Cholima, la enigmática resistencia norcoreana en las sombras
El grupo salió a la luz en febrero cuando robó en la embajada del régimen en Madrid
PEKÍN.- La disidencia norcoreana denuncia los abusos de la dinastía Kim, ayuda a los que huyeron del país o envía panfletos en globos desde el otro lado del paralelo 38 esperando el golpe de viento adecuado. Acciones anodinas que no merecen titulares. El audaz robo en la embajada norcoreana de Madrid, sin embargo, ha empujado hacia los focos a una organización casi fantasmal. Cholima se reclama como el gobierno norcoreano provisional en el exilio y pretende derrocar a Kim Jong-un. Lo primero es falso y lo segundo es utópico, pero sirve de presentación.
La organización toma el nombre de un caballo alado de la mitología coreana que el régimen frecuenta. La economía avanzará a la velocidad de Cholima, repetía la propaganda oficial el último año. En su manifiesto, publicado el mes pasado, Cholima informó que preparaba "la fundación de una futura nación construida en el respeto de los principios de los derechos humanos, sosteniendo como sagrada la dignidad de cada mujer, hombre y niño". También aclaraba que el "régimen ilegítimo e inmoral" había matado de hambre, asesinado y torturado a su pueblo.
De Cholima se supo por primera vez en 2017, tras el envenenamiento en el aeropuerto de Kuala Lumpur de Kim Jong-nam, hermanastro del líder norcoreano. Se sabía que este había caído en desgracia. Su hijo apareció días después en una grabación colgada en el canal de YouTube de la organización. Se encontraba en un país seguro con su hermana y madre tras haber abandonado Macao. No se intuye fácil esa extracción urgente con la atención global sobre aquel asesinato con aroma de John Le Carré. El mes pasado, cuando empezó la fase oral del juicio, en la embajada norcoreana de la capital malasia aparecieron pintadas de "Corea del Norte libre" y "Abajo Kim Jong-un" con el símbolo de Cholima.
Madrid les dio fama, probablemente a su pesar. Fue el 22 de febrero. Una decena de hombres de negro y armados entraron en la embajada norcoreana a la fuerza, amordazaron, golpearon y retuvieron al personal durante horas. Se llevaron dos computadoras, teléfonos móviles y memorias USB. El grupo asume la autoría del acto, pero dice que fueron "invitados" y que no utilizaron armas.
Cholima también colgó un video en el que un presunto norcoreano con el rostro borroso rompe retratos de Kim Jong-il y Kim Il-sung, padre y abuelo del actual dictador. Se sugiere que fue grabado durante la toma de la embajada en Madrid. Esos actos empujarían al autor hacia el gulag o, más probablemente, el pelotón de fusilamiento en el país comunista.
La organización cuenta con un canal en YouTube y una web, pero su actividad en las redes es escasa. Sostiene que mantiene en secreto el nombre de sus miembros porque la conocida afición torturadora de los Kim precipitaría la caída de todos si uno solo de ellos fuera apresado. El levantamiento del secreto del sumario ha descubierto a Adrián Hong Chang como presunto líder de la operación de Madrid. Tiene una acreditada actividad como defensor de los derechos humanos en la organización Libertad en Corea del Norte, según la web especializada NK News. También ha publicado artículos de opinión en medios estadounidenses. En 2011, tras la muerte de Kim Jong-il, pronosticó el colapso inmediato del régimen. Es difícil culparlo por el error. Los analistas más reputados también infravaloraron las aptitudes de supervivencia de Kim Jong-un. Hong, de etnia coreana, tiene la nacionalidad mexicana porque sus padres llegaron a ese país como misioneros.
La organización niega que algún gobierno esté detrás de su operación y asegura que solo después de su acción intercambió voluntariamente información "de un valor potencial enorme" con el FBI en condiciones de confidencialidad. Esas condiciones, lamenta, no se han respetado. No es difícil mirar a Estados Unidos, que cinco días después iba a celebrar en Hanoi una cumbre presidencial con Corea del Norte sobre su desnuclearización. El antiguo embajador en España, Kim Hyok Chol, era uno de los principales negociadores de Pyongyang. Y al menos dos atacantes tienen vínculos con la CIA.
"Supongo que habrán tenido contacto con algunos gobiernos a lo largo de los años, porque es lo habitual. No de manera oficial, pero sí a través de servicios secretos u otra entidad", opina Ramón Pacheco, profesor de Relaciones Internacionales del King's College de Londres. El experto en Corea del Norte no cree que Washington estuviera al tanto del ataque a Madrid. "Quizá algún miembro de los servicios secretos, pero no imagino que la Casa Blanca o el Departamento de Estado supieran algo", añade.
La presencia de agentes del NIS, el servicio secreto surcoreano, es inverosímil porque su presidente, Moon Jae-in, ha hecho de la pacificación en la península su misión vital.
El enigma se mantiene: ¿cuántos miembros forman Cholima? ¿De dónde sacó los fondos y los conocimientos para un ataque de esa complejidad? Un signo evidente de la participación extranjera son los defectuosos textos en coreano de su web. Lo que sí es seguro es que, arrastrada desde el anonimato a las portadas globales y develada la identidad de su líder, Cholima dispone ahora de menos capacidad para actuar.
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