China celebra que erradicó la pobreza: verdades y mentiras, en primera persona
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PEKÍN (AFP).- Mañana el presidente de China y líder del Partido Comunista, Xi Jinping, encabezará una reunión para conmemorar los logros del país en la erradicación de la pobreza. La nación, donde primero se detectaron contagios masivos de coronavirus en diciembre de 2019, logró su objetivo, que tenía como fecha límite el 2021, incluso en medio de la crisis económica que produjo la pandemia. Así lo confirma la versión oficial y por eso amerita un encuentra para celebrar la promesa cumplida.
Durante el evento, según confirma la agencia Xinhua, Xi entregará premios y certificados a las personas que contribuyeron a que esto sucediera y también distinguirá a ejemplos a seguir de esta “victoria mayor”, de acuerdo con las palabras del presidente.
¿Cómo fue que China lo consiguió? Son varios los factores que lo permitieron. Por ejemplo: en el país el umbral de pobreza se define como un ingreso inferior a 2,30 dólares diarios y por persona, o sea un poco más que el límite del Banco Mundial (1,90 dólar). Pero no depende solo en el ingreso.
Para el anuncio, cientos de funcionarios visitaron a los chinos en sus casas para evaluar el estatuto social de cada quien según diferentes criterios: el estado de salud o vivienda, la cobertura de enfermedad, la escolarización de los niños, etc. Y así, entre otras cosas, familias propietarias de un automóvil o de un tractor fueron sacadas de la lista de hogares pobres.
Con los papeles en mano, el Partido Comunista, que este año cumple cien años, afirmó que sacó a 800 millones de personas de la miseria desde el lanzamiento de sus reformas económicas a fines de los años 70. Que la tasa de pobreza absoluta cayó de 88,3% de la población en 1981 a 0,3% en 2018. Que prácticamente todos los niños culminan su escolaridad obligatoria (15 años) sin tener que trabajar para ayudar a sus padres. Y que la tasa de mortalidad infantil se redujo drásticamente en los últimos 20 años mientras que la de posesión de un automóvil aumentó a 20% de la población.
“Para la gran mayoría de los chinos, la vida mejoró considerablemente en una generación”, constata Martin Raiser, director del Banco Mundial para China pese a que las estadísticas son cuestionadas y sospechadas por solo revelar un aspecto de la realidad.
Primero, porque hay muchas denuncias de corrupción respecto de la pobreza, en tanto varios especialistas afirman que funcionarios locales incluyen a familiares o amigos en la categoría de “pobres” para desviar fondos. Además el umbral oficial de 2,30 dólares diarios es bajo con relación al de 5,50 dólares recomendados por el Banco Mundial para los países con ingreso intermedio como China. De hecho, si se sigue ese criterio, cerca de un cuarto de la población china vive en la pobreza, según Raiser.
En primera persona
Por la aldea del agricultor Liu Qingyou, en la provincia de Hunan, al sur del país, pasa una “carretera de reducción de la pobreza”. El hombre tiene un carnet en el que el Estado, que ejerce un gran control en todos los ciudadanos, detalla cómo sacó de la miseria a su familia y a otros 100 millones de chinos, con subsidios para la compra de cereales hasta la mejora del rendimiento de sus naranjos.
La familia de Liu entró en la categoría de pobres en 2014 cuando Xi estableció una estrategia de ayuda selectiva y envió a los funcionarios para evaluar a los hogares más desfavorecidos. En los años siguientes recibió otro empujón: una nueva ruta que le permite transportar los productos al mercado en la mitad de tiempo y facilita el acceso a las ciudades cercanas.
Sin embargo Liu asegura que sus cosechas no mejoraron a pesar de los esfuerzos de las autoridades para diversificar los cultivos. Y en su casa de madera pasa el frío del invierno cuando las temperaturas rondan cero grados.
Liu y su familia de cinco miembros viven modestamente y siguen preocupados por el futuro, a pesar de que ahora se les considera fuera de la pobreza. “Podemos arreglárnoslas”, afirma. “Pero nuestra casa está mal”. Le gustaría conseguir lo que otros recibieron del Estado: una reubicación o fondos suficientes para construir una casa de ladrillo.
Y ese no es el único problema. Detrás de la campaña contra la pobreza hay al menos 1 billón de dólares en préstamos durante cinco años y los costos recaen cada vez más sobre los gobiernos locales. Además la decisión de los funcionarios locales de diversificar con plantaciones de té y nuevas variedades de naranja afectó a las ganancias.
“Antes de que se quitaran los árboles, nuestra familia ganaba entre 20.000 y 30.000 yuanes (entre 3100 y 4700 dólares) al año”, afirma Liu. Ahora, el monto es mucho menor.
Pero también hay señales positivas. El ingreso per cápita de los hogares afectados por la pobreza en Hunan creció de unos 2300 yuanes a 12.200 yuanes en cinco años.
El agricultor Xiang Xiuli, de 53 años, dice que ahora los lugareños ya no tienen que transportar productos hasta las carreteras cercanas para venderlos. “El tamaño de nuestro negocio de naranjas se duplicó”, dijo y agregó: “Nuestros hijos pueden acudir a mejores colegios”.
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