Cancún, un lugar de la gran siete para descansar
Su costa tiene la forma de ese número, pero se la aprueba con 10
CANCUN.- Una de sus cosas más agradables es caminar a pleno sol, cuando el mediodía parece un incendio, sin quemarse los pies ni andar a los saltitos como un gato escaldado buscando aterrizar en un refugio a la sombra. Se puede andar descalzo, sin necesidad de sandalias o protección alguna porque la arena está formada por microorganismos fósiles que no transmiten el calor.
El dato es importante porque la vida de playa es la actividad dominante de los que no tienen nada que hacer. El mar, en cambio, no es el mismo a lo largo de la zona hotelera, que tiene la forma de un número 7.
La isla es una franja angosta, de 400 metros de ancho que tiene 22 kilómetros de largo total. Para ubicarse a lo largo de la avenida Kukulcán, la dirección son los kilómetros contados a partir de la vecina Ciudad Cancún. En la parte Norte, en lo que sería el palito transversal en el mapa, desde playa Las Perlas y Juventud (km 3) hasta Playa Caracol (km 8) las aguas son más tranquilas.
Es un área ideal para los chicos por el poco oleaje, aunque hay que tener cuidado a cualquier edad. Es una zona protegida porque tiene enfrente a Isla Mujeres. Desde allí sale el ferry para las excursiones.
En la parte más larga, la del palito vertical, desde Punta Cancún (kilómetro 9) hasta Punta Nizuc (kilómetro 20) el mar puede ser fuerte porque está frente al mar Caribe. Aquí están los hoteles más importantes.
A espaldas de la figura del 7 que hemos descripto, se encuentra la laguna de Nichupté, que es el lugar preferido para los deportes acuáticos, especialmente en laguna Bojórquez a resguardo del viento, donde alquilan jet-ski, que no son baratos, pero se puede negociar regateando.
Vida social
En todos los lugares, con mar manso o bravo, la vida social gira en torno de las piscinas. Que hay de todo tipo, no sólo para menores y mayores, sino con diferentes características para atraer al público.
A propósito: en México no puede haber playas cerradas, cualquiera puede atravesar por donde le guste, aunque no siempre el acceso es fácil. Incluso en muchos hoteles admiten a visitantes que pagando una entrada pueden disfrutar de las mismas comodidades que los pasajeros.
Es muy útil un sombrero de paja que se puede comprar en cualquier tianguis (mercadito). Aunque es difícil seguir el consejo de los dermatólogos, ir a la playa antes de las 11 y después de las 16.
A toda hora acuérdese de hidratarse con agua mineral (no tome agua corriente porque, aunque sea potable, hay que estar acostumbrado a ella). Prefiera jugos embotellados (los llaman aguas frescas) o frutas con cáscara y evite los cubitos de hielo porque están hechos con agua de la canilla.
Jugar a las visitas
No hay nadie más ocupado que el que no tiene nada que hacer. Por eso el tiempo no alcanza para nada en Cancún, a menos que nos organicemos bien. En mi caso me gusta levantarme temprano, con la fresca, como dicen en el campo que la tienen clara, y disfrutar de la playa casi desierta porque la mayoría (especialmente los más jóvenes) bajan al mediodía.
Por la tarde la actividad gira en torno de los shopping, que son numerosos (alrededor de dos docenas) y muy buenos. Muchos funcionan en los grandes hoteles o son vecinos. Están lejos para recorrerlos caminando porque Kukulcán es una larga avenida, pero no una calle al estilo de las ciudades.
El taxi no es caro y también hay un servicio de colectivos que la recorre de punta a punta camino a Ciudad Cancún, que es interesante si buscan artesanías o precios notablemente más bajos que en la zona hotelera.
Es cierto que Cancún se parece a la parte monumental de la avenida Collins en Miami, pero la vida es diferente. No hay un centro como South Beach, aunque cada núcleo tiene sus lugares preferidos en torno de algunos centros comerciales y de entretenimiento diurno y nocturno.
En cambio es muy intensa la actividad de los hoteles de gran turismo, superior a las 5 estrellas. Al atardecer, a la hora de los antojitos o botanitas, algo así como las tapas en España, es muy agradable visitar sus bares con la promoción de los happy hours.
Hay muchas palabras en inglés, pero son muy mexicanos, por ejemplo en su gusto por la formalidad, ya que al oscurecer no está bien visto andar descalzo ni con ropa de playa. Se usa más pantalones que shorts y más camisas más que remera.
Las bebidas importadas son caras, pero no las locales, especialmente la cerveza de Yucatán que es muy buena, una de las mejores de México con marcas como la Montejo y la Negra Modelo. Hay degustaciones de tequila, pero ande con cuidado porque parece muy suave, pero se va para arriba.
La noche es larga
Hay muy buenos restaurantes, dentro y fuera de los hoteles y los shoppings, porque salir a comer es uno de los entretenimientos favoritos del turista.
Una interesante experiencia es buscar una palapa, un quincho tapado con hojas de palmera, para comer al lado del mar.
La gastronomía de Yucatán se caracteriza por los sabores agridulces y cantidad de vegetales. Los chile (picantes) son una cosa muy seria porque el llamado habanero es como comer fuego.
La sobremesa es larga y tranquila. Nadie tiene apuro por terminar ahorita y los postres, como los plátanos o mangos flambeados, son un final delicioso, con un licor como digestivo.
A bailar
Luego viene la discoteca hasta la madrugada. Por eso es conveniente haber cortado el día con una siesta, corta o larga, para aguantar y no perderse nada. Hechos a medida de las necesidades de dos millones de visitantes por año, los sitios bailables están diseñados para las distintas edades, aunque como en todo el mundo predomina la música tecno y hay pocas que ofrezcan ritmos más lentos.
No empiezan tan tarde como en Buenos Aires o nuestra zona Atlántica; a las 22.30 ya hay bastante público. En muchos casos porque los más jóvenes entraron con las promociones free pass o no cover.
En Cancún todo el año es primavera y da gusto trasnochar, cada uno a nuestra manera, mientras tarareamos el consejo funcional de Carlos Santana: "Oye como va, mi ritmo/ bueno p´a gozar mi alma..." Y también pensar en levantarse temprano para hacer una excursión a lugares de ensueño que la rodean.
Tiburones dormidos
Fue Jacques Cousteau el que descubrió, en Isla Mujeres, la Cueva de los Tiburones Dormidos. El mismo investigador consideró que la isla Cozumel es uno de los mejores sitios para bucear en el mundo con su arrecife Palancar. Por su extensión, sólo lo supera la Gran Barrera de Australia. Está a sólo media hora de ferry desde Playa del Carmen y es la isla más grande de México. Allí suelen amarrar los cruceros que recorren el Caribe. Es muy interesante el museo y las historias que se cuentan sobre los piratas, que desde ese apostadero elegían sus presas para atacar. En casi todas las playas hay puestos de alquiler de equipos para bucear.
Nacido por computadora
El sexto destino más visitado del mundo
Hasta 1974 no había nada en Cancún, salvo algunos pescadores y las iguanas que siguen jugueteando en la arena. En ese momento el turismo mexicano eligió el lugar, computadora mediante, para convertirlo en el gran destino turístico, el sexto lugar más visitado del mundo.
La fórmula es muy difícil de superar: playas de arenas blancas y fresccas, aguas cristalinas sedosas y tibias, visibilidad de 30 metros debajo del agua, 240 días de sol por año, temperatura promedio de 27º C durante todo el año. Cancún está más cerca de Miami (a una hora de vuelo) que del propio DF (2 horas de avión). La zona hotelera sigue la avenida Kukulcán y es imposible perderse porque todo se concentra allí: hoteles, restaurantes, shoppings y discotecas.
En la Laguna Nichupté hay deportes acuáticos y en las aguas de mar, snorkel; en las vecinas Islas Contoy, una Reserva Natural de la Biosfera. Isla Mujeres y en Cozumel, que son un paraíso para buceadores. Por último, a 130 kilómetros, luego de atravesar un corredor de playas, las ruinas mayas de Tulúm, las únicas frente al mar.
Un corredor de arena y sol hasta
La Costa Turquesa
A la sucesión de playas que se extiende desde Cancún hasta Tulum, por 130 kilómetros, la llaman la Costa Turquesa, y tiene varios lugares muy atractivos.
Por orden de aparición está Playa del Carmen que es la preferida de los europeos porque la oferta de alojamiento es más variada y económica que Cancún.
Tiene desde hoteles muy buenos de confort internacional hasta posadas con techo de palma y hamacas mayas para dormir a cielo abierto porque no hay aire acondicionado. En sus playas, como en las de todo el corredor hasta Tulum, hay más topless que en Cancún.
Ríos subterráneos
Siguiendo el camino, donde hay buenas playas y casi desiertas donde queramos detenernos, está X-Caret que es un parque donde conviven la naturaleza con las ruinas y los ríos subterráneos y cenotes de valor ritual para los mayas.
Está luego Puerto Aventuras con un famoso centro de Exploración de Arqueología Marina, cerca Akumal donde se encontró el galeón Matanceros hundido en 1741, lo que dio pie a la leyenda de que allí estaría enterrado el pirata Jean Lafitte con sus tesoros.
Finalmente, en el kilómetro 131 se acaban los adjetivos frente al balcón sobre el mar de la fortaleza de Tulum, levantada entre ocho y diez siglos antes de Cristo. El lugar, además de su valor histórico y paisaje porque uno se puede bañar ahí, tiene una onda positiva y bohemia que llevó a muchas parejas jóvenes a pasar allí largas vacaciones.
Nota publicada en el suplemento Turismo el 3 de noviembre de 2000