Blancos y negros, dos mundos paralelos
Pese a los avances, aún persisten grandes diferencias
NUEVA YORK.- Paul McLemore, el primer negro que llegaría a ser policía en Nueva Jersey, estaba en las calles de Newark en 1967, cuando la golpiza que sufrió un taxista negro a manos de la policía desencadenó una ola de disturbios que dejó un saldo de 26 muertos. McLemore pasó décadas como abogado defensor de derechos civiles y años como juez municipal en Trenton. Su esposa y sus hijos también pudieron realizarse en su profesión.
"Por supuesto que los progresos han sido enormes" desde los días de furia de Newark, dijo anteayer en una entrevista. Pero cuando se le preguntó si en la actualidad un joven de raza negra obtenía esa justicia que en 1967 al parecer faltaba, la respuesta de McLemore fue radicalmente distinta. "La respuesta es no", dijo. "El racismo blanco lo impregna todo."
Para blancos y negros por igual, esa dualidad tal vez sea la conclusión que se lleven de la decisión del gran jurado de Ferguson de no procesar penalmente a Darren Wilson, el policía que abatió al adolescente negro Michael Brown: mucho ha cambiado, y nada ha cambiado.
Un país con un presidente negro y una clase media considerable sigue tan profundamente dividido respecto de su sistema de justicia como hace décadas. Una encuesta del Washington Post-YouGov reveló que el 62% de los afroamericanos creen que Wilson estuvo en falta al dispararle a Brown, mientras que sólo el 22% de los blancos opina lo mismo.
En 1992, una encuesta del Washington Post-ABC News revelaba que el 92% -y un 64% de los blancos- desaprobaba la absolución de los policías involucrados en la golpiza de un hombre negro, Rodney King. "Lo más sorprendente es lo constantes que han sido estas actitudes a lo largo del tiempo", dijo Carroll Doherty, directora de investigaciones políticas del Centro de Investigaciones Pew.
Que blancos y negros estén tan profundamente en desacuerdo respecto del sistema de justicia, por más que otras brechas raciales se estén subsanando, tal vez no sea tan raro como parece. Tras décadas de cambios en la legislación y fallos judiciales, ambas razas trabajan en los mismos lugares, practican deportes juntas y asisten a las mismas escuelas. Pero por lo general, volver a sus hogares es volver a mundos separados donde las actitudes y las experiencias ni siquiera son comprendidas del otro lado.
A fines de 2013, el 3% de todos los varones negros de cualquier edad habían pasado por la cárcel, frente a un 0,5% de los blancos.
Más allá de ese tipo de disparidades, "son las pequeñas cosas, como los controles aleatorios en la calle, los perfiles por raza, y la estigmatización de ciertos barrios" las que refuerzan la mala predisposición de los negros hacia el sistema de justicia, dice Patricia J. Williams, profesora de leyes de la Universidad de Columbia.
Kenny Wiley, un negro de 26 años que creció en un suburbio blanco de clase media alta de Denver, conoce ambos caras de la moneda. Para Wiley, los hechos de Ferguson dan por tierra con la idea de que la raza no importa.
"Crecí rodeado de privilegios económicos", dijo. "Y, sin embargo, a pesar de mi raza, mi edad y mi género, en ciertas situaciones sigo siendo percibido como una amenaza. Cuando me ven venir por la calle, nadie me pregunta mis calificaciones universitarias: les alcanza con ver que soy negro."
Traducción de Jaime Arrambide
Más leídas de El Mundo
Elecciones en Uruguay. El mapa con los resultados de la segunda vuelta entre Orsi y Delgado
La invasión rusa. Zelensky denuncia que Rusia quiere convertir a Ucrania en un “banco de pruebas” de sus armas
Euforia del Frente Amplio. Orsi celebró su triunfo y envió un mensaje al oficialismo: "Nos tendrán que ayudar a construir un país mejor"