Cambio climático: la atención mundial se muda a Glasgow, en busca de un consenso difícil
La cumbre por el clima, la última oportunidad para evitar que el calentamiento global sobrepase el grado y medio de temperatura, supone un desafío para los líderes mundiales que aseguran que “no será fácil”
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PARIS – El alineamiento de los astros no augura nada positivo para la 26a Conferencia Mundial sobre el Clima (COP26), que se abrió ayer en la ciudad escocesa de Glasgow. La reunión, que había sido aplazada hace un año por la pandemia de Covid, comenzó sus primeros trabajos en una atmósfera de extrema tensión por el rebrote de contagios. Para los 30.000 delegados presentes, que representan unos 200 países y varios centenares de ONG, esa cruel amenaza se suma la enorme decepción causada por el incumplimiento de los objetivos en los Acuerdos de París de 2015.
“Esta es la última y mejor esperanza de poder evitar que la temperatura mundial aumente más de 1,5 °C antes de fin de siglo”, proclamó el diputado británico Alok Sharma, que preside las deliberaciones. Pero su discurso pareció frío y desangelado, a imagen del escaso optimismo que mostraban los participantes, la llovizna glacial que caía sobre Glasgow y las tarifas exorbitantes que practican los hoteles de la ciudad. La burbuja inflacionaria afectó incluso a organismos internacionales como la OMS, que debió pagar 20.000 dólares para alquilar un espacio de 60 metros cuadrados para dar sus conferencias sobre salud y briefings a la prensa.
La falta de entusiasmo obedece sobre todo a la contrariedad causada por las grandes potencias, que acudieron a Glasgow sin cumplir con las promesas formuladas hace siete años y con un fuerte aumento de las emisiones de CO2. Un reciente informe de la ONU estableció que, de los 196 países vinculados al Acuerdo de París, sólo 143 presentaron objetivos cifrados de reducir sus emisiones de gas carbónico. Pero, de ese total sólo la mitad cumplía los niveles acordados en París para alcanzar la neutralidad de CO2 para 2050. Peor aun: a pesar de la profunda recesión de actividad industrial registrada durante al año de la pandemia, los países más industrializados y algunos emergentes aumentaron sus niveles de emisión en 4% en 2021, recuperando los niveles previos a la pandemia. De hecho, algunas naciones del G20, como la Argentina, India, China o Indonesia, superaron los niveles previos a la emergencia del Covid. Incluso la cumbre del G20 en Roma mostró serias dificultades para llegar a un consenso sobre el clima.
“No será fácil lograr que esta COP26 sea un éxito”, advirtió Patricia Espinosa, responsable de Cambio Climático de la ONU, pero eso “duplica nuestro desafío” porque “tenemos la necesidad absoluta de salir con un mensaje de esperanza”. Desde Roma, el Papa Francisco también apeló a “rezar por el éxito de la COP26″.
“Es verdaderamente la reunión de la última chance”, reconoció por su parte el príncipe Carlos pocas horas antes durante la cumbre del G20 en Roma, que también estuvo parcialmente a la crisis climática. El heredero de la corona volverá repetir ese mensaje apremiante hoy (lunes), cuando haga su discurso ante en Glasgow. La preocupación de los delegados se explica por la brecha que existe entre las promesas de descarbonización formuladas en 2015 y los que reclamaba la ciencia en el Acuerdo de París.
“No oculto mi inquietud cuando veo cuan lejos estamos del objetivo fijado por la ciencia”, alertó el secretario general de la ONU, alarmado por la ausencia de resultados concretos en los últimos cinco años y por el aumento de las inversiones públicas y privadas realizadas por los miembros del G20 en energías fósiles, que totalizaron más de 50.000 millones de dólares entre 2018 y 2019, según Climate Transparency.
Los expertos advierten que esas inversiones pueden convertirse en un boomerang: si no se pone coto a la crisis climática, el PIB del G20 podría bajar en 4% y arrojar enormes pérdidas para las actuales inversiones en carbón, gas o petróleo, según una publicación divulgada la semana pasada por el Centro Euro-Mediterráneo de Cambio Climático (CMCC).
La COP26 recién entrará realmente en materia este lunes con los mensajes de los presidentes Joe Biden y Emmanuel Macron, así como del primer ministro indio Narendra Mori, que representa a uno de los países con mayor índice mundial de emisiones contaminantes. La presencia de expertos, activistas, empresarios y diplomáticos de todo el mundo también contribuirá a pimentar las deliberaciones, discusiones de pasillo y negociaciones de alto nivel, a pesar de la ausencia de los presidente ruso Vladimir Putin y chino Xi Jinping. El primer ministro británico Boris Johnson tiene enormes esperanzas depositadas en la COP26 para poder exhibir al menos un resultado positivo en medio del recrudecimiento de la pandemia y la crisis de abastecimiento que sufre el país como consecuencia del Brexit.
La opinión pública y la prensa aguardaban con expectativa a la activista sueca Greta Thunberg, que finalmente llegó ayer a Glasgow. La joven, cara visible de la OGN Fridays For Future, encabezará una gran manifestación convocada para el viernes próximo en Glasgow, a la cual también acudirá la ugandesa Vanesa Nakate, otra gran militante emblemática movimiento juveni
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