Chile, de la esperanza del estallido a perder el optimismo sobre su futuro
Los últimos sondeos indican que la mayoría de la población cree que el país va por mal camino y el pesimismo se expande ante la incertidumbre económica y el aumento de la sensación de inseguridad
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SANTIAGO, Chile.– El pesimismo es el principal estado de ánimo que hoy se expande entre los chilenos. Un último sondeo de la encuestadora Cadem dio luces sobre aquella sensación y estableció, en vísperas de 2023, que la gran mayoría de sus habitantes considera que el país va por mal camino en términos políticos, económicos y sociales.
El estudio se publicó a inicio de esta semana y reveló que en Chile la sensación de pesimismo alcanzó las cifras más altas de los últimos ocho años, con un 53% de las preferencias a favor de este lamento. Además, un 89% de los encuestados indicó que perciben que el área económica está “estancada” o “retrocediendo” y un 80% reconoció que siente preocupación por ser víctima de algún delito.
“Lo que hemos visto en general es que un 72% de los chilenos tiene sentimientos negativos sobre el país. Y esos sentimientos son predominantemente miedo a la delincuencia, miedo a la violencia, y por otra parte hay una incertidumbre asociada a la situación económica y política”, planteó Roberto Izikson, director de Asuntos Públicos de Cadem,
La encuesta también abordó la situación del presidente Gabriel Boric y cifró en 29% su aprobación, mientras que el rechazo a su gestión subió dos puntos respecto a la medición anterior, y alcanzó un 65%.
“Es un proceso acumulativo que se viene gestando desde el estallido social y, principalmente, desde la pandemia, cuyas consecuencias económicas más agudas comenzamos a experimentar. Pero también hay otros elementos que se conjugan a partir de los últimos años como una crisis migratoria, una crisis de seguridad, y una crisis económica, con un escenario inflacionario todavía incierto”, dijo a LA NACION Rodrigo Espinoza, director en Administración Pública en la Universidad Diego Portales.
“Todo esto provoca que la ciudadanía no tenga confianza en sus instituciones y en sus propios representantes, como ya lo vimos en el gobierno de Sebastián Piñera y hoy con la administración de Gabriel Boric”, añadió el académico.
El aspecto económico sigue siendo uno de los temas más sensibles y los malos indicadores han empujado el pesimismo. El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó que la inflación subió un 1% en noviembre, de acuerdo al Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Por su parte, y en su Informe de Política Monetaria, el Banco Central chileno volvió a rebajar sus perspectivas de crecimiento para el próximo año, desde una contracción de 1% hasta una de 1,25%.
En tanto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estimó que la economía chilena crecerá a un ritmo de 2,2 % anual en 2022 -por debajo del 3,2 % que la entidad prevé para la zona- y será el segundo más bajo de Sudamérica, sólo por encima de Paraguay. Además, la misma entidad proyectó una contracción de 0,9 % anual del PIB, convirtiendo a la economía chilena en la el peor desempeño en la región.
“Las proyecciones que tenemos para adelante es que la economía tendrá una contracción en este último trimestre de este año, y desde ahí tenderá a estabilizarse”, manifestó el ministro de Hacienda chileno, Mario Marcel
“Durante el próximo año, cerca del segundo trimestre, la economía comenzará a subir. Vamos el 2023 a partir en un punto bajo en la actividad, pero se irá recuperando, y al mismo tiempo la inflación irá cayendo”, añadió el funcionario.
Para Mario Herrera, académico del Centro de Análisis Político (CAP) de la UTalca, el gobierno ha pecado de una estrategia comunicacional más eficiente. “Si bien el Ministro Mario Marcel permanece dentro de los mejores evaluados, falta esa estrategia de comunicación que entregue certidumbre a la población para que las expectativas de la ciudadanía sean positivas sobre el futuro. Ante la incertidumbre respecto a la situación interna y externa, lo que aparece siempre es mayor pesimismo que optimismo. Es tarea del gobierno y de los ministros asegurar a los chilenos cierta estabilidad o una proyección frente a la crisis”.
Inseguridad
La delincuencia ha monopolizado la agenda durante los últimos meses en Chile de la mano de las cifras que han dado cuenta del aumento de la sensación de inseguridad. “Chile ya está viviendo fenómenos criminales importantes”, comentó el Presidente Iberoamericano de Ministerios Públicos, Francisco Barbosa, quien detalló que en el país operan grupos vinculados con el narcotráfico y de origen colombiano y venezolano.
Según el análisis de la empresa Cadem un 80% de los encuestados está “muy o bastante preocupado” de ser víctima de un delito y el estudio “Termómetro de Salud Mental en Chile ACHS-UC” estableció que el miedo a la delincuencia sigue siendo el principal factor de estrés para los chilenos.
Además, de acuerdo al último sondeo realizado por Criteria, el 60,4% de los consultados considera que la delincuencia en el país está peor o mucho peor que en otras naciones de América Latina.
“Llevo 15 años haciendo estudios y encuestas, y nunca antes había visto que un sentimiento y un tema eclipsara el resto de las prioridades de los chilenos”, señaló Roberto Izikson, director de Asuntos Públicos de Cadem.
“En cuanto a la seguridad es evidente que hay problemas de orden público y respeto a las normas que inciden en nuestra percepción. Esto también se debe a una mayor conciencia desde la ciudadanía en torno a este tema y también por los niveles de violencia de algunos delitos, lo que nos pone más en alerta. Pero también hay que reconocer que, en algunos casos, estas situaciones específicas son utilizadas por ciertos sectores políticos de acuerdo a sus propios intereses con tal de dominar la agenda pública”, dijo Raúl Burgos, experto doctor en Historia y académico del Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).
Hace un par de semanas, el gobierno inició reuniones con la oposición para avanzar en un acuerdo transversal de seguridad y acordar una política para enfrentar el crimen organizado. “Nos interesa la percepción en materia de seguridad, que personas dejen de hacer cosas porque tienen miedo, nos obliga como Estado a realizar una tarea con mucha más fuerza”, dijo al respecto el presidente Gabriel Boric, que llamó a “recuperar nuestros espacios públicos de la delincuencia”, en una “labor conjunta liderada por el Estado, fortaleciendo a las policías, pero también en conjunto con el sector privado”.
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