Jair Bolsonaro, cada vez más acorralado: crecen las protestas en todo el país
En San Pablo, Brasilia y Río de Janeiro, miles de personas, la mayoría jóvenes, se movilizaron contra el mandatario; otras, en menor número, salieron a apoyar el desconfinamiento
SAN PABLO.- Mientras crecían las cifras de muertos y contagiados por el nuevo coronavirus en Brasil, miles de brasileños salieron a las calles nuevamente ayer en varias ciudades del país para manifestarse en contra del presidente, Jair Bolsonaro, con consignas antirracistas y en favor de la democracia.
Las manifestaciones contra Bolsonaro aumentaron en los últimos días en coincidencia con la muerte del ciudadano afroamericano George Floyd por la Policía de Minneapolis, pese a que el país vive una de las peores situaciones sanitarias desde que dio inicio la pandemia de la Covid-19 en Brasil.
Los continuos ataques del presidente a autoridades regionales, municipales y de otros poderes, como la Corte Suprema, comenzaron a alinear al arco opositor, que observan cómo las políticas oficiales degradan el sistema democrático, según los analistas.
En San Pablo, miles de personas, la mayoría jóvenes, fueron ayer al Largo da Batata, en el barrio de Pinheiros, donde levantaron pancartas en defensa de la democracia, contra el racismo y con duras críticas al presidente. Durante la marcha, policías militares con chalecos con la inscripción "mediador" circularon entre los manifestantes para controlar la protesta, según consignó el diario Folha de S. Paulo.
Hubo pequeños choques con las fuerzas de seguridad y actos de vandalismo aislados, que fueron repelidos con gases lacrimógenos.
"Un pequeño grupo de personas infiltradas agredió a algunos agentes, lanzando piedras y otros objetos. Son vándalos, no manifestantes. Lamentamos y repudiamos este tipo de actitudes", expresó el vocero de la Policía Militar, el teniente coronel Emerson Massera.
Otros, en menor cantidad, también marcharon, pero para apoyar al presidente ultraderechista, que rechaza las cuarentenas como política sanitaria para contener el virus.
Del otro lado, en la Avenida Paulista, a unos seis kilómetros de distancia, unas cincuenta personas se reunieron con banderas brasileñas para expresar apoyo al mandatario y defendieron el fin del confinamiento. "La enfermedad existe, pero no es eso que está siendo divulgado. Es hora de abrir el comercio", dijo una manifestante que se negó a dar su nombre y que llevaba sobre los hombros una enorme bandera de Brasil.
En Brasilia, más temprano, cientos de personas, vestidas de negro y con máscaras, caminaron con instrumentos de percusión y bengalas hacia el Paseo de los Ministerios llevando pancartas con mensajes como "Todos por la democracia", "Contra el racismo y el fascismo" y "Terrorismo es la política de exterminio del gobierno". En tanto, un grupo menor a favor de Bolsonaro también se concentró en la capital.
Brasil es el territorio más golpeado por la pandemia en América Latina. Según los últimos datos de la Universidad Johns Hopkins, el país registraba 35.930 muertes por coronavirus, la tercera cifra más alta del mundo, y 672.846 infecciones, lo que lo situaba en segundo lugar, por detrás de Estados Unidos.
En la avenida Presidente Vargas, en el centro do Río de Janeiro, se concentró una protesta contra el racismo organizada por colectivos y movimientos de comunidades de la ciudad. La participantes gritaron consignas en contra de las muertes de personas negras durante acciones de la policía.
En Brasil se desató una fuerte crisis política por la gestión de la pandemia. Bolsonaro había calificado el brote del nuevo coronaviruscomo "gripecita". Pero a pesar de que los números continúan aumentando, varias ciudades comenzaron a flexibilizar el confinamiento.
San Pablo, Río de Janeiro, Fortaleza, Belém, Manaos y Recife, que concentran el 45% de las muertes por Covid-19 en el país, empezaron a relajar la cuarentena, una medida considerada "negligente" y "altamente riesgosa" por parte de los expertos en salud. Las seis capitales regionales mostraron curvas ascendentes de casos y muertes, pero las autoridades de esas regiones argumentaron que la ocupación de la unidades de cuidados intensivos disminuyó, de manera que podrían empezar a flexibilizar las actividades.
Pero eso no es todo. El ensayista de ultraderecha Olavo de Carvalho, considerado un referente ideológico del mandatario brasileño, cortó vínculos con él y dijo que derribaría a este "gobierno de mierda" si seguía "inactivo y cobarde".
La tensión también crece desde que el gobierno de Brasil dejó de publicar el total de muertos e infectados por Covid-19, algo que se interpretó como un intento de ocultar el alcance real de la enfermedad.
El gobierno de Bolsonaro explicó que revisará el conteo de muertos por coronavirus porque considera que la cifra fue aumentada por los estados para recibir recursos económicos. Bolsonaro tuiteó el sábado que los números de la enfermedad "no son representativos" de la situación actual del país.
Agencias AFP, AP, ANSA
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