“Ciclón Meloni”. La Le Pen italiana que gana terreno en la derecha
ROMA.– El nuevo coronavirus trastocó todo. Si hace un año el hombre fuerte de Italia, en la cresta de la ola, era Matteo Salvini, el líder de la derechista Liga, entonces ministro del Interior y viceprimer ministro de un gobierno populista que él mismo en pleno agosto hizo caer, las cosas cambiaron dramáticamente.
La figura del verano es Giorgia Meloni, líder del partido de derecha Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia), una suerte de Marine Le Pen italiana y estrella en ascenso en el siempre agitado mundo político italiano.
Romana de 43 años y una carrera política plena sobre sus espaldas –a los 31 años se convirtió en una de las ministras más jóvenes del país, al frente del Ministerio de la Juventud–, Meloni en los últimos meses de pandemia fue creciendo, en detrimento de Salvini, que se hundió al decir primero una cosa y, poco después, todo lo contrario.
Tanto es así que, según una encuesta publicada ayer por el Corriere della Sera, su partido, Hermanos de Italia alcanzó el 18% de las preferencias –el mejor resultado de su historia–, posicionándose a tan solo cinco puntos de la Liga de Salvini. Un dato que llevó a algunos a hablar de "ciclón Giorgia" y que causó euforia entre sus simpatizantes.
Si bien la Liga, con 23,1%, aún es el primer partido de Italia, según el mismo sondeo, la formación de Salvini tuvo una caída estrepitosa con respecto al 34,3 % cosechado en las elecciones europeas de mayo de 2019.
Neofascismos
Nacida el 15 de enero de 1977 en Roma, Meloni, madre de una chica de cuatro años, ya a los 15 comenzó a militar en el Frente de la Juventud, organización juvenil del Movimiento Social Italiano-Derecha Nacional, agrupación post-fascista. Pasó luego a ser consejera de la provincia de Roma de Alianza Nacional, partido de derecha neofascista liderado por Gianfranco Fini, con el que en 2006 llegó a ser diputada e incluso vicepresidenta de la Cámara baja.
Años más tarde fue ministra de la Juventud en uno de los gobiernos de Silvio Berlusconi basado en la coalición del Pueblo de las Libertades, alianza que abandonó en 2012 para fundar un nuevo movimiento de derecha, Fratelli d’Italia, eslogan tomado de las primeras estrofas del himno nacional. Un partido pequeño, populista y euroescéptico del que fue candidata a alcaldesa de Roma años atrás, y que con tenacidad y coherencia ella lentamente llevó a jugar en ligas mayores.
En octubre del año pasado, en una gran manifestación de la derecha unida en la emblemática Plaza de San Juan de Letrán, compartió escenario con Salvini y Berlusconi. Entonces, hábil oradora, hasta ensombreció a sus socios con una arenga llena de pasión en favor de la familia tradicional, las raíces, la identidad y la patria.
"Yo soy Giorgia, soy una mujer, soy una madre, soy cristiana. ¡Nosotros defenderemos a Dios, a la patria y a la familia de la islamización, entiéndanlo!", gritó. Su discurso, que fue remixado en un intento de criticar sus posiciones, se convirtió en el "rap de Giorgia", un hit que se viralizó en las redes, haciendo crecer su popularidad.
"Hasta mis sobrinas lo bailaban. De golpe es como si el mundo se hubiera dado cuenta de las cosas que digo. Personas que no te escuchaban, ahora lo hacen", comentó.
Como Meloni es un animal político, el martes pasado, después de que la Comisión Europea acordó un fondo de recuperación de 750.000 millones de euros para resurgir de la pandemia –una victoria para el gobierno de Giuseppe Conte–, tuvo una reacción acorde al momento.
Con esa declaración se desmarcó de Salvini, que tildó al fondo de recuperación como una "trampa grande como una casa", pese a que Italia se llevará la mayor parte de la colosal suma puesta sobre la mesa: 209.000 millones de euros.
"Hermanos de Italia siempre antepone el interés de la nación ante el de la facción", dijo Meloni cuando las negociaciones de Bruselas estaban por desbloquearse. "Si Conte defiende los intereses del pueblo italiano nos encontrará de su lado", agregó en otra declaración que recibió elogios.
"Estas palabras le hacen honor", dijo Nicola Zingaretti, líder del Partido Democrático, de centroizquierda y al frente de una coalición de gobierno junto al Movimiento Cinco Estrellas.
"Es como si Meloni hubiera entendido que de vez en cuando uno es más creíble si elogia al adversario. Y que para convertirse en grandes y autónomos conviene mostrarse sabios", comentó Concetto Vecchio, analista de La Repubblica, y también subrayó que Salvini "perdió el toque mágico".
Lo cierto es que, así como la estrella de Meloni está en ascenso, también la de Conte sigue en alza, con un índice de aprobación que, también gracias a su rol en las arduas discusiones en Bruselas que dieron vida al fondo de recuperación, alcanzó el 61%, nunca tan alto. Aunque en Italia todo es fluido y nada es para siempre.
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