Pobre, me dijo que tenía que irse rápido porque su hija estaba muy enferma”, contó en su momento la nonagenaria.
Después de su increíble huida de la cárcel uruguaya, el súpercapo logró desaparecer nuevamente de los radares. Con nexos en la criminalidad de América Latina, esta vez se trasladó a la localidad de Joao Pessoa, capital del Estado de Paraiba, en el norte de Brasil, donde manejaba un hotel de lujo. Fue allí que, gracias a la colaboración internacional, finalmente fue capturado en mayo de 2021.
Fuentes de prensa italianas subrayaron hoy que, hasta el final, se temió que la extradición de Morabito –una verdadera victoria para las fuerzas del orden italianas- se pudiera trabar, como ya había ocurrido en el pasado. Hace seis días, en efecto, el procedimiento se había bloqueado porque había aparecido un mandato de captura provisorio emitido en su contra en el estado de San Pablo. Exactamente lo mismo había sucedido en Uruguay años antes, algo que le había permitido al “rey de la cocaína” prolongar su detención en la cárcel de Montevideo y organizar su fuga digna de película.
Según uno de los mandos de los carabineros que logró dar con él, una de las personas más buscadas del mundo, Morabito –dueño de muchos narcosecretos-, representaba la “vanguardia” de la ‘ndrangheta. Como recordó el Corriere della Sera, al margen de ostentar escondites hipertecnológicos en su Calabria natal -un feudo que, sin embargo, siempre le quedó chico-, fue él uno de los primeros capos en insistir en la “apertura internacional” de los clanes. Ahora le espera la cárcel.
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