Cardenal Ayuso: "El Papa lo que hace es aplicar la doctrina social de la Iglesia"
ROMA.- Aunque no todos lo notaron, en la presentación oficial de la nueva encíclica del Papa, "Fratelli tutti", sobre la fraternidad y la amistad social, que tuvo lugar ayer en el Aula del Sínodo del Vaticano, se oyó hablar en árabe. Junto a dos altos prelados del Vaticano y dos profesores laicos, uno de los oradores fue un musulmán: el juez Mohamed Mahmoud Abdel Salam, secretario General del Alto Comité para la Hermandad Humana y consejero del Gran Imán de Al Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, figura que inspiró al ex arzobispo de Buenos Aires a la hora de escribir su tercera encíclica.
El cardenal español Miguel Ángel Ayuso Guixot, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, que también fue uno de los presentadores, le agradeció especialmente la presencia al juez Mahmoud Abdel Salam, a quien llamó "hermano". En una entrevista que tuvo más tarde con LA NACIÓN, este purpurado sevillano de 68 años –creado cardenal por Francisco en el último consistorio, hace un año–, destacó que su presencia fue algo sin precedente.
Por otro lado, preguntado por las críticas que ya comenzaron a caerle al exarzobispo de Buenos Aires de parte de sus detractores debido a sus fuertes críticas al capitalismo y al mercado, aseguró que "el Papa lo que hace es sencillamente vivir y tratar de aplicar los principios más esenciales de la doctrina social de la Iglesia".
-En el quinto capítulo de Fratelli Tutti, sobre la mejor política, al margen de criticar duramente al mercado y al liberalismo, el Papa habla de la función social de la propiedad privada. ¿Cómo lo defendería usted de los ataques que seguramente le lloverán de partes de los sectores más conservadores que lo tildan de ‘comunista’?
-Yo me ocupo de cuestiones interreligiosas pero veo cómo –y esto lo sé directamente del papa Francisco–, a veces la gente se regala en clasificarlo en modos diferentes y sé que pueden haber resistencias, oposiciones, críticas. Pero yo lo que veo es que el papa Francisco lo que está proponiendo al mundo desde el inicio de su pontificado es un hacer refrescar en la Iglesia y ofrecer al mundo todos los principios contenidos en la doctrina social de la Iglesia. Y no se sale de una coma de todo eso. Es decir que yo invitaría a los que se oponen al papa Francisco, a que tomen en sus manos cualquier compendio de la doctrina social de la Iglesia y allí verán el tema de la igualdad y de otros tantos ámbitos. Se siente que hay gente que se encuentra un poco incómoda, un poco molesta y que se pregunta ‘pero por qué hace todo esto?´’. Pero bueno, es una misión de la Iglesia promover la doctrina social, buscando esta igualdad, esta hermandad y esta fraternidad que, en este capítulo particularmente, el Papa anhela y da sus retoques para hacer un llamado.
-¿Quizás es que tiene una forma de decir las cosas más directa?
-Sí, una forma más directa, pero allí es donde hay que trabajar. La misma Laudato Sí, que se decía y se dice que es la ‘encíclica ecológica’ o ‘verde’, en sus sustancia no es otra cosa que otra encíclica que busca promover la doctrina social de la Iglesia. Regalarse en decir o acusar al Santo Padre de ser alguien que se inventa las cosas o que se refugia en varias ideologías no es justo. El Papa lo que hace es sencillamente vivir y tratar de aplicar hoy en el mundo en el que vivimos los principios más esenciales de la doctrina social de la Iglesia, que quiere que nosotros todos como hermanos y hermanas que somos, vivamos unidos a toda la familia humana, promoviendo para el bien de todos, el bien común y no para el bien de algunos, la amistad social.
- Fue un hecho bastante histórico haber escuchado hablar en árabe en la presentación de la encíclica de un Pontífice ¿verdad?
-Sí, evidentemente, ver cómo en un acto oficial, en el Vaticano, un musulmán venga a presentar y hacer sus observaciones sobre una encíclica del Papa es algo sin precedente. Y que nos muestra cómo, más allá de nuestras pertenencias religiosas, tenemos un camino que recorrer y este camino pasa a través de nuestra propia identidad en la cual tenemos que permanecer siempre bien anclados porque si no, nos llevaría a un sincretismo a un relativismo de tantas cosas...
-Antes de que saliera Fratelli tutti hubo polémicas por el título , considerado no inclusivo y discriminatorio por grupos de mujeres católicas, sobre todo anglófonas, que incluso le pidieron al Papa en una carta abierta que lo cambiara por Fratelli e sorelle tutti... ¿Usted qué opina?
-Yo creo que ha sido una polémica superficial, en el sentido de que basta leer el primer párrafo en donde es citada una frase de San Francisco de Asís en donde se dirige a los hermanos todos y ese todos debe ser considerado entonces no solamente para los frailes, sino para toda la humanidad. San Francisco amaba todo lo creado y amaba al ser humano que Dios había puesto en el centro del mundo y eso es una apertura universal. Y basta después leer la frescura que tiene la universalidad de esta encíclica, que me parece un poco injustificado el revuelo, sobre un tema del cual tenemos que tener mucha atención porque siempre, en cualquier lugar, en cualquier circunstancia, en cualquier situación, tenemos que pensar en vivir en una cultura inclusivista, de igualdades entre todos. Pero creo que esta polémica sobre el título antes de su publicación fue algo innecesario.
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