Cáucaso: la artillería daña ciudades de Nagorno-Karabaj
PARÍS.– Tras ocho días de enfrentamientos, la ofensiva militar de Azerbaiyán contra el Alto Karabaj redobló su intensidad este fin de semana con la ayuda de centenares de mercenarios sirios pagados por Turquía, que llegaron a la región para ayudar a las tropas del presidente azerí, Ilham Aliev, a recuperar esa autoproclamada república secesionista mayoritariamente armenia y católica.
"La última batalla por el Alto Karabaj ha comenzado", declaró ayer Arayik Harutyunian, presidente de esa región separatista, anunciando que se incorporaba a los combates.
Stepanakert, capital de esa provincia de 55.000 habitantes, fue blanco hoy de intensos disparos de artillería pesada. Según Azerbaiyán, se trató de una respuesta al ataque con cohetes de las fuerzas armenias. Los bombardeos contra Stepanakert comenzaron el viernes, obligando a la población a refugiarse en sótanos, sin comida y sin electricidad.
Según Harutyunian, las infraestructuras militares de las grandes ciudades azeríes, situadas a escasa distancia del frente, fueron bombardeadas por sus fuerzas en represalias por esos ataques. Sus fuerzas anunciaron haber "destruido" el aeropuerto de la segunda ciudad azerí, Ganja, información desmentida por Bakú, que reconoció sin embargo que algunos civiles resultaron heridos. Otras ciudades azeríes también fueron bombardeadas, según las autoridades de ese país: Horadiz, Beylagan y Terter.
"Esos ataques (contra Ganja) constituyen un nuevo indicador de la posición armenia, que no reconoce la ley. Condenamos esa violencia", indicó ayer la cancillería de Turquía, la única potencia regional que no ha llamado al cese del fuego y es acusada por la comunidad internacional y por Armenia de ayudar a Azerbaiyán con armas, aviones y mercenarios sirios.
Las autoridades azeríes, por su parte, ya no se preocupan en ocultar que se han lanzado en una guerra de reconquista de esa región mayoritariamente armenia, que se declaró independiente en 1991 y se resiste desde entonces –apoyada por Armenia– a formar parte de Azerbaiyán, como lo había decidido Moscú en la época de la Unión Soviética.
"Vamos a recuperar nuestros territorios. Es nuestro legítimo derecho y nuestro objetivo", declara una y otra vez Aliev. "No podemos esperar 30 años más. El conflicto de Karabaj debe resolverse ahora", insistió esta semana ante las cámaras de Al Jazeera. En el poder desde hace 16 años, Aliev indicó que el retiro de las fuerzas armenias de "los territorios ocupados" es la condición sine qua non para un cese del fuego. "Todo el mundo reconoce la integridad territorial de Azerbaiyán. Y ningún país del mundo reconoce la autodenominada República del Alto Karabaj", argumentó.
Por su parte, las fuerzas de Nagorno-Karabaj –el otro nombre de la provincia secesionista– afirmaron haber rechazado el "ataque masivo" azerí. El Ministerio de Relaciones Exteriores de la pequeña república separatista lanzó un llamado a la comunidad internacional en favor de su reconocimiento, denunciando una "triple alianza" en su contra: "Azerbaiyán, Turquía y las organizaciones terroristas de Medio Oriente".
En efecto, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), por lo menos 64 mercenarios sirios murieron en los enfrentamientos desde que comenzaron los combates. La ONG afirma que unos 1200 combatientes sirios fueron enviados por Turquía a pelear junto a las fuerzas azeríes.
Sin mencionar a Turquía, el Kremlin también denunció a comienzos de semana "la injerencia de fueras extranjeras" en el conflicto. El presidente francés, Emmanuel Macron, fue mucho más directo al considerar el jueves pasado que el despliegue de "combatientes jihadistas" llegados de Siria representaba el cruce de una "línea roja".
"Según nuestras propias informaciones, 300 combatientes partieron de Siria con destino a Bakú, pasando por Gaziantep, en Turquía. Todos son conocidos y están identificados. Vienen de grupos jihadistas que operan en la región de Aleppo", precisó el mandatario.
Macron agregó que, en su calidad de copresidente del Grupo de Minsk, pediría "explicaciones" al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en los próximos días. Ese grupo, también copresidido por Rusia y Estados Unidos, está a cargo de la mediación entre los beligerantes desde 1992, después de la sangrienta guerra entre 1990 y 1993 que provocó más de 30.000 muertos.
En este contexto, la embajada armenia en la Argentina emitió ayer un comunicado en el que llamó a los medios de la región a rechazar "las noticias falsas que descaradamente se empeñan en difundir Azerbaiyán y Turquía".
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