Bolsonaro: Brasil está “al límite del límite” por su peor sequía en décadas, temen apagones
El presidente brasileño pidió a la población que ahorre energía; la histórica falta de lluvias pone en jaque a las usinas hidroeléctricas, pero desde el gobierno rechazan hasta ahora el racionamiento
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RIO DE JANEIRO.- El presidente brasileño Jair Bolsonaro advirtió la noche del jueves que Brasil está “al límite del límite” por la crisis hídrica y le pidió a la población que ahorre energía.
”Tengo seguridad que usted puede apagar una luz ahora. Pido ese favor: apague una luz. Ayude, así está ayudando a economizar agua de las hidroeléctricas. Ya estamos cerca de 10, 15% de almacenamiento en gran parte de las represas. Estamos al límite del límite. Algunas van a dejar de funcionar si la crisis hidrológica continúa existiendo”, aseguró.
En medio del agravamiento de la peor sequía en décadas que desafía la provisión de energía en Brasil para los próximos meses, Bolsonaro anunció que avanzará con medidas que estimulan la reducción del consumo de electricidad, un intento por mitigar la crisis y alejar el fantasma del racionamiento.
Brasil está viviendo su mayor crisis hídrica en 91 años. La falta de lluvias está poniendo en jaque la generación de energía en las usinas hidroeléctricas, que trabajan muy por debajo de su plena capacidad.
Aunque el gobierno descarta la hipótesis de un racionamiento, analistas del sector advierten que crece el riesgo de que falte energía en horarios pico hacia fin de año. Las usinas hidroeléctricas responden hoy por un 62% del total de la matriz energética del país.
El deterioro de la crisis en las últimas semanas llevó al gobierno a presentar ayer un programa de “reducción voluntaria” de consumo, con descuentos en las cuentas de pequeños consumidores a partir de septiembre. Todavía no se conocieron los detalles, pero según adelantó el ministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque, el programa entrará en vigor la semana que viene.
“Repito: no trabajamos con la hipótesis de un racionamiento”, dijo el ministro, taxativo sobre la posibilidad de que se afecte el suministro en los próximos meses.
Nivalde de Castro, coordinador del grupo de Estudios del Sector Eléctrico (Gesel) de la Universidad Federal de Río de Janeiro, ponderó, en diálogo con LA NACION, que las medidas adoptadas por el gobierno “están dentro de un encuadramiento técnico consistente” aunque no está claro si conseguirán evitar problemas de abastecimiento de energía en noviembre.
“Todo lo que puede producir energía está siendo puesto en funcionamiento y el gobierno formalizó medidas para reducir la demanda”, dijo el profesor y coordinador del Gesel. “Pero si las lluvias continúan siendo escasas y la demanda no cae, el escenario en noviembre será de cortes selectivos de energía entre las 17 y 20 horas”.
Situación crítica
El comité de monitoreo del Sector Eléctrico, presidido por Ministerio de Minas y Energía, había admitido el martes un “relevante empeoramiento” de las condiciones hídricas. Julio y agosto fueron los peores meses de lluvias de la serie histórica del monitoreo del sector eléctrico.
“Nos gustaría estar equivocados, pero la naturaleza se ha mostrado mucho más negativa que nuestras simulaciones que ya eran pesimistas”, admitió ayer el director general del Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS), Luiz Ciocchi.
Ante la situación crítica, usinas del noreste van a transferir energía para el sur del país, donde los reservatorios operan con poco más del 30% de la capacidad. El escenario es más apremiante en la región sudeste y centro-oeste del país, cuyos reservatorios están con un 22,7% de capacidad. Es un volumen inferior al que había en el mismo período en 2001, cuando Brasil vivió la última gran crisis eléctrica nacional bajo el segundo mandato del expresidente Fernando Henrique Cardoso.
Ahorro obligatorio
La perspectiva es que la situación se agrave a partir de octubre y especialmente en noviembre, el último mes de la estación seca. Albuquerque anticipó que el escenario seguirá siendo desafiante: “Las perspectivas para el futuro en términos de precipitaciones, hasta el fin del período seco, no son buenas”.
Otro intento por mitigar la crisis llegó con un decreto de Bolsonaro, quien ayer ordenó que la administración pública federal debe ahorrar entre un 10 y 20% del consumo de electricidad a partir de septiembre hasta abril de 2022.
El ONS ya admitió en una nota técnica que tendrá dificultades para atender la demanda de energía en octubre y, principalmente, en noviembre.
De Castro atribuyó la crisis exclusivamente a la extraordinaria sequía que enfrenta al país. El profesor resaltó que entre 2001 y 2021 Brasil redujo un tercio su dependencia de hidroeléctricas para el abastecimiento de energía y la proyección es que en 10 años ese tipo de energía responda por el 48% del total de la matriz frente al 62% actual.
“No hubo ningún error de planificación, y se diversificó mucho la matriz en los últimos años. La variable en la cual Brasil podría tener más responsabilidad es en la protección de la floresta amazónica. La política ambiental está haciendo la vista gorda ,y es un error estratégico porque con la deforestación y el avance de la frontera agrícola va disminuyendo el área que emite humedad”, concluyó el profesor.
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