Chávez apuesta fuerte por los militares para consolidar su poder
Varios de sus candidatos para las elecciones regionales participaron en el fallido golpe de Estado de 1992
CARACAS.- El comandante Hugo Chávez se fía por igual de militares y civiles para derribar a la oposición en las decisivas elecciones a gobernador de diciembre. Once uniformados y 12 políticos, todos elegidos por el dedo del poderoso presidente, que ayer anunció sus nombres mediante su cuenta de Twitter.
Olvidados quedan los atisbos de democracia interna dentro del PSUV, frente a las primarias de la oposición abiertas a todo el país. Al final se impuso el alma más militarista y populista del chavismo.
"¡Ahí están mis candidatos y candidatas para las gobernaciones! ¡Los candidatos del pueblo! ¡Vaya qué tremendo trabuco [arma]! ¡Todas y todos unidos!", celebró Chávez, que ayer anunció algunos cambios en su gabinete, también vía Twitter.
Al frente del batallón de uniformados marcha Francisco Arias Cárdenas, que pretende conquistar el estado más rico del país, Zulia. Algo que ya hizo, pero con las armas, durante el golpe de 1992. El otro gran líder de la asonada contra el presidente Carlos Andrés Pérez sí cumplió el objetivo y tomó la ciudad de Maracaibo.
Y desde allí presenció por televisión, y con sorpresa, cómo Chávez comparecía ante la prensa para rendirse y para sembrar su nombre en el imaginario colectivo: "Compañeros, lamentablemente por ahora los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad-capital".
Un fenómeno mediático acababa de nacer. Y en ese mismo momento, Arias Cárdenas comenzaba a separarse paulatinamente, pese a que compartieran cárcel y apuestas políticas. Ya fuera por celos o diferencias, en 2000 se rebeló para encabezar a la oposición en las presidenciales. Arias Cárdenas perdió estrepitosamente. Dos años más tarde acusó a Chávez de ser un "asesino" y un "enfermo de poder" luego del golpe de abril contra su antiguo camarada.
Pero la memoria es corta en política. Cárdenas volvió al redil chavista, pasó por la ONU y fue vicecanciller hasta convertirse en abanderado en el estado de Zulia.
Otro elegido para competir en un bastión chavista como Guárico es el coronel Ramón Rodríguez Chacín. Este gran amigo de las FARC está en la lista negra de Estados Unidos por sus vínculos con la guerrilla colombiana y por narcotráfico. Su nombre sonó como delegado venezolano en las negociaciones de paz de Colombia, pero Chávez decidió premiarlo con la casi segura gobernación.
Reconquistar Margarita
En el presidente no han pesado las palabras del histórico luchador de derechos humanos Marino Alvarado, dirigente de la organización Provea, que lo acusa de estar implicado en la masacre del Amparo, una matanza de 14 pescadores del estado de Apure, en 1988.
El reto para el general en jefe Carlos Mata Figueroa, ex ministro de Defensa, será reconquistar Isla Margarita para la revolución. El militar ha sido acusado de vinculaciones con el narcotráfico.
Lo tiene tan complicado como el mayor Francisco Ameliach, cuya designación, hecha pública por Chávez en un mitin, fue recibida con protestas por los seguidores del alcalde Rafael Lacava, líder natural del estado de Carabobo. "¡Dije Ameliach por la gobernación de Carabobo! Lo he dicho y lo repito. ¡Tiene todo mi apoyo!", regañó el mandatario a los presentes.
Al militar retirado Julio León, en cambio, lo acusan de "malversación de fondos y enriquecimiento ilícito". El actual gobernador de Yaracuy está acusado de "asignar obras a sus familiares, que no son ejecutadas, pero sí canceladas", según la Fundación Ombudsman.
Al coronel y piloto de cazas Luis Reyes le toca lidiar en Lara contra el que fuera gobernador chavista, Henri Falcón, el más popular del país. También golpista en 1992, Reyes ejerció de gobernador y de ministro, siempre a la sombra del líder bolivariano, su "compadre" desde la escuela en Barinas.
A Francisco Rangel, actual gobernador de Bolívar, las acusaciones de "nefasta acción burocrática" le vienen desde muy cerca. El Partido Comunista decidió lanzar su propia candidatura para castigar la ineficacia del general. Críticas parecidas surgieron contra el teniente coronel Wilmer Castro, gobernador de Portuguesa.
Preocupaciones para unos, tranquilidad para otros. El general José Luis García Carneiro es y seguirá siendo gobernador de Vargas, uno de los que más apoyan a Chávez.
Entre tanto dedazo, por lo menos destaca el del capitán José Vielma, que transformó con éxito el servicio de impuestos. El único de todos ellos con capacidad ejecutiva. La pelea entre dos opositores le puede dar la gobernación de Táchira, la región más antichavista. Si consigue la silla de gobernador de este estado fronterizo, Chávez habrá confirmado la buena puntería de su nuevo trabuco.
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