China es una amenaza a los derechos humanos a nivel global, según una ONG
China podría volverse "una amenaza existencial para los derechos de las personas en todo el mundo", según el último informe anual de la ONG estadounidense Human Rights Watch (HRW). En su prólogo al informe, el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth, detalla los mecanismos que China usa dentro y fuera de sus fronteras para menoscabar los derechos humanos.
Roth viajó a Hong Kong el domingo pasado para celebrar allí la conferencia de prensa de lanzamiento del informe, pero al llegar al aeropuerto las autoridades chinas le prohibieron el ingreso por considerarlo responsable de las revueltas callejeras que sacuden ciudad desde hace más de siete meses, según informó AFP. La conferencia debió ser trasladada a la sede de la ONU en Nueva York.
"Puertas adentro, el Partido Comunista Chino, que teme que permitir la libertad política ponga en riesgo su poder, ha construido un sistema orwelliano de vigilancia de alta tecnología y un sofisticado sistema de censura en Internet para monitorear y eliminar las críticas públicas", dice Roth, quien agrega que el creciente poderío económico de China le permite silenciar críticos a nivel global.
En la ONU, China se esfuerza por bloquear medidas que protegerían a grupos vulnerables como los civiles sirios y yemeníes, los musulmanes Rohingya y el pueblo venezolano, según el informe. Su asiento en el Consejo de Seguridad le permite incluso vetar algunas de estas medidas. Según HRW, ni siquiera el secretario general de Naciones Unidas, está dispuesto a enfrentar a China: "Antonio Guterres se ha mostrado reacio a exigir públicamente que China ponga fin a las detenciones masivas de musulmanes turcos por parte de China, mientras llena de halagos a Beijing por su proeza económica".
Por supuesto, China no es el único país responsable de abusos contra los derechos humanos. Roth menciona a los gobiernos de Donald Trump en Estados Unidos, Narendra Modi en India y Jair Bolsonaro en Brasil como gestiones problemáticas en términos de derechos humanos. Sin embargo, HRW considera que, por la extensión de su influencia antiderechos, el gobierno de Xi Jinping es especialmente preocupante.
Según Roth, las consecuencias del accionar chino podrían corroer los derechos humanos a nivel global. "Si no son desafiadas, las acciones de Beijing auguran un futuro distópico en el cual nadie está fuera del alcance de la censura china y un sistema internacional de derechos humanos tan debilitado que no sirva para controlar la represión por parte de los gobiernos", dice el informe.
La responsabilidad de detener este avance chino quedaría, según HRW, en manos de varios actores. El informe exhorta a gobiernos e instituciones financieras internacionales a "ofrecer alternativas atractivas, respetuosas de los derechos humanos, a los préstamos 'sin condiciones' y la asistencia al desarrollo ofrecidos por China".
Las universidades deberían "proveer un espacio donde estudiantes y académicos chinos puedan conocer y criticar al gobierno chino sin miedo a ser vigilados". Para terminar Roth señala que el mundo entero "debería reconocer que la retórica altisonante de Xi Jinping acerca del establecimiento de ‘una comunidad de futuro compartido para la humanidad’ es realmente una amenaza: una visión de los derechos humanos globalmente definidos y tolerados por Beijing".
Las acciones de Beijing auguran un futuro distópico en el cual nadie está fuera del alcance de la censura china
China y los demócratas
En Estados Unidos, a horas del último debate demócrata antes de las primarias, es posible que los contenidos del informe sean discutidos en el escenario por los seis precandidatos. Después del asesinato del general iraní Qassem Soleimani en Irak, se espera que los moderadores incluyan preguntas sobre los planes para la política internacional de los candidatos.
En anteriores oportunidades, algunos candidatos se han enfocado en la relación económica de Estados Unidos con el gobierno de Xi Jinping. Tanto Bernie Sanders como Elizabeth Warren han criticado la política comercial de Donald Trump respecto de China.
Solo Tom Steyer, el financista billonario que jamás ha ocupado un cargo público, ha tomado una posición más matizada. "No podemos aislarnos de China. De hecho, tenemos que trabajar con ellos como si fueran un 'frenemy' (amigo-enemigo): personas que nos molestan, con las que no estamos de acuerdo pero con las que estamos vinculados en un mundo que cada vez se vuelve más cercano. Y si vamos a tratar al clima como la amenaza que es, vamos a tener que aliarnos con los chinos", dijo Steyer en el debate del 19 de diciembre de 2019.
En los últimos debates, tanto el joven Pete Buttigieg como el exvicepresidente Joe Biden han hablado de los abusos a derechos humanos por parte de Beijing. Buttigieg criticó el silencio de Donald Trump y dijo que lo que sucede en China es "la utilización de tecnología para perfeccionar la dictadura". Biden, por su parte, habló de "denunciar a viva voz" las violaciones a derechos humanos y de "ir a Naciones Unidas a buscar la condena de China, de lo que están haciendo ahí con los millones de uigures", en referencia al grupo étnico perseguido por el gobierno de Xi Jinping.
Amy Klobuchar, senadora de Minnesota, habla de los abusos en China en su página de campaña, con lenguaje muy similar al del informe. La senadora considera que China tiene "una aversión a la democracia y un deseo de hacer que el sistema internacional se parezca a China".
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