Bukele comenzó su segundo mandato en El Salvador: “Así como hicimos este país seguro, haremos este país próspero”
El mandatario comienza un nuevo gobierno en el que tendrá el desafío de bajar los niveles de pobreza y mantener la seguridad; están presentes presidentes de varios países del mundo entre ellos Javier Milei
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SAN SALVADOR.- El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, inició un segundo mandato este sábado con un poder casi absoluto y prácticamente sin oposición tras obtener una cuestionada reelección en febrero. A partir de ahora enfrentará un nuevo período con el desafío de mantener la seguridad en el país -eje de su alta popularidad- y lograr la prosperidad económica que prometió.
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— Nayib Bukele (@nayibbukele) June 1, 2024
“Todos los gobiernos del mundo reconocen este gobierno, a pesar de lo que digan algunos opositores”, dijo Bukele al comenzar su discurso desde el balcón del Palacio Nacional, acompañado por su esposa y su hija mayor.
“La libertad es una de las cosas que más anhelamos los seres humanos, y nuestro país, después de mucho tiempo, tiene libertad. Logramos lo inimaginable, no con nuestra fuerza ni nuestra inteligencia, sino únicamente con la gloria y la sabiduría de Dios. Los milagros que hemos visto en este país no son pocos. Si Dios así lo desea, vendrán muchos más”, siguió.
Mediante una analogía con la medicina, Bukele aseguró que “hace más de 30 años apareció el cáncer de las pandillas, que se volvió el problema más urgente de resolver. Ningún gobierno pudo combatirlo, es más, la medicina que los gobiernos dieron sólo empeoró la enfermedad (…) Juntos nos libramos del cáncer de las pandillas”, a pesar de haber tenido que tomar “medicina amarga”, dijo.
“Aquí vinieron expertos internacionales, organismos, a decirnos que así no se resolvía el problema de las pandillas, que había que resolverlo de otra manera. Pero ustedes valientemente decidieron no escucharlos y defender incondicionalmente las decisiones que se estaban tomando. Con la ayuda de Dios, el esfuerzo del pueblo salvadoreño y el gobierno, logramos resultados que ni nosotros mismos habríamos soñado”, afirmó el mandatario.
“El 4 de febrero ustedes reafirmaron que este es el camino que ustedes quieren para El Salvador para que salga adelante y cambie para siempre”, señaló frente a cientos de seguidores. El presidente indicó que “a partir de ahora tenemos una enorme tarea: la de proteger como un león nuestro legado, el legado más grande que un pueblo y un gobierno, trabajando de la mano, le dejarán a su futuro”.
“La sociedad salvadoreña sigue enferma, pero ya no tiene cáncer”, dijo Bukele, al afirmar que el foco de su segundo mandato estará puesto en enfrentar la crisis económica. “Así como hicimos este país seguro, haremos este país próspero”, dijo.
Bukele, quien indicó que “la oposición es insignificante”, dijo a los salvadoreños que “no hagan caso a voces que tratan de envenenar la mente de la gente cuando construimos algo bueno para el pueblo” y aseguró, nuevamente con una analogía, que “ahora faltan todas las otra enfermedades, pero hay que escuchar al doctor y seguir la receta al pie de la letra”.
El mandatario pidió a sus seguidores levantar su mano, jurar y repetir en voz alta: “defender incondicionalmente nuestro proyecto de nación siguiendo al pie de la letra cada uno de los pasos, sin quejarnos, pidiendo la sabiduría de Dios, para que nuestro país sea recompensado de nuevo con otro milagro, y juramos nunca escuchar a los enemigos del pueblo”.
Convertido en uno de los líderes políticos más populares de América Latina por su controvertida guerra contra las pandillas y con una alta aceptación en su país, Bukele ganó la reelección en febrero a pesar de las disposiciones de la Constitución del país centroamericano que prohibían mandatos consecutivos. Los jueces de la Corte Suprema designados por la Asamblea Legislativa, con mayoría oficialista, habilitó su candidatura.
Invitados
Bukele, de 42 años, prestó juramento en una ceremonia solemne en el histórico Palacio Nacional, en el centro histórico de San Salvador, a cuya plaza asistieron cientos de simpatizantes y donde estuvieron presentes mandatarios internacionales como Javier Milei, el rey Felipe VI de España y el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, entre otros. También asistió Donald Trump Jr., hijo del exmandatario estadounidense.
Este controversial expublicista emprende otro mandato de cinco años, hasta 2029, tras pulverizar a la oposición y obtener un histórico 85% de votos en las elecciones de febrero, donde también ganó casi todo el Congreso (54 de 60 escaños, a los que se suman tres diputados de partidos aliados).
Asiduo en las redes sociales donde se ríe de quienes le llaman “dictador”, tiene a su favor el resto de poderes estatales, incluidos magistrados que le permitieron buscar la reelección y sobreponerse a la Carta Magna. La Corte Suprema de Justicia, repleta de jueces seleccionados por los aliados de Bukele en el Congreso, dictaminó en 2021 que Bukele podía buscar su segundo mandato.
Estados Unidos, que en el 2021 condenó la decisión de la Corte Suprema salvadoreña de habilitar la reelección presidencial inmediata a pesar de que la Constitución lo prohíbe, envió a la ceremonia una delegación encabezada por Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional, quien se reunió en privado con el líder salvadoreño.
Mayorkas reafirmó “el compromiso compartido de Estados Unidos y El Salvador de abordar cuestiones claves de interés mutuo”.
En este nuevo período de gobierno, tendrá aún más poder porque los diputados aprobaron recientemente una reforma que le facilitará hacer cambios constitucionales, incluso, según analistas, habilitar la reelección indefinida.
“Avanzó con una velocidad alarmante en eliminar frenos y contrapesos esenciales para una democracia, que le permitió, entre otras cosas, su reelección (...). Es difícil pensar que el propio Bukele vaya a desandar sus medidas autoritarias”, afirmó Tamara Taraciuk, del centro de análisis Diálogo Interamericano.
En una América Latina azotada por la violencia criminal, Bukele es el presidente más popular, según una encuesta regional, gracias a sus políticas de “mano dura” contra las pandillas, que varios gobernantes, como Daniel Noboa y Xiomara Castro, mandataria de Honduras, han tratado de emular. Ambos asistieron a la investidura, igual que el presidente Santiago Peña (Paraguay) y Rodrigo Chaves (Costa Rica).
Bukele asegura haber sanado al país del “cáncer” de las pandillas, a las que declaró la “guerra” y construyó una megacárcel: desde marzo de 2022, El Salvador vive bajo un estado de excepción que deja 80.000 detenidos sin orden judicial.
Human Rights Watch y Aministía Internacional denuncian muertes, torturas y detenciones arbitrarias. Casi 8000 han sido liberados, miles por ser inocentes. El costo de la seguridad la paga “la población detenida injustamente”, resume el coordinador de la Comisión de Derechos Humanos, Miguel Montenegro.
Para Bukele, que llegó al poder en 2019 con un 53% de votos, su reciente triunfo arrollador muestra que los salvadoreños quieren seguir bajo el régimen de excepción.
Tras doblegar a las pandillas, los expertos creen que la luna de miel podría acabar por las preocupaciones económicas.
”La seguridad está mejor, ya no tenemos miedo a salir (ahora) uno espera que haya más trabajo, mejor condición de vida. Todo está caro”, dijo Sandra Escobar, de 27 años, cajera en una cafetería capitalina.
El país enfrenta una deuda pública de 30.000 millones de dólares, un 29% de sus 6,5 millones de habitantes son pobres y muchos siguen emigrando a Estados Unidos en busca de trabajo.
Los 3 millones de salvadoreños que viven en el exterior envían remesas por 8000 millones de dólares anuales (24% del PBI). Son “el flotador” sin el que “nos hubiéramos hundido hace rato”, apunta el economista Carlos Acevedo.
En un intento de revitalizar la economía dolarizada y dependiente de las remesas, en 2021 Bukele hizo a El Salvador el primer país del mundo donde el bitcoin es de curso legal. Pero en la vida cotidiana prácticamente no circula.
”Buscará seguir construyendo la nueva imagen del país como un destino seguro para el turismo y la inversión”, opinó Gustavo Flores-Macías, profesor de la Universidad Cornell, de Nueva York.
Bukele es señalado por sus críticos de no rendir cuentas de los millonarios gastos en megaproyectos de impacto mediático y en su maquinaria de comunicación.
Ramón Villalta, director de la ONG Iniciativa Social para la Democracia, considera clave “una mayor transparencia”, “lucha contra la corrupción” e “independencia de los poderes del Estado”.
Agencias AFP, AP y Reuters
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