Los ejércitos de China e India están sumidos en una tensa confrontación en lo alto del Himalaya, la cual tiene el potencial de incrementarse a medida que ambos intenten impulsar sus objetivos estratégicos.
Medios en India citan a funcionarios que aseguran que miles de soldados chinos han forzado su entrada en el valle de Galwan, en Ladakh, en la disputada región de Cachemira.
Es claro que los líderes y estrategas militares indios se han quedado estupefactos.
Los informes indican que a principios de mayo, las fuerzas chinas erigieron tiendas de campaña, cavaron trincheras y movilizaron equipo pesado a través de varios kilómetros dentro de lo que India considera que es su territorio.
La medida surge después de que India construyó una carretera de cientos de kilómetros de largo que conecta a una base aérea de operaciones avanzada de alta altitud que reactivó en 2008.
Para los observadores en Delhi, el mensaje de China es claro: esta no es una incursión de rutina.
"La situación es seria. Los chinos han entrado al territorio que ellos mismos aceptan que es parte de India. Esto ha cambiado completamente el status quo", afirma Ajai Shukla, un experto militar indio que sirvió como coronel en el Ejército.
China tiene una opinión diferente. Dice que es India la que ha cambiado los hechos en la región.
Informes en los medios indios afirman que los soldados de ambos bandos se han enfrentado en al menos dos ocasiones en Ladakh.
Se ha informado de confrontaciones en al menos tres sitios: el valle de Galwan, las fuentes termales y el lago Pangong en el sur.
India y China comparten una frontera de más de 3.440 km de largo y tienen reclamos territoriales superpuestos.
Sus patrullas fronterizas a menudo se encuentran unas con otras, lo que resulta en altercados ocasionales, pero ambas partes insisten en que no se han disparado balas en cuatro décadas.
Sus ejércitos, dos de los mayores del mundo, se encuentran cara a cara en muchos puntos de la zona.
Su mal demarcada Línea Actual de Control (LAC), separa a ambos lados. Debido a los ríos, lagos y picos nevados, la línea que separa a los soldados puede cambiar y a menudo las fuerzas han estado a punto de entrar en una confrontación.
La actual tensión militar no está limitada a Ladakh. Los soldados de ambos países también están cara a cara en Naku La, en la frontera entre China y el estado nororiental indio de Sikkim.
A principios de este mes se informó que se vieron involucrados en una pelea a golpes.
Y hay una disputa por un nuevo mapa publicado por Nepal, que también acusa a India de traspasar su territorio al construir una carretera que conecta con China.
¿Por qué están en aumento las tensiones ahora?
Hay varias razones, pero la raíz es la rivalidad por sus objetivos estratégicos, y ambos lados responsabilizan al otro.
"El tradicionalmente pacífico rio Galwan ahora se ha convertido en un foco de tensión debido a que está en el punto donde la LAC está más cerca de la nueva carretera que India construyó a lo largo del rio Shyok hacia la base militar Daulat Beg Oldi (DBO), el área más remota y vulnerable a lo largo de la LAC en Ladakh", afirma Shukla.
La decisión india de incrementar su infraestructura parecer haber indignado a Pekín.
El medio estatal chino, Global Times, afirma categóricamente: "La región del valle de Galwan es territorio chino, y la situación de control local de la frontera era muy clara".
"Según los militares chinos, India es la que ha forzado su entrada hacia el valle de Galwan. Así que India está cambiando el estatus quo a lo largo de la LAC y eso ha enojado a los chinos", expresa el doctor Long Xingchun, presidente del Instituto Chengdu de Asuntos Mundiales (CIWA), un centro de estudios.
Michael Kugelman, subdirector del programa de Asia del Centro Wilson, otro centro de estudios, afirma que esta confrontación no es rutinaria.
Agrega que "el despliegue masivo de soldados de China es una muestra de fortaleza".
La carretera podría mejorar la capacidad de Delhi de movilizar hombres y materia rápidamente en caso de un conflicto.
Las diferencias también se han estado incrementando en el último año en asuntos de política.
Cuando India decidió poner fin, de forma controvertida, a la autonomía de Jammu y Cachemira en agosto del año pasado, también volvió a dibujar el mapa de la región.
La nueva Ladakh federalmente administrada incluyó a Aksai Chin, un área que India reclama pero China controla.
Altos líderes del partido nacionalista BJP, en el gobierno en India, también han estado hablando de volver a tomar el control de Cachemira administrada por Pakistán.
Una carretera estratégica, la autopista Karakoram, atraviesa por esta zona que conecta a China con su aliado de larga data, Pakistán.
Pekín ha invertido unos US$60.000 millones en la infraestructura de Pakistán, el llamado Corredor Económico China-Pakistán (CECP), como parte de su Iniciativa de la Franja y la Ruta, y la carretera es clave para transportar bienes desde y hacia el puerto de Gwadar, en el sur de Pakistán.
El puerto le da a China una puerta de entrada hacia el mar Arábigo.
Además, China no estuvo muy contenta cuando India, para reforzar sus reservas, inicialmente prohibió todas las exportaciones de equipo de protección médica poco después de que comenzó la pandemia de coronavirus a principios de año.
¿Cuán peligrosa podría volverse la situación?
"Rutinariamente vemos que ambos ejércitos cruzan la LAC. Es bastante común y ese tipo de incidentes se resuelven a nivel militar local. Pero en esta ocasión, esta acumulación de tropas ha sido la mayor que hemos visto", indica el ex diplomático indio P. Stobdam, experto en asuntos de Ladakh y de China e India.
"La confrontación está ocurriendo en algunas áreas estratégicas que son importantes para India".
"Si toman el control del lago Pangong, Ladakh no podrá ser defendida. Si se le permite a los militares chinos establecerse en el estratégico valle de Shyok, entonces podrían llegar hasta el valle de Nubra e incluso a Siachen", afirma.
En lo que parece ser un fracaso de inteligencia, todo indica que India ha sido tomada por sorpresa una vez más.
Según informes en los medios indios, los soldados del país se vieron superados en número y rodeados cuando China rápidamente desvió a hombres y máquinas que participaban en un ejercicio militar hacia la región fronteriza.
Esto provocó alarma en Delhi, e India tiene poco espacio para maniobrar.
Podría persuadir a Pekín por medio del diálogo para que retire sus tropas o tratar de retirarlas a la fuerza.
Ninguna es una opción sencilla.
"China es la segunda potencia militar más grande del mundo. Tecnológicamente es superior a India. Su infraestructura, por otra parte, es muy avanzada", dice Ajai Shukla.
"Financieramente, China puede dividir sus recursos para lograr sus objetivos militares, mientras que la economía india ha estado bajo presión en años recientes, y la crisis del coronavirus ha empeorado la situación", agrega.
¿Qué puede pasar ahora?
La historia le ha enseñado difíciles lecciones a India. Sufrió una derrota humillante durante el conflicto fronterizo de 1962 con China.
India dice que China ocupa 38.000 km de su territorio. Varias rondas de conversaciones en las últimas tres décadas no han logrado resolver los asuntos limítrofes.
China ya controla la zona de Aksai Chin en el este de Ladakh, y esta región, reclamada por India, es estratégicamente importante para Pekín porque conecta su provincia de Sinkiang con el occidente del Tíbet.
En 2017, India y China se vieron involucrados en una confrontación similar que duró dos meses en la meseta de Doklam, una intersección triple entre India, China y Bután.
India se opuso a que China construyera una carretera en una región reclamada por Bután. Los chinos se mantuvieron firmes.
Seis meses después, los medios indios informaron de que Pekín había construido un complejo militar permanente allí.
Esta vez, también, parece que las conversaciones son la única salida. Ambos países tienen demasiado qué perder en un conflicto militar.
"China no tiene intención de escalar las tensiones y creo que India tampoco quiere un conflicto", dice el doctor Long Xingchun del CIWA en Chengdu.
"Pero la situación depende de ambos lados. El gobierno indio no debería guiarse por los comentarios de los medios nacionalistas".
"Ambos países tienen la habilidad de resolver la disputa por medio de conversaciones de alto nivel".
Los medios chinos casi no le han dado cobertura al asunto fronterizo, lo cual se interpreta como una posible señal de que se buscará una ruta hacia las conversaciones.
Pratyush Rao, director asociado para el sur de Asia de la empresa de asesoría en seguridad Control Risk, dice que ambas partes tienen "un claro interés en priorizar su recuperación económica" y evitar una escalada militar.
"Es importante reconocer que ambos lados tienen un historial creíble de mantener una paz y estabilidad relativas a lo largo de su disputada frontera", afirma.
Por Anbarasan Ethirajan & Vikas Pandey
BBC News
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