Coronavirus. Jair Bolsonaro, inflexible: "Brasil no puede parar"
RÍO DE JANEIRO.- No bastó con los polémicos discursos en cadena del presidente Jair Bolsonaro. El gobierno brasileño quiere reforzar su mensaje de que la economía brasileña no debe frenar sus actividades pese al avance del coronavirus y por eso lanzará una campaña publicitaria contra el aislamiento total bajo el eslogan "Brasil no puede parar".
En sintonía con la propuesta más reciente del derechista, de limitar el aislamiento apenas a ancianos y enfermos, el gobierno pedirá a los brasileños "volver a la normalidad", con una orientación a que el confinamiento sea "parcial", limitado a ancianos y enfermos.
Mientras Bolsonaro insta a millones a retomar sus rutinas, contrariando recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, la enfermedad ingresa en una etapa de "espiral ascendente" de contagios. Hasta ayer se registraron más de 3400 enfermos y 92 muertes, con un crecimiento de 17% en el número de contagios con relación al día previo.
Aunque la campaña no fue formalmente lanzada, una cuenta de Instagram del gobierno federal publicó un anticipo. "En todo el mundo son raros los casos de víctimas mortales entre jóvenes y adultos, casi todas las muertes responden a ancianos. Es necesario proteger esta personas y todos los integrantes de grupos de riesgo", rezó el post de una cuenta del gobierno federal.
"Para ellos, aislamiento. Para todos los demás, distanciamiento, atención redoblada y responsabilidad", continuó la publicación, alineada con la propuesta de Bolsonaro. La campaña oficial anima a los brasileños a "volver a la normalidad", con el hashtag #BrasilNãoPodeParar (#BrasilNoPuedeParar).
El gobierno federal contrató por 4,9 millones de reales (cerca de un millón de dólares) a una empresa de comunicación de Brasilia que confeccionará material publicitario, según fue publicado en el diario oficial.
La inspiración asustó a muchos. Un mes atrás, el alcalde de Milán, en Italia, había lanzado una campaña similar con el slogan "Milán no para". Los resultados en esa ciudad son catastróficos al día de hoy. Con más de cinco mil muertos por el Covid-19, el alcalde, Giuseppe Sala, debió reconocer el error.
Bolsonaro, que hasta el momento se ha volcado por un enfoque centrado en la contención económica de la crisis, propuso esta semana que el aislamiento sea "vertical" o "parcial". Es decir, que apenas ancianos, enfermos y portadores de enfermedades como hipertensión y diabetes, tal como pedirá la campaña.
Además, ha rechazado cualquier tipo de escenario similar al italiano. El presidente dijo, que a diferencia del país europeo, Brasil cuenta con una población joven por lo que el impacto será menor. "El brasileño no se contagia de nada. Bucea en una alcantarilla y no le pasa nada", dijo anteayer, en su habitual transmisión de Facebook.
Las bases bolsonaristas comienzan a tomar nota del mensaje oficial. A través de redes sociales, grupos afines al gobierno anunciaron para hoy marchas a favor de la reapertura general de comercios en algunas ciudades.
En paralelo, el gobierno lanzó ayer un programa de créditos por 40.000 millones de reales para pequeñas y medianas empresas, destinado a ayudar a pagar los sueldos de empleados mientras se extienda la crisis.
La ayuda, que será de hasta dos salarios mínimos por empleado, será depositado en las cuentas de los trabajadores, y los empresarios contarán con el beneficio a cambio de no efectuar despidos en ese período. Los préstamos, con tasas bajas, vendrán de recursos del Tesoro y de bancos, y tendrán un plazo de tres años para la devolución.
El ministro de Economía, Paulo Guedes, se hizo eco del discurso de Bolsonaro. "Sin producción, el pueblo tendrá dinero, pero las góndolas estarán vacías", dijo ayer.
Guedes argumentó que debido al plan de emergencia activado por el gobierno, las personas tendrán recursos para enfrentar la crisis, pero, por eso, la producción en áreas esenciales no puede detenerse. Por último, aseguró que el plan de emergencia del gobierno suma ya 700.000 millones de reales, entre acciones orientadas a trabajadores formales, autónomos, jubilados y ayudas a empresas. El Congreso aprobó el jueves una ayuda de 600 reales por mes para trabajadores informales, que en principio se extenderá por tres meses.
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