Caselli deja de ser el argentino con mayores influencias en el Vaticano
Mantuvo diferencias con Bergoglio y apostó siempre por obispos más conservadores
Esteban Caselli dejó de ser el argentino más influyente entre los muros del Vaticano. Ex embajador menemista ante la Santa Sede, y de amplio acceso a la Secretaría de Estado vaticana y a la Nunciatura en Buenos Aires, Caselli se destacó por haberse ubicado siempre en la vereda opuesta de Jorge Mario Bergoglio, el flamante papa Francisco.
Caselli vio en Bergoglio una amenaza a sus aceitados vínculos en el Vaticano. Esto se acentuó, sobre todo, cuando trascendió que el arzobispo de Buenos Aires fue el más votado después de Joseph Ratzinger, en el cónclave papal del 19 de abril de 2005.
Más cómodo con el ala conservadora de la Iglesia, Caselli siempre se jactó de sus influencias. Mantiene una buena relación con el cardenal argentino Leandro Sandri, sustituto de la Secretaría de Estado en tiempos de Juan Pablo II y actual prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales.
Es amigo, además, del cardenal Angelo Sodano, otro hombre de buena llegada en el Palacio Apostólico y que nombró a Caselli "gentilhombre" del papa.
En medios eclesiásticos, alguna vez se le asignó a Caselli una decisiva influencia en muchas cuestiones, incluida la designación de obispos u otras gestiones para ocupar vacantes en la Iglesia argentina.
Estas intervenciones molestaron más de una vez a Bergoglio, que lo habría manifestado delante de las autoridades máximas de la Santa Sede.
A Caselli, a quien apodan "Cacho", le atribuyeron intenciones de modificar la estructura del episcopado argentino en un sentido más conservador. "Bergoglio no formaba parte del grupo de obispos con el que Caselli mantenía una relación fluida y más fuerte. Pero su vínculo era bueno y correcto", dijo a LA NACION el periodista Ceferino Reato, quien fue asesor de prensa en la embajada argentina en el Vaticano entre 1997 y 1999, el período en que estuvo Caselli.
Reato también se ocupó de distinguir a Bergoglio: "Era el único de los arzobispos argentinos que cuando llegaba a Roma se tomaba el metro desde el aeropuerto Fiumicino. En general, la embajada les enviaba un taxi para buscarlos. Pero con él siempre fue distinto. Sobre todo, porque fue muy austero y autónomo respecto del gobierno de Menem y de los diferentes gobiernos que lo siguieron".
Reato ya le perdió la huella a Caselli y desconoce cómo fueron los pormenores de la relación con Bergoglio, que más de una vez se eximió de participar en ágapes organizados por Caselli.
Hasta 2011, Caselli fue senador de Italia en representación de América del Sur por el Partido del Pueblo de la Libertad (PDL), de Silvio Berlusconi. En febrero de este año intentó revalidar su banca, pero no tuvo suerte y perdió los comicios a manos del médico Claudio Zin.
Con Menem, Caselli fue subsecretario general de la Presidencia, por debajo de Eduardo Bauzá, y embajador en la Santa Sede. Con Carlos Ruckauf ocupó la secretaría general de la gobernación bonaerense entre 1999 y 2001.
Cuando Ruckauf fue designado canciller por Eduardo Duhalde, se llevó a Caselli como secretario de Culto. Desde anteayer, Caselli dejó de ser el argentino con más poder en el Vaticano.
Un menemista con poder propio
Caselli ocupó diferentes cargos en la década del 90
- ESTEBAN CASELLI
Ex embajador en el Vaticano
Siempre se jactó de gozar de amplio acceso a la Secretaría de Estado vaticana. Dicen que su influencia llegó hasta influir en la designación de obispos
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