Coronavirus: Brasil queda en el centro de la carrera global por la vacuna
RÍO DE JANEIRO.- Con la urgencia de las decenas de miles de casos y muertos que se suman todos los días, Brasil lanzó esta semana las primeras pruebas clínicas de una vacuna británica en San Pablo y Río de Janeiro, dos estados convertidos en teatros de operaciones no solo contra el coronavirus, sino entre los grandes los grandes laboratorios del mundo.
Brasil, donde la epidemia continúa en aumento y es el segundo país con más casos y muertes, y Gran Bretaña son los únicos países donde se realizan pruebas de la vacuna diseñada en la Universidad de Oxford, una de las tres que las autoridades brasileñas esperan desarrollar en asociación con instituciones y laboratorios extranjeros. Las pruebas comenzaron ayer en San Pablo y hoy en Río de Janeiro.
La carrera farmacológica a nivel mundial entre laboratorios de China, Estados Unidos y Gran Bretaña para buscar una vacuna forma también parte de un capítulo de las disputas entre el gobierno federal del presidente Jair Bolsonaro y los gobernadores regionales, enfrentados por la negativa de Bolsonaro a apoyar las medidas de prevención.
La Universidad Federal de San Pablo (Unifesp) inició el martes la aplicación en profesionales de la salud de la vacuna de Oxford, desarrollada en alianza con el laboratorio AstraZeneca. Detrás de este proyecto apareció, ofreciendo una fábrica express en caso de éxito, la Fundación Lemann, del magnate brasileño Jorge Paulo Lemann, el hombre más rico del país y socio del fondo de inversión que controla las multinacionales InBev y Kraft.
Investigadores británicos comenzaron a realizar pruebas sobre la vacuna experimental en Gran Bretaña el mes pasado, con el objetivo de inmunizar a más de 10.000 personas, incluyendo ancianos y chicos. La vacuna creada en Oxford es una de cerca de una docena que se encuentran en las etapas iniciales de prueba en seres humanos.
Para que Brasil pueda tener disposición de esa supuesta vacuna, el gobierno necesita firmar un acuerdo con Gran Bretaña, ya que Estados Unidos y una decena de países se encuentra en la fila para tener en sus laboratorios públicos la posible solución a la pandemia. Según el ministro de Salud, el general Eduardo Pazuello, el acuerdo se firmaría esta semana.
"Hay 15 iniciativas promisorias de vacunas, pero estamos trabajando directamente con tres", dijo Pazuello, un general del Ejército y el tercer ministro de Salud en la pandemia tras las renuncias de los dos anteriores por desacuerdos con Bolsonaro. Además de la de Oxford, están en danza una vacuna estadounidense y otra procedente de China.
El de Estados Unidos es un proyecto de la biofarmacéutica Moderna, en tanto el de China es un acuerdo de la firma Sinovac directamente con estado de San Pablo, que tiene el laboratorio público que fabrica más vacunas de América Latina, el Instituto Butantan.
El gobierno paulista del gobernador João Doria, que fue aliado de Bolsonaro en 2018 y ahora es opositor, se lanzó a la carrera por la vacuna en alianza con Sinovac en el marco de sus lazos firmes con Pekín. En 2019 San Pablo abrió una oficina comercial en Shanghai cuyos frutos es la producción de esta posible vacuna.
Estos tres proyectos dejan al país no solo en el centro de la pandemia, donde se encuentra desde hace varias semanas con las peores estadísticas mundiales después de Estados Unidos, sino a la vez en el centro de la expectativa sobre una cura definitiva contra el Covid-19, y en medio de la disputa por ver qué laboratorio se queda con el trofeo multimillonario de ser el pionero en el diseño, desarrollo y fabricación de la vacuna a nivel global.
Pero la celeridad está dada también por las propias necesidades de Brasil. "La curva brasileña sigue en fuerte ascenso. Todavía estamos en la primera ola, con casos confirmados y número de decesos que crecen de forma exacerbada", dijo el investigador Domingos Alves, jefe del Laboratorio de Inteligencia en Salud (LIS) de la Universidad de San Pablo (USP).
Agencias AP, AFP y Télam
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