Causó 2000 muertos un sismo en Turquía
Temen que haya más víctimas; hay más de 10.000 heridos.
ESTAMBUL.- "La pérdida de vidas es enorme, que Alá ayude a nuestro pueblo", exclamó ayer el primer ministro turco, Bulent Ecevit, frente al desastre causado anteayer por el fuerte terremoto en Turquía, que dejó al menos 2000 muertos y 10.000 heridos.
El sismo, de 7,8 grados en la escala de Richter, es el peor ocurrido en el oeste del país en 30 años y afectó todo Estambul y las ciudades de Izmit, Yalova, Adapazari y Golcuk, dijeron fuentes del gobierno.
Se teme que la cifra de muertos aumente, ya que muchos cuerpos aún yacen bajo los edificios derruidos y siguen las remociones.
Y aunque en Estambul las tareas de rescate continuaban, en Izmit, Yalova, Adapazari y Golcuk, sin embargo -la zona más castigada-, debieron ser suspendidas debido a la falta de maquinaria apropiada. "Tememos que haya muchas personas más atrapadas bajo los escombros -se lamentó el alcalde de Izmit, Ismail Baris-, pero no podemos avanzar."
Inmediatamente después del sismo, ocurrido anteanoche, la gente comenzó frenéticos rescates en la oscuridad, iluminados con las luces de sus automóviles. Durante el día, la desesperación creció y muchos se ayudaban con las manos para desenterrar cuerpos, ya que por todas partes se escuchaban gritos procedentes de debajo de las ruinas.
Debido a las cálidas temperaturas veraniegas, los equipos de rescate esperan encontrar personas vivas incluso dentro de varios días. Aún se desconoce si turistas extranjeros se encuentran entre las víctimas.
Hospitales desbordados
Los hospitales de Estambul, que ayer no dejaban de recibir heridos, se declararon en emergencia.
Médicos y personal sanitario salieron a las calles a atender a los más graves que se encontraban en la vía pública, mientras los policlínicos y centros de salud comenzaban a desbordarse. La cadena de TV NTV dijo que en Izmit los hospitales rechazaban a personas con sólo heridas leves.
Se dijo que algunos médicos rompían las ventanas de las farmacias a fin de obtener medicamentos. Muchas de las familias que insistían en retirar los cuerpos de sus muertos optaron por cremarlos sin las ceremonias religiosas correspondientes ante el peligro de contaminación y epidemias.
El luctuoso saldo del sismo se debió también a que ocurrió a las 3 de la mañana, sorprendiendo a la mayoría de los ciudadanos durmiendo en sus casas. Testigos dijeron que mientras el suelo seguía sufriendo los ramalazos del sismo, vieron varias personas corriendo a las calles presas del pánico, a otros quedar atrapados bajo los escombros, y a otros más drásticos, que prefirieron tirarse por la ventana.
Recuento de daños
El epicentro del terremoto se localizó a 10 kilómetros de profundidad, en la ciudad de Izmit, provincia de Kocaeli, a unos 100 kilómetros al SE de Estambul. Allí, el incendio de la gran refinería Tupras, la mayor del país, estaba fuera de control y había provocado una densa humareda que hizo el aire irrespirable, por lo que se decidió evacuar al personal y a los habitantes de los alrededores.
El Ministerio del Interior decretó el estado de emergencia en la zona. La violencia del terremoto arrancó postes de electricidad y rompió los cables, dejando a la región sin energía, además de cortar las comunicaciones telefónicas y de tumbar varias torres de oración de decenas de mezquitas locales.
Al parecer, no hubo daño en lugares históricos de Estambul como la Mezquita Azul o el Palacio de Santa Sofía o de Topkapi, antiguo asiento del poder de los otomanos, de hace 1500 años. En cambio, decenas de edificios y puentes colapsaron en Estambul. Y en Golcuk, una enorme ola que impactó contra las viviendas frente al mar de Mármara, causó inundaciones y derrumbó un edificio de la marina, matando a unas 250 personas que se hallaban en su interior.
El Centro Nacional de Informaciones Sismológicas en los Estados Unidos informó que el sismo se originó al oeste de la falla norte de Anatolia, que atraviesa Turquía desde el Mar Egeo hasta la frontera con Armenia, corre paralela al Mar Negro y tiene una longitud de 1000 kilómetros. Fue seguido por más de 250 sismos secundarios.
El movimiento también estremeció a la capital turca, Ankara. No se informó de daños ni víctimas allí, aunque varios barrios quedaron sin luz.
Se estima que más del 80% de la población turca vive en zonas de riesgo sísmico. Una de ellas es Estambul, donde el panorama era desolador: ruinas y llanto por doquier, y niños y ancianos a la intemperie cerca de los escombros de lo que fueron sus hogares. Otros, que no perdieron sus casas, pasaron la noche al aire libre, por temor a nuevos movimientos telúricos.
Según el premier, Bulent Ecevit, la tragedia de ayer suma más desgracias a Estambul, que ya sufría la merma del turismo por motivos terroristas. La ciudad trabaja desde hace meses al 30% de su capacidad hotelera, debido a las amenazas de acciones terroristas lanzadas por la guerrilla separatista kurda, después de que su líder, Abdullah Ocalan, fuera apresado y sometido a juicio allí.
Argentinos
ANKARA (Télam).- La comunidad argentina en Turquía se encuentra bien, dijo ayer Atilio Molteni, embajador argentino en ese país.
Molteni, para quien esta es su segunda experiencia en sismos (estaba destacado en México cuando ocurrió el sismo de 1986) aseguró carecer de información sobre daños sufridos por residentes o turistas argentinos. Pero aclaró que los problemas de las telecomunicaciones, "nos impiden disponer de toda la información".
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