Bloomberg sufrió en su primer debate bajo una ola de ataques de sus rivales
WASHINGTON.- Fue la noche en la que todos fueron por Michael Bloomberg. El multimillonario, filántropo y tres veces alcalde de Nueva York tuvo un durísimo debut en el debate de los candidatos presidenciales demócratas. Sus rivales lo atacaron desde el arranque, la audiencia lo abucheó, respondió titubeante, con lentitud, y por momentos enmudeció y desapareció de la escena. Fue el candidato que menos habló y, cuando las luces se apagaron y todos abandonaron el escenario, su campaña trató de defender su desempeño.
"Apenas estaba precalentando esta noche", dijo su jefe de campaña, Kevin Sheekey, en un comunicado.
Bloomberg llegó al debate demócrata con la misión de afianzarse como el candidato "moderado" capaz de enfrentar el ascenso del senador socialista Bernie Sanders, virtual líder de la contienda por la nominación presidencial. Pero Bloomberg sufrió un golpe tras otro, una sucesión impiadosa de latigazos de sus rivales –sobre todo, de la senadora Elizabeth Warren–, y fue el gran perdedor del debate tras una actuación para el olvido.
Para peor, Bloomberg difundió hoy un video adulterado del debate, donde parece dejar en ridículo a sus rivales, que le valió una nueva avalancha de críticas.
"Me gustaría hablar sobre contra quién estamos compitiendo. Un multimillonario que llama a las mujeres gordas y lesbianas con cara de caballo, y no, no estoy hablando de Donald Trump, estoy hablando del alcalde Bloomberg", fue la recepción que le dio Warren.
"Los demócratas no vamos a ganar si tenemos que nominar a alguien que tiene un historial de ocultar su declaración jurada, acosar mujeres y apoyar políticas racistas", continuó la senadora. "Corremos un gran riesgo si sustituimos a un arrogante multimillonario por otro", cerró Warren, la más incisiva de la noche.
Bloomberg fue criticado por su riqueza, por su pasado republicano –respaldó a George W. Bush en 2004–, y por demorar la difusión de su declaración jurada, una práctica habitual de los candidatos presidenciales. Peter Buttigieg lo llamó "un multimillonario que piensa que el dinero debería ser la raíz de todo poder". Joe Biden lo cruzó por sus críticas a Obamacare, la reforma de salud de Barack Obama. Pero los ataques más duros fueron por haber impulsado y defendido la política de "detención y cacheo" cuando era alcalde de Nueva York, una polémica práctica policial considerada racista por su aplicación desproporcionada a afroamericanos y latinos, y por el trato a las mujeres en su compañía, Bloomberg LP.
Warren presionó a Bloomberg para que liberara a mujeres que sufrieron acoso sexual y discriminación en su compañía de los acuerdos de confidencialidad, para que pudieran hacer denuncias. Bloomberg dijo que esos acuerdos fueron "consensuados" y se negó a hacerlo, y minimizó los reclamos.
"Ninguna de ellas me acusa de hacer nada, aparte de que tal vez no les gustó una broma que conté", se defendió Bloomberg. Un sonoro quejido recorrió la audiencia.
Bloomberg también se cruzó con el senador socialista Bernie Sanders, su principal blanco de la noche. Su campaña ha intentado instalar la noción de que la interna demócrata ahora es una competencia entre ambos. Sanders denunció que en Estados Unidos existía un "socialismo para ricos", y dijo que la concentración de la riqueza actual era "inmoral". Bloomberg, remarcó, tiene más dinero que los 125 millones de norteamericanos con menores ingresos.
"Qué país tan maravilloso tenemos. El socialista más conocido de la compañía es millonario con tres casas. ¿Qué me perdí?", replicó en un momento Bloomberg. Sanders le contestó que tenía tres casas porque trabajaba en Washington. "Ese es el primer problema", siguió el empresario. "Tengo una cabaña de verano, ¿dónde está tu casa?¿en qué paraíso fiscal?", asestó Sanders. "En Nueva York, muchas gracias. Y pago todos mis impuestos", fue la respuesta.
Bloomberg también atacó el plan económico de Sanders, al equipararlo con el comunismo.
"No se me ocurre una manera mejor de facilitar la reelección de Donald Trump que escuchar esta conversación. Esto es ridículo. No vamos a tirar el capitalismo. Intentamos eso. Otros países lo intentaron. Se llamó comunismo y simplemente no funcionó", lanzó. Fue su mejor frase de toda la noche.
El debate se realizó en Las Vegas, Nevada, donde se votará el próximo sábado. Es una cita muy relevante en la interna porque es el primer estado que dará su veredicto en la primaria que cuenta con una alta proporción de latinos en el electorado. Bloomberg volverá a saltearse la cita, y hará lo mismo con la elección de Carolina del Sur, el fin de semana siguiente. Recién comenzará a competir en el "Súpermartes", el 3 de marzo, cuando votan 14 estados.
Los candidatos tuvieron un actitud mucho más áspera que en los debates anteriores, motivados por la urgencia de un calendario que ofrece cada ves menos oportunidades para marcar diferencias. Bloomberg ha gastado unos US$ 400 millones de su propia fortuna para avanzar en las encuestas, y Sanders cuenta con la energía de su base de seguidores. El resto aún forcejea para encontrar su lugar, y tratar de seguir en la contienda.
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