"No sé si ustedes han visto llorar por el único ojo que le queda a una persona que le ha estallado un globo ocular, llorar por el otro ojo, que también lo tiene dañado. Llorar sangre".
Eso le preguntó a un grupo de funcionarios del gobierno de Chile, incluyendo a los ministros de Defensa y del Interior, el senador Alejandro Navarro, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara Alta chilena.
Fue durante una sesión especial de la Comisión, convocada el pasado lunes para hablar sobre la gran cantidad de acusaciones de violaciones a los derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad durante las masivas protestas que han sacudido al país sudamericano desde el pasado 19 de octubre.
Según la Fiscalía de Chile, 23 personas han muerto desde que comenzaron las movilizaciones. Cinco murieron a manos de agentes del Estado y otras dos fallecieron mientras estaban detenidas en una comisaría.
En tanto, más de 2.500 personas han resultado heridas durante las protestas, según la Cruz Roja de Chile. Y de acuerdo con el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), hubo al menos 400 lesiones por disparos de balas de goma o perdigones.
Pero lo que ha causado especial consternación entre las autoridades médicas e incluso algunos funcionarios es la cantidad de lesiones oculares graves que han ocurrido a causa de estas armas no letales.
Tanto el Colegio Médico como la Sociedad Chilena de Oftalmología (Sochiof) alertaron que durante las primeras dos semanas de protestas casi 180 personas sufrieron una lesión severa en uno de sus ojos.
El 60% padeció una disminución severa de la visión, mientras que casi el 30% quedó completamente ciega en un ojo.
"Récord mundial"
Hablando ante la Comisión de DD.HH., el presidente de la Sochiof, Dennis Cortés, dio más detalles sobre las víctimas.
Dijo que más del 85% son hombres y que tienen en promedio 30 años.
También contó que cerca del 30% "ingresa con el globo ocular estallado, por lo tanto no hay ninguna posibilidad de recuperación visual en ese ojo".
Pero el dato que más escalofríos causó fue cuando señaló que la cantidad de lesionados en los ojos por balas de goma no solo es récord en la historia de Chile.
Tampoco tiene precedentes en el mundo.
"No hay ningún número en la historia de nuestra especialidad que avale estos números que tenemos en este momento", afirmó.
"Más aún, cuando hablamos de esto a nivel internacional, haciendo una revisión exhaustiva del número de casos de pacientes que han perdido un globo ocular por uso de armas no letales, el número es también muy alarmante y lideramos, tristemente, esta cifra", aseguró.
"Haciendo una revisión de los últimos 27 años, tomando todas las series publicadas respecto a personas que fueron dañadas con armas no letales en manifestaciones o áreas de conflictos -y estoy incluyendo a Israel, Palestina, Jerusalén, Gaza, entre muchos otros- en total son más de 1.900 lesionados por balines, y de ellos 300 tenían lesiones oculares".
"Nosotros tenemos prácticamente mitad de ese número en dos semanas", denunció.
Qué dicen las estadísticas
Las afirmaciones de Cortés se basan en uno de los estudios más exhaustivos que existen sobre el uso de balas de goma, plástico y otros armamentos no letales para contener multitudes.
El trabajo, publicado en 2017 en la revista médica BMJ Open, analizó más de 3.000 documentos con datos estadísticos sobre muertes, lesiones y discapacidad causados por estos objetos, conocidos técnicamente como "proyectiles de impacto cinético".
Los investigadores de la Universidad de California, la Universidad de Emory y otros organismos de Salud en Estados Unidos, analizaron la información recopilada entre 1990 y 2017 en siete regiones del mundo.
Incluyen las estadísticas de EE.UU. y algunas de las zonas más conflictivas del planeta, como Israel y los territorios palestinos, Irlanda del Norte y el sur de Asia.
Como señaló Cortés, el informe concluye que hubo más de 1.900 lesionados por estos proyectiles. Pero no fueron 300 los que tuvieron lesiones oculares, como dijo.
Fueron menos: 261 (300 fueron los que sufrieron discapacidad permanente en alguna zona del cuerpo).
Esto significa que los 180 casos de Chile representan casi el 70% de la cantidad total de víctimas de lesiones oculares por balas de goma que hubo entre 1990 y 2017 (los 27 años mencionados por el presidente de la Sochiof).
Hong Kong
Sin embargo, la comparación del funcionario no incluyó las estadísticas de los últimos dos años, en los que hubo una gran cantidad de protestas alrededor del mundo.
En particular, las masivas movilizaciones que se vienen realizando en Hong Kong, desde junio pasado, contra las autoridades chinas, se han caracterizado por el uso de armas no letales por parte de las fuerzas de seguridad.
Ha habido casos famosos de personas que fueron heridas en los ojos por estos proyectiles, más recientemente la periodista indonesia Verby Mega Indah, quien perdió la vista en su ojo derecho por el balazo que recibió mientras cubría las protestas, a comienzos de octubre.
Incluso una víctima anónima -una joven que fue filmada tirada en el piso, con sangre brotando de uno de sus ojos- se convirtió en un símbolo de la protesta, cuando alguien la dibujó, con una venda sangrienta alrededor de su rostro.
La imagen, hoy vista en carteles y panfletos, se ha convertido en una denuncia pública contra el exceso de violencia policial.
A pesar de ello, la agencia Bloomberg informó a finales de octubre que la cifra de lesiones oculares severas en Chile "supera con creces lesiones similares en protestas recientes en Hong Kong, España, Líbano y Francia".
La BBC intentó corroborar el dato con organismos de derechos humanos como Amnistía Internacional y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, pero no pudieron aportar las cifras de víctimas durante los últimos dos años.
"Epidemia"
Lo cierto es que tanto en Hong Kong como en Chile ha habido marchas para denunciar lo que algunas autoridades médicas están llamando una "epidemia" de lesiones oculares.
Durante la sesión de la Comisión de DD.HH., Navarro informó que algunos senadores presentaron recursos de amparo ante la Justicia contra el ministro del Interior, Gonzalo Blumel -responsable político de los Carabineros, la policía chilena acusada de cometer estos abusos- para prohibir el uso de estos proyectiles.
"El grado de daño que están causando los balines, los perdigones, no se condice con el protocolo progresivo del uso de la fuerza", aseguró Navarro.
"Deben ser sacados de su uso, dado la situación gravísima que han provocado y que lejos de disuadir, hacen enervar, excitar a la ciudadanía", afirmó.
En respuesta, el ministro Blumel dijo que "todas las situaciones muy dolorosas, muy lamentables, están siendo investigadas y denunciadas a la Fiscalía para que se resuelvan en sede penal, si es que efectivamente hay antecedentes que lo justifiquen".
"Vamos a exigir sanciones si es que hay acciones que son fuera del marco de la ley", aseguró.
No obstante, no respondió al pedido de que se deje de usar este tipo de proyectiles para controlar las masivas manifestaciones que continúan en Chile.
El miércoles, dos días después de esa sesión, el ministro visitó, junto al presidente Sebastián Piñera a un joven paramédico que sufrió una lesión ocular tras ser golpeado por un perdigón de goma.
Pero no realizaron anuncios sobre el uso de las armas no letales.
BBC Mundo consultó a un portavoz de la presidencia sobre el pedido de la Comisión de DD.HH. para prohibirlas, pero no obtuvo respuesta.
Defensa de Carabineros
Más allá de colaborar con la Justicia y de asegurar que se sancionará cualquier exceso de fuerza, el gobierno de Piñera ha mantenido una férrea defensa de Carabineros y de las Fuerzas Armadas que actuaron durante los primeros días de las protestas.
Las autoridades recalcan que unos 800 carabineros han resultado heridos durante las manifestaciones, que en varias ocasiones se han tornado violentas.
Sin embargo, el alarmante número de víctimas de lesiones oculares causadas por balas de goma pareciera estar generando algunas grietas dentro del Ejecutivo.
El jueves, durante una entrevista radial, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, afirmó que "el número de personas con lesionares oculares es brutal".
A pesar de señalar que debía ser la Justicia la que defina la situación, agregó: "Uno puede argumentar que en varias de esas lesiones desproporcionadas hay violación a los derechos humanos".
También la ministra de Cultura, Consuelo Valdés, reconoció recientemente que están ocurriendo algunas "violaciones a los DD.HH." en Chile y dijo que estas "no son aceptables ni tienen justificación".
Sin embargo, el ministro de Justicia, Hernán Larraín, ha mantenido, al igual que Piñera, que se trata de "errores" y "excesos" que la ley juzgará.
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