Carta clave del papa Francisco a Víctor Fernández: “Lo que espero de vos es sin duda algo muy diferente”
El Pontífice le pidió “no controlar ni condenar” desde su nuevo cargo de prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, concentrarse en el área teológica que necesita desarrollo y no en el tema de los abusos
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ROMA.- En un gesto inusual y que dejó en claro la renovación que espera, el Papa pidió en una carta que dirigió a Víctor Manuel “Tucho” Fernández, designado este sábado como flamante prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, “no controlar ni condenar”, como en el pasado hizo el Santo Oficio. Además, le solicitó no ocuparse del tema abusos –ya que lo hace otra sección de ese “ministerio”–, sino concentrarse en el área teológica que necesita desarrollo y en la promoción del pensamiento.
“Querido hermano, como nuevo Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe te encomiendo una tarea que considero muy valiosa. Tiene como finalidad central custodiar la enseñanza que brota de la fe para dar razón de nuestra esperanza, pero no como enemigos que señalan y condenan”, escribió Francisco al citar la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, el documento programático de su pontificado.
“El Dicasterio que presidirás en otras épocas llegó a utilizar métodos inmorales. Fueron tiempos donde más que promover el saber teológico se perseguían posibles errores doctrinales. Lo que espero de vos es sin duda algo muy diferente”, agregó el Papa, en una frase clave de su carta, que fue difundida por el Vaticano en coincidencia con la designación, algo sin precedente.
El Papa aludió al período en el cual la también llamada Santa Inquisición condenaba y hasta quemaba en público a pensadores que consideraba herejes, como sucedió con Giordano Bruno en la Plaza Campo de’Fiori, en el centro histórico de Roma. O, en tiempos más recientes, cuando la entonces llamada Congregación para la Doctrina de la Fe –sobre todo en los 23 años en los que estuvo encabezada por el teólogo alemán Joseph Ratzinger (luego Benedicto XVI)– condenó a teólogos considerados demasiado abiertos, “disidentes”, a no enseñenar o escribir más.
Francisco recordó luego la vasta carrera de Fernández, que es el primer latinoamericano que llega a este puesto de enorme trascendencia. “Fuiste decano de la Facultad de Teología de Buenos Aires, presidente de la Sociedad Argentina de Teología y sos presidente de la Comisión de Fe y Cultura del Episcopado argentino, en todos los casos votado por tus pares, quienes de ese modo han valorado tu carisma teológico”, evocó. “Como rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina alentaste una sana integración del saber. Por otra parte, fuiste párroco de ‘Santa Teresita’ y hasta ahora arzobispo de La Plata, donde supiste poner en diálogo el saber teológico con la vida del santo Pueblo de Dios”, añadió.
Subrayó luego que, como para las cuestiones disciplinarias –relacionadas en especial con los abusos sexuales de menores– recientemente se creó una sección específica con profesionales muy competentes, como prefecto se dedicara más bien a la finalidad principal del Dicasterio que es “guardar la fe”.
“Para no limitar el significado de esta tarea, hay que agregar que se trata de aumentar la inteligencia y la transmisión de la fe al servicio de la evangelización, de modo que su luz sea criterio para comprender el significado de la existencia, sobre todo frente a las preguntas que plantean el progreso de las ciencias y el desarrollo de la sociedad”, explicó. “Estas cuestiones, acogidas en un renovado anuncio del mensaje evangélico, se convierten en instrumentos de evangelización, porque nos permiten entrar en conversación con el contexto actual en lo que tiene de inédito para la historia de la humanidad”, precisó.
“Es más, sabés que la Iglesia necesita crecer en su interpretación de la Palabra revelada y en su comprensión de la verdad sin que esto implique imponer un único modo de expresarla”, siguió. “Porque las distintas líneas de pensamiento filosófico, teológico y pastoral, si se dejan armonizar por el Espíritu en el respeto y el amor, también pueden hacer crecer a la Iglesia. Este crecimiento armonioso preservará la doctrina cristiana más eficazmente que cualquier mecanismo de control”, aseguró. “Es bueno que tu tarea exprese que la Iglesia alienta el carisma de los teólogos y su esfuerzo por la investigación teológica con tal que no se contenten con una teología de escritorio, con una lógica fría y dura que busca dominarlo todo”, añadió.
Finalmente, el Papa recordó que “siempre será cierto que la realidad es superior a la idea”. “En ese sentido, necesitamos que la Teología esté atenta a un criterio fundamental: considerar inadecuada cualquier concepción teológica que en último término ponga en duda la omnipotencia de Dios y, en especial, su misericordia”, indicó.
“Nos hace falta un pensamiento que sepa presentar de modo convincente un Dios que ama, que perdona, que salva, que libera, que promueve a las personas y las convoca al servicio fraterno. Esto ocurre si el anuncio se concentra en lo esencial, que es lo más bello, lo más grande, lo más atractivo y al mismo tiempo lo más necesario”, agregó para luego cerrar: “Sabés bien que hay un orden armonioso entre las verdades de nuestro mensaje, donde el mayor peligro se produce cuando las cuestiones secundarias terminan ensombreciendo las centrales. En el horizonte de esta riqueza tu tarea implica además un especial cuidado para verificar que los documentos del propio Dicasterio y de los demás tengan un adecuado sustento teológico, sean coherentes con el rico humus de la enseñanza perenne de la Iglesia y a la vez acojan el Magisterio reciente”.
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