Brasil: a dos días de la asunción de Lula, Bolsonaro lloró en una transimión en vivo y dejó el país
El mandatario levantó la prohibición que regía sobre Maduro para el ingreso al país, aunque todavía no se sabe si el presidente venezolano irá a la asunción del líder del PT el domingo
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BRASILIA.- A pedido del presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva, el gobierno de Jair Bolsonaro revocó este viernes una resolución que prohibía la entrada del venezolano Nicolás Maduro y otras autoridades chavistas a Brasil, una medida que regía desde agosto de 2019. El mandatario, además, se despidió de sus tradicionales transmisiones en vivo en las redes sociales, donde se emocionó y criticó a la futura administración, y por la tarde dejó el país.
De esta manera, Maduro ahora está en condiciones de asistir el próximo domingo a la ceremonia de asunción del líder del PT, aunque su presencia no está confirmada.
Los ministros de Justicia y de Relaciones Exteriores de Bolsonaro cancelaron la resolución interministerial de 2019 que determinaba la prohibición de ingreso a Brasil de Maduro y sus ministros, en el marco del no reconocimiento del gobierno de Caracas, cuando Brasilia se alineó al Estados Unidos de Donald Trump y a la Colombia de Ivan Duque para desconocer al mandatario venezolano y reconocer en su lugar como autoridad al líder de la oposición, Juan Guaidó.
Según la resolución publicada en el Diario Oficial, los ministerios de Justicia revocaron la decisión interministerial número 7 del 19 de agosto de 2019 que impedía el ingreso de Maduro, una medida solicitada por el equipo de transición que prepara la asunción de Lula en una ceremonia en Brasilia.
El veto a Maduro y sus ministros había sido firmado en 2019 por los entonces ministros de Justicia, Sérgio Moro, y el de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo.
Ahora, la resolución que le da luz verde al regreso de Maduro a territorio brasileño está firmada por el canciller Carlos França y el ministro de Justicia interino, Antonio Lorenzo.
El futuro canciller de Lula, Mauro Vieira, anunció que el gobierno del presidente electo volverá a reconocer al gobierno de Maduro como el legítimo representante venezolano y adelantó que habrá una reapertura de la embajada brasileña en Caracas.
Pese a la revocación, el gobierno venezolano todavía no informó si Maduro participará de la asunción del domingo, como harán 19 jefes de Estado, como Alberto Fernández.
Una razón que impediría a Maduro viajar a Brasil es que no fue posible enviar, con anticipación, un equipo avanzado para garantizar su seguridad. Tampoco hubo apoyo de la embajada, cerrada en Brasilia, según el diario O Globo.
Hace dos semanas, Lula le envió una carta a Maduro diciendo que Brasil restablecerá las relaciones con Caracas justo al comienzo de su gobierno. Hasta este viernes, último día del mandato de Bolsonaro, la diplomacia brasileña reconoce a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.
El último live de Bolsonaro
Este viernes, en su última transmisión en vivo en las redes sociales como presidente, Bolsonaro -quien estuvo prácticamente alejado de la vida pública desde que perdió frente a Lula en el ballottage del 30 de octubre- habló por primera vez sobre el futuro gobierno.
“¿Qué veo yo de este gobierno que se espera que asuma el domingo? Es un gobierno que empieza cojo”, dijo Bolsonaro, quien no estará presente -como indica el protocolo- en la ceremonia. Finalmente, alrededor de las 14 partió a Orlando, en Estados Unidos, donde se quedará por lo menos un mes.
“Ya estoy en vuelo, vuelvo a la brevedad”, dijo Bolsonaro al canal de noticias CNN Brasil a bordo del avión de la Fuerza Aérea que lo traslada a Estados Unidos, con lo cual se confirma que no participará de las ceremonias de transmisión de mando de Lula el próximo domingo.
El vicepresidente Hamilton Mourao, quien queda a cargo como presidente interino, confirmó el viaje al canal de noticias GloboNews.
Según el Diario Oficial de la Unión, ocho funcionarios elegidos por Bolsonaro como parte de la comitiva permanente de seguridad a expresidentes fueron en el avión con el mandatario.
En su transmisión en Facebook e Instagram, Bolsonaro habló con la voz quebrada por el llanto al cerrar el discurso de unos 50 minutos desde el Palacio de Alvorada, cuando dijo que se perdió “una batalla, pero no la guerra” y que este es un “momento de tristeza”. Sin embargo, destacó que “Brasil no se va a terminar " el 1° de enero y celebró que ahora “Brasil es más conservador” que años atrás.
Por otro lado, Bolsonaro dijo que no había justificación para lo que describió como un intento de “acto terrorista”, después de que la policía frustró el plan de un hombre para detonar un artefacto explosivo en Brasilia la semana pasada en protesta por su derrota electoral.
Sin embargo, el líder ultraderechista trató de distanciarse de George Washington de Oliveira Sousa, quien fue arrestado por el hecho y quien dijo a la policía que el llamado a las armas de Bolsonaro lo inspiró a hacerse con un arsenal y explosivos.
“Nada justifica, aquí en Brasilia, este intento de acto terrorista. Un elemento, que fue atrapado, gracias a Dios, con ideas que no son compartidas por ningún ciudadano, pero ahora lo catalogan como ‘bolsonarista’”, se quejó el presidente.
La transmisión en vivo tuvo cerca de 500 mil asistentes en Instagram y 100 mil en Facebook, según un primer chequeo divulgado por CNN Brasil.
Mientras tanto, simpatizantes de Bolsonaro que reivindican un golpe de Estado, permanecen acampados frente al Cuartel General del Ejército este viernes a la mañana, a dos días de la toma de posesión de Lula.
Los activistas resistieron ayer un operativo de la Policía de Brasilia para que desalojen el lugar donde se establecieron desde el 30 de octubre, cuando Lula da Silva derrotó a Bolsonaro en un balotaje por estrecho margen.
El futuro ministro de Justicia de Lula, Flavio Dino, manifestó críticas a la presencia de los manifestantes ante la sede militar y anticipó que el próximo mandatario ordenará el desalojo.
La Secretaría de Seguridad Pública de Brasilia informó que las autoridades del Ejército, responsable por esa área acampada, no brindaron apoyo para retirar a los activistas. En tanto, este viernes asumirá las nuevas autoridades del Ejército, con el general Julio César de Arruda como nuevo comandante.
Fuentes del gobierno de transición de Lula dejaron trascender que el nuevo jefe del arma podría ordenar la salida de los militantes y el levantamiento de decenas de tiendas, cocinas de campaña y baños químicos que montaron en el lugar.
Agencias Reuters, Télam, ANSA y diario O Globo (GDA)
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