Chinchorro: el pueblo andino que “inventó” las momias 2000 años antes que los egipcios
Los integrantes de esta cultura ubicada en el desierto de Atacama realizaron complejas técnicas de momificación; este martes, las “momias chinchorro” fueron declaradas por la Unesco como Patrimonio Mundial
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Un grupo de cazadores y pescadores que habitaron hace más de 7000 años en las áridas costas del desierto de Atacama, en el norte de Chile desarrollaron lo que hoy se conoce como “la cultura chinchorro”. El dato más destacado de estas poblaciones era la manera de tratar a sus muertos, a quienes les aplicaban sofisticadas técnicas de momificación unos 2000 años antes de que lo hicieran los egipcios.
Este martes, las “momias chinchorro”, así como tres asentamientos de esta cultura fueron declarados por la Unesco como Patrimonio Mundial. Con ese reconocimiento, la organización internacional destacaba a nivel planetario a las que son conocidas como las momias más antiguas del mundo.
“La Unesco valida a nivel internacional, mediante diferentes expertos, que los asentamientos y la momificació artificial de la cultura Chinchorro tiene un valor excepcional, y alcanza una importancia mundial”, señaló a France 24 el antropólogo de Chile Bernardo Arriaza, uno de quienes gestaron la postulación ante el organismo internacional.
Las momias de esta cultura fueron halladas a principios del siglo XX, y datan de más de 5000 años antes de Cristo. Es decir, tienen una antigüedad 2000 mil años mayor que las ya célebres momias de Egipto.
La cultura Chinchorro
Los cultura chinchorro se ubicó en la región que va del actual puerto de Ilo, en Perú y Antofagasta, en Chile. A pesar de la aridez extrema de esa zona desértica, era inmensamente rica en recursos marinos, de acuerdo con lo que señala el Museo Chileno de Arte Precolombino.
La riqueza de la fauna marina convirtió a los chinchorros en experto en la exploración y explotación de esos recursos, para lo cual idearon y desarrollaron diversas herramientas. Un anzuelo de espinas de cactus y puntas de arpón, entre ellas.
“Se han encontrado herramientas de materiales minerales y vegetales, así como simples instrumentos de huesos y conchas”, señaló la Unesco en su página oficial.
Además, el Museo Chileno de Arte Precolombino informó que por “tumores encontrados en los oídos de las momias de la época, se sabe que buceaban a gran profundidad”.
La denominación Chinchorro, en tanto, deriva de la playa del mismo nombre en Arica, en Chile, donde se encontraron por primera vez restos de esta cultura, que se desarrolló entre los años 5450 a.C. y 890 a.C. Hasta el momento, se han hallado unas 300 momias en diferentes estados de integridad. Desde el año 1994, fueron clasificadas como momias rojas, negras y con vendajes.
El proceso de momificación
El proceso complejo mediante el cuál los chinchorros momificaban a sus muertos demuestra cómo fueron perfeccionando sus prácticas funerarias. Se dice que son momias “artificiales”, porque ellos desmembraban y volvían a ensamblar sistemáticamente, los cuerpos de hombres, mujeres y niños que habían fallecido, por quienes mostraban un respeto especial.
La técnica consistía en la extracción de los músculos y las vísceras del difunto, que se sustituían por vegetales, plumas, trozos de cuero, vellones de lana y otros materiales. Se extraían también el cuero cabelludo y la piel del rostro, y se intervenía el cráneo para retirar el cerebro. En su lugar ponían cenizas, tierras y pelos de animales.
Más tarde, se modelaba el rostro y se le ponía una peluca realizada con pelo humano. Finalmente, el cuerpo era cubierto por una capa de arcilla.
Al principio, solo se momificaba a los niños, pero a medida que la cultura Chinchorro fue desarrollándose, comenzaron a extender la práctica funeraria a todos los miembros de la comunidad. Esto sucedió en lo que los historiadores llaman “el clímax” de esta cultura, que se produjo hacia el año 3000 a.C. Entonces, las momias se embadurnaban además con pigmentos rojos, negros o color café. En el ocaso de esta población, solo aplicaban mascarillas de barro.
Según el citado museo chileno, las momias no se enterraban, eran instaladas de pie, y formaban parte activa de los campamentos, tal vez para marcar territorialmente el linaje de cada grupo diferente, que se agrupaba en torno de un ancestro en común. Además de las momias, también existían entierros simples, sin el proceso de momificación.
El dolor, ¿origen de las momificaciones?
El antropólogo Arriaza intentó buscarle la explicación al por qué de las momificaciones y creó la “hipótesis del hidroarsenicismo”. Su teoría refiere a la existencia de una posible intoxicación con arsénico entre los miembros de la cultura ubicados en la zona de Camarones.
De acuerdo con esta premisa del antropólogo, los niveles de arsénico en esa área eran muy altos, lo que provocó partos prematuros, abortos espontáneos, niños con bajo peso y una muy alta mortalidad infantil.
Para Arriaza, las pérdidas prematuras produjeron un dolor en sus padres, que, como una reacción para paliar su angustia, comenzaron a pintar y a ornamentar a sus pequeños fallecidos. “Y cada día, estas técnicas de ornamentación se fueron haciendo más elaboradas”, explicó a France 24.
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