Chile se asoma a una transformación histórica en las elecciones constituyentes
Los votantes chilenos comienzan este fin de semana el camino hacia la Carta Magna que reemplazará el texto vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet
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SANTIAGO, Chile.– Es una elección que contiene una serie de implicancias históricas, pero que también involucra la resolución de interrogantes que marcarán el futuro político de Chile.
Entre hoy y mañana, los chilenos se volcarán a las urnas para elegir a 155 convencionales constituyentes que deberán redactar una nueva Carta Magna, la hoja de ruta que reemplazará a la gestada en la dictadura de Augusto Pinochet en 1980. Pero además de esa definición, y de la renovación de alcaldes y concejales en todo el país, será la primera vez en la que se elijan a gobernadores regionales, un paso concreto para la descentralización.
Después de ser postergadas el 10 y 11 de abril por el álgido momento de la segunda ola de la pandemia de coronavirus, el proceso –que tiene a 14,9 millones de personas habilitadas para votar–, se vislumbra como uno de los comicios más trascendentales desde el retorno de la democracia en 1990, y el paso institucional más importante para enfrentar la crisis política que se desencadenó con el estallido de octubre de 2019, el levantamiento que generó esta instancia y que puso una serie de demandas sociales sobre la mesa.
“Esta es la elección más importante de una generación y, probablemente, más importante que las presidenciales de noviembre. Acá Chile va a determinar la construcción de una nueva Constitución y aquello trascenderá más allá de lo que ocurra en los próximos cuatro años del ciclo que tenga el próximo mandatario. Y también es la primera vez que elegimos a gobernadores, lo que es un paso clave en la descentralización del país y porque los elegidos van a incidir en sus territorios”, analiza Jaime Baeza, académico del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile.
Así, y luego de la ratificación en el plebiscito de 2020 del inicio de un proceso constituyente por casi un 80% de la ciudadanía, el ejercicio electoral del fin de semana también resalta por el carácter inédito que va ligado a sus características puntuales: comicios para cuatro cargos diferentes en un mismo proceso, masiva presencia de candidatos e incertidumbre por su desarrollo en medio de la pandemia.
Denominada como una suerte de “megaelección” por poseer la mayor cantidad de candidatos en la historia, con casi 16.000 postulantes, la votación conservará su diseño en medio de la pandemia y se celebrará durante dos días con el fin de reducir aglomeraciones y riesgo de contagios. Los sufragios se sellarán y serán custodiados por los jefes de los locales de votación hasta el día siguiente.
En ese sentido, también se espera que el proceso de votación y conteo de sufragios sea mucho más lento por la acumulación de boletas y los primeros cómputos se den a conocer después de las 21 del domingo. ¿Otro detalle histórico? La presencia en 15 comunas del voto más grande utilizado en la historia del país: 63 centímetros de alto por 46 de ancho.
En relación a la elección de las personas que redactarán la Constitución, destaca el hecho que se realizará un sistema de corrección final para asegurar la paridad de género. Para la Convención Constituyente se presentarán 1373 candidatos (649 mujeres y 629 hombres). De esa manera, Chile se convertirá en el único país en el mundo en crear una Ley Fundamental escrita por hombres y mujeres, entre un 45% al 55%.
Otro punto es que los comicios contarán con 95 postulantes originarios de etnias del país para los 17 escaños reservados en la nueva Constitución. Hay más 1,2 millones de inscritos en el padrón de los pueblos indígenas, que podrán acceder a una boleta especial en vez de la de su distrito para votar por representantes de su etnia.
Carácter excepcional
“De todas las Constituciones de nuestra historia independiente, nunca habíamos tenido una con las características participativas de este nuevo texto”, dijo a LA NACION Jaime Abedrapo, director de la Escuela de Gobierno de la Facultad de Derecho de la Universidad San Sebastián.
“Por lo tanto, hay mucha expectación de varias democracias del sistema internacional y se está mirando muy de cerca este proceso que también responde a un cambio de época que estamos viviendo en la región. La experiencia chilena podría servir para ver si nos ayuda a salir de la crisis política e internacional que estamos viviendo desde octubre de 2019, pero que también tiene que ver con una descomposición de la elite política y la falta de confianza en las instituciones de la república, y un rompimiento del pacto social”, agregó el también analista político.
Con un gobierno debilitado por el bajo nivel de aprobación, las fuerzas políticas chilenas también llegan con diversas expectativas y cierta incertidumbre sobre su desempeño en las urnas.
“La centroderecha o coalición oficialista llega a esta elección con una fortaleza importante que tiene que ver con su lista única en cada una de las elecciones en que está participando. Sin embargo, tiene un punto crítico que es relevante: la baja adhesión al gobierno y, particularmente del presidente Sebastián Piñera, lo que ensombrece su proyección electoral”, señaló Rafael Pizarro, experto en Políticas Públicas y jefe de carrera de Administración Pública de UTEM.
Para Jaime Baeza, del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, otro aspecto a resaltar es que la participación electoral “no será tan alta como la del plebiscito de octubre, pero será buena”, y que el resultado del oficialismo en la elección de constituyentes definirá el eje de la contienda por la importancia de la coalición que obtenga los dos tercios de estos representantes. ¿La razón? La aprobación del contenido de la nueva Carta Magna está sujeta al acuerdo de dicha proporción de los representantes de la Convención.
“La pregunta clave es saber si la derecha llegará a un tercio en la elección de constituyentes. En votos probablemente lo logren, pero el punto es que por el sistema electoral chileno dependerá de dónde concentrará sus votos en los distritos más grandes y consigan escaños. Por el lado de las ‘oposiciones’, la duda es de qué manera influirá el grado de fraccionamiento que presenta. Los sectores de más izquierda, como el Partido Comunista y el Frente Amplio, si pasan de 20% sería una buena noticia para ellos. Mientras el eje de centroizquierda ligada a los gobiernos de la Concertación de Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet podría llegar a un 35%, 40% de los votos”, sentenció el académico.
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