Cameron prometió un "contraataque"
Advirtió que la policía inició una dura respuesta con hidrantes y balas de goma a los responsables de la violencia; otros tres muertos
LONDRES.- Autorización para utilizar balas de goma y cañones hidrantes. Un imponente despliegue policial, redadas masivas, juzgados abiertos las 24 horas para agilizar los procesos criminales, publicación de los rostros de los culpables de la peor violencia vivida en esta capital desde el "blitz", es decir, la Segunda Guerra Mundial.
Mientras la revuelta social parecía dejar una Londres aún asustada para trasladarse a otras partes del país -anteanoche Manchester, Birmingham, Liverpool y Nottingham se convirtieron en centros de saqueos-, el premier británico, David Cameron , dejó ayer en claro que su respuesta a los peores desórdenes sociales que se recuerden en este país será el rigor, la mano dura.
"Necesitábamos contraatacar y el contraataque ha comenzado", dijo el premier, que anunció una nueva batería de medidas para restaurar el orden. Cameron, que se vio obligado a interrumpir sus criticadas vacaciones en una lujosa villa de la Toscana para enfrentar el descontrol londinense, se juega su futuro político con el manejo de esta crisis .
La violencia estalló el sábado pasado en el barrio de Tottenham, en el norte de esta capital, donde una marcha de protesta por la muerte de Mark Duggan, un hombre de color de 29 años baleado en circunstancias confusas por la policía, degeneró en una batalla campal que incluyó saqueos, incendios de edificios y devastación.
En un efecto contagio impulsado por las redes sociales, como Twitter, y la mensajería del BlackBerry, el inaudito brote de violencia se extendió a más de 25 suburbios de esta capital y el lunes por la noche tuvo su pico, ante la total inacción de la policía, impotente ante el caos.
Patrullas civiles
Pese a que desde anteayer Londres es monitoreada por 16.000 agentes -el triple de los que había el lunes-, en varios suburbios los vecinos comenzaron ayer a autoorganizarse en patrullas de vigilantes y rondas para protegerse de nuevos incidentes.
De hecho, los tres nuevos muertos en el marco de esta revuelta, que habla a las claras de profundas tensiones sociales, fueron hombres de origen asiático que habían sido atropellados anteanoche mientras intentaban proteger sus comercios de saqueos en Birmingham.
Un inglés de 32 años fue detenido por este triple homicidio que, además, disparó temores a eventuales "batallas raciales" entre las comunidades afrocaribeñas y asiáticas de la ciudad.
Birmingham, con cerca de 1,5 millones de habitantes y escenario en el pasado de fuertes enfrentamientos raciales, ostenta una de las poblaciones con mayor diversidad cultural del Reino Unido. Según la Oficina Nacional de Estadísticas, el 33,3% de sus habitantes no son blancos, un 20% son de descendencia asiática y un 9% de descendencia africana o caribeña.
En su segunda aparición ante los medios desde su regreso, Cameron prometió "mano dura" y castigo a los criminales. Además, afirmó que los protagonistas de los desmanes -gente joven por lo general humilde y de diversas razas- serán identificados y arrestados. "Que esta violencia continúe es simplemente inaceptable. No vamos a permitir que esto suceda en nuestro país. No vamos a permitir que una cultura del miedo exista en nuestras calles", dijo Cameron.
La policía -odiada por la mayoría de los jóvenes de los suburbios- está llamando a la población a colaborar identificando a las personas que quedaron inmortalizadas en fotos o fueron filmadas durante los saqueos. En medio de la consternación general por una devastación, furia y violencia sin precedente, fiel reflejo del malestar social por una crisis económica que provocó durísimos recortes, trascendió ayer que entre los 805 looters arrestados hay un maestro de primaria.
Se trata de Alexis Bailey, un hombre de color de 31 años, cuya foto -en la que humillado intentaba cubrirse el rostro con un diario al salir del tribunal de Highbury- abría la tapa del vespertino London Evening Standard. Bailey, que gana 1000 libras (1418 dólares) por mes como maestro, fue arrestado cuando saqueaba un negocio de artículos electrónicos de Croydon en la medianoche del lunes pasado.
Lo que más parece impactar a la opinión pública, que sigue bajo shock por lo ocurrido en los últimos días, es que muchos de los autores de los saqueos, entre los cuales había universitarios y hasta chicos de 7 años, no son ladrones, sino personas aparentemente "normales".
Buenos malos
En este sentido, también causó sensación la historia de Linette Livingstone, una madre que pensaba que sus dos hijos gemelos de 19 años, Isha y Micha, estudiantes, estaban en el gimnasio el domingo por la noche. Pero no: según la policía, que los detuvo, estaban saqueando Curry's, otra tienda de electrónicos, en medio de los disturbios que hubo en Brixton, en el sur de esta capital. "Son buenos chicos y no necesitan robar, no los eduqué para eso", declaraba a la prensa, horrorizada.
Quizá por eso Cameron, más allá de dejar en claro que el "contraataque" ya había comenzado, en su intervención también aludió a una "sociedad enferma".
"Hay bolsones de nuestra sociedad que no sólo están quebrados, sino que francamente están enfermos. En partes de nuestra sociedad hay una completa falta de responsabilidad, gente que se permite pensar que el mundo le debe algo", denunció, utilizando, una vez más, palabras muy duras, como para demostrar esa determinación que evidentemente le faltó al gobierno al comenzar los choques.
Queda por ver ahora si el "contraataque", que hoy será debatido por el Parlamento, convocado de urgencia, funciona o no. Se advierte gran escepticismo entre la gente.
Una viñeta de The Daily Telegraph mostraba ayer a una pareja de turistas que le pregunta a un tradicional bobby dónde está el estadio Olímpico. Y éste le contesta: "Doblen a la izquierda después del segundo ómnibus incendiado y a la derecha después de la tienda de electrónicos saqueada".
CRITICAS AL RECORTE DE FONDOS POLICIALES
LONDRES (ANSA).– La responsable del Interior del opositor Partido Laborista británico, Yvette Cooper, advirtió ayer que, ante la ola de violencia de los últimos días en Gran Bretaña, no es concebible que el gobierno conservador recorte el 20% del presupuesto destinado a las fuerzas policiales.