Durante las ostentosas celebraciones, el líder del PCC aseguró además que el pueblo de su país tiene confianza y orgullo, y que su gobierno jamás buscará oprimir a nadie
PEKÍN.- Hoy no es un día más en China. Es un día de actos multitudinarios, de celebraciones, de discursos. En medio de la pandemia de coronavirus que reportó sus primeros casos en este país de Asia, el gobierno de Xi Jinping parece haber dejado atrás la preocupación por el brote y se dispone a afianzar su liderazgo. Y sus palabras en esta fecha especial van en esa dirección.
Vestido con un traje gris abotonado del estilo de los de Mao Zedong, el líder habló desde el balcón de la Puerta de Tiananmen y enfatizó el papel del partido a la hora de alzar a China a la relevancia internacional, añadiendo que nunca se alejará del pueblo.
Pese a la contundencia de todo su discurso, hubo un momento en particular en que la ovación fue más notoria y se dio cuando describió al partido como la fuerza que había restaurado la dignidad de China y la convirtió en la segunda mayor economía del mundo desde que asumió el poder en la guerra civil de 1949.
Tras ello, lanzó una amenaza al mundo al asegurar: “El pueblo chino no permitirá en absoluto que ninguna fuerza extranjera lo intimide, oprima o esclavice y quien lo intente se encontrará con cabezas rotas y un derramamiento de sangre frente a la Gran Muralla de hierro de los 1400 millones de ciudadanos chinos”.
Xi, de 68 años y quien preside el partido y las fuerzas armadas más grandes del mundo, dijo también que el país había restaurado el orden en Hong Kong tras las protestas antigubernamentales que paralizaron la ciudad semiautónoma en 2019 y reiteró su determinación de incluir a la autogobernada Taiwán bajo su control.
“El pueblo chino es un pueblo con un fuerte sentido del orgullo y confianza en sí mismo”, afirmó Xi y agregó. “Nunca hemos intimidado, oprimido o esclavizado a la gente de otra nación, ni en el pasado, ni durante el presente, ni en el futuro”.
“El gran renacimiento de la nación china entró en un proceso histórico irreversible”, indicó además.
Las declaraciones de Xi se producen en momentos en que China vive una rivalidad cada vez más acentuada con Estados Unidos por el estatus de potencia mundial y se encuentra enfrentada con India por su frontera. Pekín reclama también islas no habitadas en manos de Japón y casi la totalidad del Mar de la China Oriental, al tiempo que amenaza con invadir Taiwán, con quien Washington impulsó su relación y las ventas militares.
Pero el gobierno enfrenta también duras críticas por un supuesto abuso de poder en su territorio, incluyendo la detención de más de un millón de uigures y de otras minorías musulmanas para su reeducación política en la región noroccidental de Xinjiang, y por encarcelar o intimidar a quienes considera posibles rivales desde Tíbet a Hong Kong.
Cien años
Los eventos de hoy coronan semanas de ceremonias y actos en los que se elogió el papel del Partido Comunista (fundado por un puñado de militantes en julio de 1921 en una Shanghái todavía dividida en concesiones extranjeras) en las mejoras en la calidad de vida del país y en la recuperación de la influencia económica, política y militar en el extranjero. Estos avances, junto a la dura represión a los opositores, ayudaron a la formación a mantenerse en el poder a pesar de que sus 92 millones de miembros son apenas el 6% de la población.
Aunque el progreso deriva principalmente de las reformas económicas aplicadas por Deng Xiaoping hace cuatro décadas, las celebraciones se centran en el rol de Xi, que se alza como el líder chino con más poder desde Mao. En su rol y en el acto, Xi mencionó las contribuciones de sus predecesores en su discurso, que estuvo dominado por sus afirmaciones acerca de avances en el alivio de la pobreza y en el progreso económico, al tiempo que elevó el perfil internacional de China y plantó cara a Occidente.
Durante el evento, resonaron en Pekín 100 disparos de cañón para conmemorar el centenario y la patrulla acrobática del ejército del aire sobrevoló la plaza de Tiananmen, dibujando en el cielo haces rojos, amarillos y azules. Asimismo algunos helicópteros formaron en el cielo el número “100” y otros llevaron la bandera del partido, con la hoz y el martillo amarillos sobre fondo rojo.
Xi, en el poder desde marzo de 2013, eliminó el límite temporal a la presidencia y se espera que a principios de 2022 inicie su tercer mandato de cinco años.
Agencias AP y AFP
Fotos: AFP y AP
Edición fotográfica: Fernanda Corbani