Buscan en Ecuador a 16 argentinos que están desaparecidos
La embajada en Quito creó una red de contactos para extender el rastreo
Una semana después del fuerte terremoto que sacudió la costa del país, y que dejó por lo menos 587 muertos, 16 argentinos continúan desaparecidos en Ecuador, confirmaron fuentes diplomáticas, mientras las organizaciones humanitarias trabajan en la prevención de enfermedades vinculadas a la falta de servicios sanitarios.
Entre los argentinos, una lista original de más de 100 desaparecidos se redujo significativamente a medida que las personas buscadas se comunicaron con sus familias. Entre la mañana y la tarde de ayer, por ejemplo, el listado bajó de 22 a 16.
"Es lo mismo el reclamo de 100, de 10 o de 1. Los queremos con vida, no queremos ningún argentino muerto. Nos angustia, y el reclamo de los familiares nos mata", dijo a LA NACION el embajador argentino en Ecuador, Luis Juez. El sismo también dejó 8340 heridos de diversa gravedad y más de 25.000 damnificados se encuentran en albergues.
La embajada trabaja desde el día del sismo con las autoridades ecuatorianas para dar con el paradero de los argentinos buscados. Pero a la vez armó su propia red informal de contactos, señaló Juez, para hacer correr la voz entre los mochileros y otros viajeros que tuvieran información sobre ellos. Muchos no entraban en contacto con sus familias por falta de comunicaciones. En algunos casos, incluso, por haber estado en zonas ajenas al sismo, quizá ni siquiera sabían que los buscaban.
En cuanto a los miles de damnificados ecuatorianos, intentan sobrevivir entre la escasez de comida y los riesgos de vivir sin los mínimos servicios sanitarios.
Al salir el sol, se lanzan a la tarea más importante del día: conseguir alimentos y agua que los mantengan hidratados, bajo los más de 30 grados que marca el termómetro. Para eso pueden acudir a lugares fijos de entrega, donde enfrentan colas kilométricas, o recorren su destrozado barrio a la espera de las unidades móviles con ayuda.
"Es una población que ha perdido sus viviendas. Están expuestas más de 20.000 personas viviendo en refugios; hay que tener cuidado con el suministro de agua, el lavado de manos, las picaduras de mosquitos", señaló a la agencia EFE la doctora Gina Tambini, representante en Ecuador de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Las condiciones de los sobrevivientes, que durmieron las primeras noches en parques y ahora comparten refugios, "hacen muy difícil" que se pueda cumplir con el protocolo de prevención para evitar la picadura del mosquito Aedes aegypti , que transmite el zika, el dengue y la chikungunya.
En las provincias de Esmeraldas, Manabí, Guayas y Los Ríos, las más afectadas por el sismo, ya circulaba el zika, y el desafío es evitar que el virus se expanda tras el terremoto. También está el riesgo de enfermedades como la hepatitis A o brotes de gastroenteritis y gripe.
Los expertos trabajan ahora para identificar a las mujeres embarazadas y asegurar que tengan la protección necesaria, dado que el mayor riesgo del zika es que puede causar microcefalia y otras enfermedades congénitas.
Otro de los riesgos es que con el terremoto "se pierde el 20 o 30% del agua potable en estas poblaciones", dijo Tambini. Y agregó que los esfuerzos se concentran en que llegue agua segura a los sobrevivientes, porque el agua puede ser fuente tanto de reproducción del mosquito como de brotes de enfermedades gastrointestinales.
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