Brasil: el color de una jornada cargada de tensión por el posible juicio a Dilma Rousseff
Mientras en Brasilia se decide el futuro político de la presidenta, en San Pablo, grupos a favor y en contra de ella se hacen escuchar con batucadas y vuvuzelas
SAN PABLO.- Bocinas, gritos y aplausos. La normalidad de la céntrica avenida Paulista, en el corazón financiero de San Pablo, comienza a transformase cuando tres jóvenes de no más de 18 años, enfundadas en una bandera de Brasil, intentan cruzar esa calle y la gente para a saludarlas.
La exagerada presencia policial en la zona y el ruido de una batucada y de las vuvuzelas también hacen suponer que esa normalidad de autos y gente yendo y viniendo es sólo aparente. No es un día cualquiera en Brasil.
El Senado votará hoy si aparta de su cargo o no a la presidenta Dilma Rousseff por un máximo 180 días y, dada la previsible derrota, lo más probable es que este país se levante mañana con el vicepresidente Michel Temer como nuevo jefe de Estado interino.
Grupos a favor y en contra
Los grupos a favor y en contra del juicio político de la presidenta tienen sus zonas de acción bien delimitada sobre la Paulista. Los primeros están acampando desde hace 57 días en la puerta de la Federación de las Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp), la mayor y más poderosa patronal del país. Los segundos suelen reunirse a poco más de 100 metros de ahí, del otro lado de la avenida, en la vereda donde está ubicado el Museo de Arte de San Pablo (MASP).
Con la cara pintada de amarillo y verde y un megáfono en la mano, Vasco Novak, de 23 años, intenta organizar la batucada y los cantos que está entonando la agrupación Resistencia Paulista, que está acampando en esa avenida desde hace 57 días.
"Llegué de Brasilia, estaba acampando allá desde el año pasado, no estoy en contra del PT, estoy en contra de la corrupción, por eso me adherí a las protestas de junio de 2013 y dejé todo para ser un activista político. Quiero que Dilma se vaya, pero que también se vayan todos los corruptos del petrolão, que la Justicia castigue a esa elite política corrupta", dice a LA NACION.
Son las 17 y este grupo a favor del impeachment no pasa de las 50 personas, pero la expectativa de los organizadores es grande. La de Vinicius da Silva Santos, que vende muñecos inflables con la cara de Lula, Dilma, silbatos y banderas, también. Este joven de 20 años no sólo espera que el impeachment sea aprobado sino también que llegue mucha gente a la protesta para poder vender sus productos y sacar una diferencia este mes. "La gente no compra como en otras épocas de protestas, pero estoy seguro de que las cosas a partir de ahora van a mejorar".
Caminando por la vereda "enemiga", Carolina Ferreira, que tiene 23 años y es cineasta, se dirige a paso firme hacia la protesta a favor del impeachment. "El PT formó una máquina de corrupción y que la presidenta salga de su cargo sería una buena noticia. Jamás elegiría a [Michel] Temer como presidente, de la misma forma que nunca voté por el PT, pero el vicepresidente es un hombre astuto, con un apoyo grande en el Congreso y creo que puede hacer un gobierno decente", comenta.
Entre las pocas voces que había hoy en la avenida Paulista en contra del juicio político está la de Lucas Lima, un peluquero de 21 años. "Cualquiera que pueda entrar en el lugar de Dilma será peor, si la presidenta sale no habrá garantías de que los programas sociales vayan a continuar. Nunca voté por el PT, pero considero que si el impeachment triunfa todo estará peor, sobre todo la calidad democrática del país", dice.
Batucadas y vuvuzelas
A pocos metros de la batucada y las vuvuzelas de la Fiesp, en la vereda del MASP, tímidamente, se van juntado algunas personas que están a favor de Rousseff y en contra del "golpe". Cerca de las 18, este grupo, de no más de diez personas, porta banderas del PT y otras con los colores LGBT. Son conscientes de que el resultado de la votación de hoy puede resultar en la suspensión de la presidenta pero tienen la convicción y la consigna de resistir y ocupar la calle.
"El golpe comenzó en la Cámara de Diputados, en la votación del 17 de abril. Sabemos lo que va a pasar hoy pero no bajaremos los brazos, vamos a resistir, tendremos por delante 180 días de lucha, porque no podemos retroceder, no podemos permitir un retroceso de las conquistas sociales, por eso no daremos un paso atrás", dice Lucas Dantas, de 22 años, militante de la Juventud del PT.
Las diferencias políticas separan a los dos grupos de un lado y del otro de la avenida Paulista y lo que los jóvenes de ambos bandos destacan es que nunca hubo agresión ni de un lado, ni del otro. "Al final, todos queremos lo mismo, que es vivir en un país mejor", desliza Novak y se pierde entre el grupo que canta al frente de la Fiesp, megáfono en mano.
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