China aprovecha los Juegos Olímpicos para reforzar sus lazos internacionales
Aunque EE.UU. y otras potencias occidentales no enviaron delegaciones diplomáticas a la ceremonia, Xi logró convocar a Putin y otros líderes
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PEKÍN.- Por mucho que se haya hablado de un boicot diplomático, lo cierto es que el líder chino, Xi Jinping, se las arregló para atraer a la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Invierno a un amplio espinel de presidentes, dignatarios y miembros de la realeza de todo el mundo.
Y el hecho de que la mayoría de ellos representen a países con pocas chances de conquistar alguna medalla –en caso de que compitan, porque no es el caso de todos– tampoco parece importar demasiado.
Porque desde la perspectiva de Pekín, lo que importa es mostrar la imagen de China superpotencia: un país cuyo gobierno de corte autoritario compite cabeza a cabeza con un mundo dominado por Estados Unidos y sus democracias aliadas.
“La lista de líderes que asistieron a la ceremonia tiene un fuerte sesgo autoritario”, dice Andrew Yeo, profesor de ciencias políticas de la Universidad Católica de América y miembro de la Brookings Institution. “Es muy distinta a la lista de mandatarios que participaron de la Cumbre por la Democracia convocada por Biden en diciembre último”.
La lista de invitados de este viernes incluyó al ruso Vladimir Putin, que tiene a decenas de miles de soldados apostados y listos para una posible invasión a Ucrania. También estuvieron presentes muchos líderes de los restos de la Unión Soviética y los gobernantes no elegidos de varios Estados árabes del Golfo, ricos en reservas energéticas. La composición de la lista de invitados deja amplio margen para la intriga diplomática y los acuerdos tras bambalinas.
Un efecto colateral de la pandemia es haber encarecido astronómicamente el valor de cada minuto cara a cara con Xi, aunque haya que ponerse un barbijo. Hace más de dos años que el líder chino no sale de China, que ha aplicado drásticas restricciones a los viajes internacionales y sigue empecinada en su política de “tolerancia cero” en el combate contra el virus.
Así que para conocer personalmente a Xi –el líder más poderoso de China en muchas décadas–, o a sus máximos colaboradores, como el primer ministro Li Keqiang, hay que tomarse el avión y acercarse a Pekín. Y así lo hicieron los mandatarios de la Argentina, Alberto Fernández, de Egipto, Kirguistán y Azerbaiyán.
Igualmente conspicuos fueron los ausentes: Estados Unidos y varias democracias aliadas no enviaron delegaciones políticas y se sumaron a una especie de boicot diplomático, abierto o solapado, contra los Juegos.
Si bien la ausencia de delegaciones políticas de esos países, incluida la India, opacan el “golpe propagandístico” que Xi tal vez esperaba, la cantidad de líderes que China logró atraer es una evidencia palmaria de su creciente influencia económica, señala Anthony J. Saich, experto en temas chinos de la Escuela Kennedy de la Universidad de Harvard. “No quieren que China se ofenda”, dice Saich, y agrega que el estado de ánimo en estos Juegos de Invierno es muy diferente al que reinó durante los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, “donde cundía un entusiasmo internacional generalizado por la aparente apertura de China al mundo”.
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Mas allá de Xi, los reflectores estarán enfocados sobre Putin, un entusiasta de los deportes de invierno que puede aprovechar su visita a China para proyectar su imagen de estadista y la idea de que “acá no pasa nada”, por más que Estados Unidos y sus aliados teman que esté al borde de desatar una guerra. Su presencia también es un recordatorio de que Rusia es un país muy presente en los Juegos Olímpicos, por más que sus atletas no pueden competir bajo su propia bandera.
Solo, de pie y con un abrigo largo, Putin saludó desde las gradas el desfile del Comité Olímpico Ruso, como se conoce a la delegación rusa debido a las sanciones por dopaje.
“Son mucho más que encuentros de pasillo”, dice Yeo. “Involucra a los líderes de dos superpotencias que buscan fortalecer sus relaciones diplomáticas y económicas en un momento en que ambos países se sienten empoderados para desafiar a Estados Unidos”, añadió el experto.
Putin se reunió con Xi ayer muy temprano, su primer reencuentro cara a cara desde 2019. En sus comentarios previos, el líder ruso dijo que las relaciones entre ambos países avanzan “con un espíritu de asociación estratégica”.
China y Rusia emitieron una declaración que refleja sus coincidencias en materia de seguridad global y planean firmar más de una decena de acuerdos comerciales y energéticos. Antes de la reunión, el asesor de relaciones exteriores ruso, Yuri Ushakov, señaló que Pekín apoya el reclamo de Rusia en materia de seguridad que dio lugar a la actual crisis en Ucrania.
Pero si quiere entablar conversaciones, Putin tendrá líderes para elegir, como los mandatarios de los ex-Estados soviéticos de Asia Central, a los que Moscú ve igual que ve a Ucrania: como partes naturales de su esfera de influencia. Y también hay otros Estados que no encajan en categorías geopolíticas nítidas, como Qatar.
Finalmente, está Polonia, el único país de la Unión Europea (UE) cuyo presidente, Andrzej Duda, está presente en los Juegos.
Por Adam Schreck
Agencia AP
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