Biden planea un inmediato aluvión de decretos para revertir la agenda trumpista
El presidente electo Joe Biden planea firmar rápidamente una serie de decretos presidenciales ni bien asuma su cargo, el 20 de enero, para proyectar desde un primer momento que la política de su país ha dado un giro y que su mandato tendrá prioridades radicalmente distintas a las de su predecesor.
Según miembros de su equipo de campaña y por compromisos asumidos en los últimos meses, Biden revertirá el retiro de Estados Unidos del Acuerdo de París 2015 sobre cambio climático y de la Organización Mundial de la Salud, dos decisiones tomadas por Trump. También dejará sin efecto la prohibición de ingreso a Estados Unidos de viajeros provenientes de países de mayoría musulmana, y reinstalará el programa "soñadores", que permite quienes ingresaron ilegalmente a Estados Unidos cuando eran niños puedan quedarse en el país.
Aunque en toda transición de poder pueden producirse cambios abruptos, el paso de Trump a Biden —de un presidente que buscó socavar las instituciones y normas establecidas a otro que ha prometido reponer el orden establecido— será de las más llamativos de la historia norteamericana.
Los máximos asesores de Biden llevan meses trabajando en silencio sobre la mejor manera de implementar su agente de gobierno, con cientos de funcionarios de la transición a la espera de asumir el mando en los diversos organismos federales. Ya han armado un libro entero con todas las promesas de campaña, para que guíe sus primeras decisiones.
Biden planea crear un grupo de trabajo sobre el coronavirus, un reconocimiento explícito de que la pandemia global es el problema primordial que deberá enfrentar su gobierno. Ese grupo de trabajo, que empezará a reunirse esta misma semana, será codirigido por el excirujano general de Estados Unidos, Vivek H. Murthy, y el excomisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos, David Kessler.
Los colaboradores más cercanos de Biden reconocen que el flamante presidente tal vez tenga que informarse más de lo que habría querido sobre sus facultades para dictar decretos del Poder Ejecutivo, herramientas que le permitirían reorientar ciertas regulaciones y dependencias del gobierno y adoptar una postura diferente en el escenario internacional.
Pero la aprobación de leyes importantes en el Congreso puede convertirse en un problema.
Aunque los demócratas conservarán una ajustada mayoría en la Cámara Baja, la configuración definitiva del Senado todavía está por verse: recién se decidirá el 5 de enero en dos elecciones de desempate en Georgia. Los demócratas tendrían que ganar ambas contiendas para tener el control efectivo del Senado, con el voto de desempate de la vicepresidenta Kamala D. Harris, mientras que ganando al menos una de esas elecciones, los republicanos retendrían una pequeña ventaja.
"El equipo de políticas públicas y los equipos de transición ahora están enfocados en las facultades del Poder Ejecutivo", dice un aliado de Biden que prefiere conservar su anonimato para discutir conversaciones privadas. "Creo que en un principio los decretos se usarán ampliamente, sobre todo si el Senado se dedica a poner palos en la rueda".
Un Senado en manos de los republicanos, o incluso con una estrecha mayoría demócrata, probablemente afectará la integración del Gabinete, dada la facultad del Senado de confirmar o no los nombramientos.
Una opción que está evaluando el equipo de Biden es nombrar miembros del gabinete en calidad de interinos, una táctica que Trump también utilizó.
"Solo en virtud del calendario y la cantidad de puestos ocupados, eso siempre es una posibilidad", dice la misma fuente. "Porque últimamente el Senado se mueve mucho más lento que antes".
El sábado por la tarde, aproximadamente dos horas después de que en las redes sociales empezaran a hablar de Biden como ganador de las elecciones, el presidente electo mantuvo una breve conversación telefónica con la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y con el líder de la minoría del Senado, Charles E. Schumer, quien llamó para felicitar a Biden por una "tremenda victoria", según dos funcionarios de la campaña demócrata.
Schumer llamó mientras se dirigía a un festejo en Brooklyn, y sosteniendo su teléfono fuera de la ventanilla del auto para que Biden pudiera escuchar a la multitud que lo vitoreaba en las calles.
Un Congreso demasiado parejo de fuerzas podría obstaculizar los esfuerzos de Biden para realizar cambios drásticos en la legislación, por ejemplo, en el tema inmigratorio. Biden también ha mencionado que enviaría un proyecto de ley al Congreso para derogar la protección de responsabilidad para los fabricantes de armas y llenar las lagunas legales sobre la verificación de antecedentes. Se ha comprometido a derogar la rebaja de impuestos aprobada por los republicanos de 2017, algo que probablemente no pueda hacer si los republicanos retienen el control de la Cámara Alta.
Sin embargo, sin la cooperación del Congreso, Biden ha dicho que planea revertir inmediatamente la abolición que hizo Trump de 100 medidas de salud pública y medio ambiente que la administración Obama había puesto en vigor.
También establecerá nuevas pautas éticas en la Casa Blanca, y se ha comprometido a firmar un decreto presidencial el mismo día que asuma el cargo, estableciendo que ningún miembro de su administración puede intervenir en investigaciones del Departamento de Justicia.
Hace tiempo que Biden prometió firmar un decreto que reintegre a Estados Unidos al Acuerdo de París 2015 sobre cambio climático, pero también ha dicho que intentará convencer a otras naciones para que adopten estándares ambientales más altos y así reducir el impacto del calentamiento global.
El senador Christopher A. Coons, demócrata por el estado de Delaware y actual ocupante del escaño que ocupó Biden en el Senado durante 36 años, brinda los trazos gruesos de la agenda inicial de Biden: "Salir de esta pandemia que fue peor por el mal manejo de Trump, reconstruir nuestra economía para que sea más sustentable e inclusiva, y abordar el problema de la división y la desigualdad."
Señala que el estilo de Biden será bastante diferente en su relación con el Congreso, y menciona que Trump y Pelosi no han hablado en más de un año.
Coons sugiere que de inmediato Biden empezará a tender puentes de diálogo con los líderes de ambos partidos.
La respuesta ante la pandemia ha sido la mayor preocupación de Biden, y en su equipo de campaña creen que fue la razón principal de su victoria. De hecho, llegó a decir que incluso antes de su asunción se comunicaría con Anthony S. Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas del país, para pedirle consejo.
Biden también quiere nombrar rápidamente a un encargado de suministros, para supervisar la producción y distribución de insumos médicos, la realización de testeos de coronavirus y, cuando estén listas, la aplicación de la vacuna.
El coronavirus, y la respuesta de Biden al mismo, también podría modificar radicalmente el tradicional espectáculo que en Estados Unidos rodea la transferencia del poder. Y aunque Biden ya ha dicho que no se imagina prestar juramento con el barbijo puesto, también ha dicho que tal vez pongan límite a la multitud que tradicionalmente colma los escalones del Capitolio durante la jura.
Gran parte de la agenda inicial de Biden, incluidas las leyes prioritarias, quedará determinada en las próximas semanas, a medida que su equipo de transición pase a ocupar el primer plano.
La transición será supervisada por Ted Kaufman, uno de sus asesores más cercanos. Kaufman, quien fue designado para reemplazar a Biden en el Senado cuando esté alcanzó la vicepresidencia, en 2009, también ayudó a redactar la actualización de la ley que rige el proceso de transición, aprobada en 2015 y promulgada por el presidente Barack Obama.
El equipo de transición de Biden recibió computadoras y celulares de gobierno para realizar comunicaciones seguras, y 1000 metros cuadrados de espacio de oficina en el edificio Herbert C.Hoover de Washington, aunque la mayor parte del trabajo se está haciendo virtualmente, debido a la pandemia. Sus asesores recibieron autorizaciones de seguridad temporales y ya se sometieron al proceso de verificación de antecedentes del FBI, para acelerar las autorizaciones del personal que puede recibir información de inteligencia clasificada.
Pero un próximo paso importante es que el jefe de la Administración de Servicios Generales dictamine que los resultados de las elecciones son definitivos. Recién entonces el equipo de transición de Biden podrá ampliar sus facultades y algo todavía más crucial: acceder a fondos públicos. Los funcionarios de Biden ya tienen preparadas las acciones legales correspondientes si la jefa de ese organismo, Emily W. Murphy, designada por motivos políticos de Trump, retrasa esa decisión.
Cabe recordar que hasta el momento Trump no ha reconocido la derrota, y hasta el sábado se seguía diciendo ganador de las elecciones.
The Washington Post
Traducción de Jaime Arrambide
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