Cambia el viento en la región: el freno económico fuerza una era de reformas
Los expertos creen que la nueva coyuntura de América latina está llevando a los gobiernos a tomar medidas de fondo en temas como infraestructura y educación
MADRID.- Pocas veces el diagnóstico sobre qué necesita una región es tan unánime como lo es ahora respecto de América latina, "aunque generalizar con una región con tantas diferencias es arriesgado", recuerda Carlos Malamud, investigador de América latina del Real Instituto Elcano y catedrático de Historia de la Universidad de Educación a Distancia (UNED).
La tesis mayoritariamente respaldada por los expertos es que América latina necesita adoptar una agenda audaz y creíble de reformas estructurales, focalizada en la mejora de la educación, las infraestructuras y el clima de negocios. Serían las reformas de segunda generación, las reformas 2.0, lejos del sesgo liberalizador de las de los años 90 y adaptadas a unas economías que han abandonado los últimos puestos en desarrollo económico, pero que aún están lejos de dar respuesta a las demandas de su creciente clase media.
Eso pese a que América latina ha superado con creces la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión, cuando las economías de la región se beneficiaron mucho de la fuerte demanda asiática de materias primas y bienes básicos industriales y de la gran entrada de capital extranjero, como consecuencia de las políticas de tipos de interés cero de los principales bancos centrales. "La complacencia de haber respondido bien al shock de 2008 puede ser el mayor riesgo", sostiene Jorge Sicilia, economista jefe del Grupo BBVA.
De hecho, según datos de BBVA Research, la economía latinoamericana crecerá 0,9% este año y 1,8% en 2015, debido a la desaceleración de la demanda interna y un entorno exterior menos favorable, en el que destacan el frenazo de la economía china y la menor demanda global de materias primas. "En el promedio de la región es probable que ya se haya dejado atrás lo peor de la desaceleración", dice la entidad en su último informe de coyuntura regional, donde se constata, además, la brecha creciente entre la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile), que registrará un crecimiento de 2,8% y 3,8% en 2014 y 2015, respectivamente, y el Mercosur, cuyo PBI se contraerá un 0,5% este año y crecerá apenas 0,4% el que viene. Con todo, la región queda lejos del crecimiento promedio entre 2003 y 2011 -4,5%, según el Fondo Monetario Internacional (FMI)- y de los ritmos de otras economías de renta similar, como las asiáticas, que registrarán un crecimiento medio este año superior al 7%.
"El frenazo en economías como la de Brasil y el efecto arrastre de la situación en Europa y en China hacen que los gobiernos latinoamericanos tengan que tomar medidas tanto de ajuste como de reformas para poder afrontar de una forma adecuada los próximos tiempos", subraya Javier Santacruz, economista e investigador de la Universidad de Essex, en Gran Bretaña.
Entorno desfavorable
Los gobiernos tendrán que abordar esas reformas en un entorno mucho menos favorable, como apuntan fuentes financieras internacionales, que pasa por "las consecuencias que tendrá sobre la inversión la normalización de la política monetaria en Estados Unidos, la necesidad de volver a emprender ajustes para reducir los déficits exteriores y un escenario de menores precios de las materias primas".
Es cierto que los economistas del FMI recuerdan la importancia "de que la región tenga políticas fiscales prudentes, baja inflación y tipos de cambio flexibles para mejorar su capacidad de respuesta frente a eventuales shocks", pero más allá de las políticas macroeconómicas, también reconocen que es hora de aplicar reformas destinadas a elevar la baja productividad de la región y subir en la cadena de valor; de corregir la escasez de infraestructuras de transporte y mejorar el clima para hacer negocios.
"Es necesario pasar de las reformas que permiten el crecimiento, las dirigidas a la estabilidad macroeconómica, a las reformas que promueven el crecimiento, que exigen inversión en capital físico y humano y una reducción de la economía sumergida", apunta Sicilia. "El problema no es el diagnóstico, es la voluntad y la capacidad para implementar las reformas."
Es ahí donde ya aparecen las primeras grietas. México ha aprobado la mayor batería de reformas estructurales y sólo la violencia y la debilidad del Estado frente al crimen pueden poner en riesgo la agenda reformista, un planteamiento que ni está ni se lo espera en la Argentina, donde el déficit fiscal no deja de crecer y la política monetaria se dedica a financiar el gasto público.
"A menudo es el cambio político el impulsor de las nuevas iniciativas de reformas, como sucedió en la India, o en México con la elección de Enrique Peña Nieto en 2012", explica Geoff Dennis, estratega de UBS.
No ha sucedido así de forma mayoritaria en la región, pero, según Malamud, "ya hay señales de que la desaceleración económica repercute en la política". "Las últimas elecciones no han provocado grandes alternancias de gobierno, pero han propiciado resultados muy reñidos que ya no resultan tan cómodos para el oficialismo como antes." Las consecuencias en la agenda política dependen mucho de los países. "Allí donde las instituciones tienen más peso, como en Chile o incluso en Brasil, a juzgar por los últimos nombramientos de la presidenta [Dilma] Rousseff, la agenda política está cambiando en función de la coyuntura actual, pero en otros no es el caso, como se puede comprobar en la Argentina o en Venezuela."
Las primeras consecuencias ya se dejan sentir, en forma de flujos de inversión, con notables excepciones, como México. "Las recesiones nunca ayudan demasiado a la estabilidad política y social", señala el banco suizo de inversión Lombard Odier, en una reciente nota a clientes. "No es sorprendente que los flujos de capital hacia los mercados emergentes ya estén dando la espalda a América del Sur en favor de Asia, exacerbando con ello el deterioro de la cuenta corriente, la depreciación de las divisas y la ampliación de los diferenciales de la deuda soberana en toda la región latinoamericana", remata.
Cuatro gobiernos en movimiento
Varios países ya empezaron a tomar medidas
"Para que nos sea posible retomar el crecimiento garantizando el alto empleo [...], vamos a impulsar la actividad económica"
Dilma Rousseff
Presidenta de Brasil
- En un giro pragmático, Dilma anunció la semana pasada su nuevo equipo económico, que planteó la necesidad de un fuerte ajuste fiscal y un riguroso control de la inflación
- La meta de Dilma, que fue reelecta en octubre pasado, es que el país recupere la credibilidad de los inversores y vuelva a crecer a un ritmo sostenido
- El nuevo ministro de Economía, Joaquim Levy, conocido como "Manos de Tijera" por su apego a la austeridad, dejó en claro en una rueda de prensa que su meta para 2015 es que Brasil obtenga un superávit fiscal primario del 1,2% del PBI
- Levy afirmó que el gobierno "dará ejemplo aumentando el ahorro" y adelantó que estudiará una disminución del gasto público
"Con la reforma que propongo, el petróleo y los demás hidrocarburos seguirán siendo de los mexicanos"
Enrique Peña Nieto
Presidente de México
- La principal apuesta económica del presidente, la apertura del mercado del petróleo, anunciada en agosto pasado, tropezó con una vertiginosa caída del precio del crudo
- Pero a este contexto internacional se le sumó la crisis que se desató por la desaparición de los 43 estudiantes en el estado de Guerrero. Cansados de la corrupción y la impunidad, los mexicanos viven un clima de pesimismo que podría ensombrecer el buen desempeño de la economía, aseguran los expertos
- El gobierno también puso en marcha un plan de gasto de 590.000 millones de dólares para revertir el decrecimiento del PBI
- Se espera que con las reformas la inversión extranjera aumente en los próximos años
"Prefiero asumir y conducir las inevitables divergencias que crean las reformas antes que se frustre esta oportunidad de desarrollo"
Michelle Bachelet
Presidenta de Chile
- El gobierno de Michelle Bachelet, que asumió en marzo pasado, culpa al gobierno anterior de la desaceleración económica que enfrenta Chile, que crecerá sólo un 1,9% este año
- En su mayoría, los empresarios sostienen que la agenda reformista de Bachelet y las indecisiones de su gobierno generaron incertidumbre en los mercados e hicieron caer el consumo
- El principal problema del ministro de Economía, Alberto Arenas, es político: los empresarios le quitaron el apoyo
- Para mitigar el freno de la economía, el gobierno aumentará el gasto público, que será de 9,8% en 2015 y la mayoría se destinará a la inversión. El Ejecutivo apuesta a que esta medida genere empleo
"Algo que nos levanta el orgullo a los bolivianos es que este año tres países de América del Sur han pedido que nosotros les prestemos plata"
Evo Morales
Presidente de Bolivia
- Luego de ser reelecto en octubre pasado, continuará con el exitoso modelo que impulsó el crecimiento económico anual de Bolivia, de alrededor de 5% desde 2006
- La base del crecimiento boliviano está fundamentada básicamente en la venta de gas a Brasil y a la Argentina
- Evo concibió políticas para el sector gasífero que generaron grandes ingresos. A partir de mayo de 2006, el gobierno exigió que las empresas energéticas extranjeras pagaran 32% adicional en impuestos y regalías
- Pero el gobierno de Morales mantuvo también en todos esos años presupuestos equilibrados y el país acumuló más de US$ 15.400 millones en reservas internacionales, todo un récord
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