Bolsonaro, líder en las redes sociales y en las fake news
Domina la batalla virtual frente a Haddad; según una nueva encuesta, el candidato ultraderechista amplió su ventaja
LA NACION
RÍO DE JANEIRO.- La polarizada campaña brasileña se volvió una guerra de rumores, exageraciones y mentiras camufladas de noticias en las redes sociales, en las que el candidato de ultraderecha Jair Bolsonaro , favorito en los sondeos, se impone al izquierdista Fernando Haddad .
"Venezuela tiene los códigos de las urnas electrónicas para manipular los comicios", "En un gobierno de Haddad, el Estado se adueñará de los niños al cumplir los cinco años", "Bolsonaro piensa acabar con el programa Bolsa Familia", "Los militares ya están preparados para tomar el poder en caso de derrota de Bolsonaro" y "Las fotos de las manifestaciones fueron retocadas". Tales son algunas de las noticias falsas que esparcieron en los últimos días por Facebook, Instagram, Twitter y grupos de WhatsApp ambos bandos de los dos principales candidatos presidenciales, que pretenden pasar al ballottage del 28 de octubre.
En tanto, según la encuesta de Datafolha publicada anoche, Bolsonaro, amplió su ventaja sobre Haddad. El ultraderechista subió tres puntos, a 35% de intención de voto, mientras que el candidato del PT creció solo un punto, a 22%. En un hipotético ballottage, Bolsonaro se impondría por dos puntos (44% a 42%, de acuerdo al sondeo).
El bombardeo virtual es constante, con más de 1000 posteos por día. Pero en este frente de batalla el ejército de Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL), es mucho más poderoso que el de Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT).
La página de Facebook del polémico diputado y exmilitar supera los siete millones de seguidores su cuenta de Instagram posee 3,7 millones de simpatizantes y la de Twitter es acompañada por 1,5 millones de personas. En cambio, Haddad, que el mes pasado asumió el lugar de Lula en la fórmula petista luego de que la candidatura del expresidente fue impugnada, tiene apenas 706.000 seguidores en Twitter, 638.800 en Facebook y 398.000 en Instagram. Aunque se le agreguen los apoyos de los perfiles virtuales de Lula (3,9 millones en Facebook, 516.000 en Instagram y 447.000 en Twitter), el desequilibrio es notable.
"Bolsonaro, sin muchos recursos financieros y sin una estructura partidaria grande, apostó todas sus fichas en las redes sociales, donde se maximizan los sentimientos de temor, odio y rabia que han caracterizado esta campaña. En la televisión, que tradicionalmente fue la plataforma proselitista más efectiva, los candidatos de los mayores partidos mantuvieron sus estrategias clásicas con anuncios que apelaron a la razón y la emoción, pero sin mucho efecto", explicó a la nacion David Fleischer, profesor de la Universidad de Brasilia.
Las tres fuerzas que más espacios de propaganda electoral tenían en los dos bloques diarios de 12 minutos fueron el Partido de la Social Democracia Brasileña, con 5 minutos y 32 segundos; el PT, con 2 minutos y 23 segundos, y el Movimiento Democrático Brasileño, con un minuto y 55 segundos. El PSL de Bolsonaro disponía de apenas ocho segundos; prefirió entonces apuntar todos sus esfuerzos a las redes sociales, terreno que se preocupó de dominar en los últimos dos años.
Mantuvo la atención en las redes incluso luego del atentado que sufrió en septiembre, con imágenes y videos en vivo transmitidos a través de sus cuentas desde la cama de hospital. Y en las últimas semanas, los "bolsominions" -como son apodados sus seguidores- lanzaron un feroz ataque virtual contra los rivales del diputado.
"Lo que percibimos en los últimos diez días fue un aumento de la actividad de los grupos pro-Bolsonaro en las redes, sobre todo en WhatsApp, a favor suyo y en contra de los otros candidatos. Y desde el comienzo de la campaña, el compromiso y activismo de los simpatizantes de Bolsonaro fueron mucho mayores que los de los demás", indicó Fabricio Benevenuto, profesor de Ciencias de la Computación en la Universidad Federal de Minas Gerais y coordinador del proyecto Elecciones Sin Fakes, pionero en Brasil en el monitoreo de diseminación de contenido falso en las campañas electorales.
Un detalle clave de esta guerra de fake news es que en casi todas las embestidas -sea del lado que sea- se busca desacreditar también a los grandes medios de comunicación, acusándolos de estar a favor de tal o cual candidato.
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