Biden endurece el tono contra Israel, que hizo un mea culpa inusual por el ataque que mató a trabajadores humanitarios
El presidente norteamericano dijo que Israel no ha hecho lo suficiente para proteger a personas inocentes en su ofensiva contra Hamas en la Franja de Gaza
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WASHINGTON.- La Casa Blanca endureció el tono en contra de Israel luego del ataque que mató a siete trabajadores de World Central Kitchen y provocó una condena global, en una nueva señal de la creciente frustración de la administración de Joe Biden con el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu, aunque sin llegar aún a alterar su política de apoyo o a imponer consecuencias concretas, como restringir o condicionar el envío de armas a Tel Aviv mientras continúa la ofensiva contra Hamas en la Franja de Gaza.
Biden despachó un duro comunicado el martes por la noche en el que dijo sentirse “indignado y desconsolado” por la muerte de los trabajadores de la organización humanitaria del chef José Andrés, con quien se comunicó por teléfono. Biden exigió que la investigación de Israel, que ensayó un mea culpa por el ataque, sea “rápida”, marque responsabilidades por el ataque, y su conclusión sea pública, una atípica demanda con un país aliado. Y Biden agregó que el ataque al convoy de World Central Kitchen “no es un un incidente aislado”, y que Israel no ha hecho lo suficiente para proteger a trabajadores humanitarios o a civiles en el enclave palestino.
“Esta es una de las principales razones por las que la distribución de ayuda humanitaria en Gaza ha sido tan difícil: porque Israel no ha hecho lo suficiente para proteger a los trabajadores humanitarios que intentan entregar la ayuda que los civiles necesitan desesperadamente”, dijo Biden. “Israel tampoco ha hecho lo suficiente para proteger a los civiles”, insistió.
José Andrés también cargó contra Israel al acusar al gobierno de Netanyahu en una entrevista con la agencia Reuters de atacar deliberadamente el convoy de tres vehículos de World Central Kitchen, “sistemáticamente, auto por auto”.
El chef, de 54 años, explicó que se suponía que debía estar en Gaza con su equipo pero que, por diferentes razones, “no fue capaz de volver de nuevo” al lugar. José Andrés presionó además a Washington para que haga más para detener el conflicto bélico.
“Estados Unidos debe hacer más para decirle al primer ministro Netanyahu que esta guerra tiene que terminar ya”, afirmó.
Samantha Power, la jefa de Usaid, la agencia del gobierno norteamericano para el reparto de ayuda internacional, reforzó el mensaje oficial con un comunicado que siguió al de Biden en el que calificó de “devastadora y profundamente alarmante” la muerte de los siete trabajadores humanitarios.
Power, una experta en genocidios y defensora de los derechos humanos que ha sido criticada, incluso por sus propios empleados en Usaid, por no hablar de manera más contundente a favor de los palestinos, insistió también en que Israel “debe hacer mucho más proteger a los trabajadores humanitarios y a los civiles”.
Los mensajes que dejó el gobierno de Biden reflejan la creciente frustración y preocupación en la administración norteamericana por el saldo de víctimas civiles que provocó hasta ahora la ofensiva israelí contra Hamas en la Franja de Gaza, donde ya murieron más de 32.000 civiles, muchos de ellos niños, y cientos de miles de palestinos quedaron desplazados.
El gobierno de Biden insistió una y otra vez en que Israel tiene derecho a defenderse de la amenaza existencial que representa Hamas y del ataque terrorista del pasado 7 de octubre, que dejó más de 1200 muertos y unos 250 rehenes capturados en Gaza. Pero la administración demócrata ha comenzado a remarcar con mayor frecuencia que Israel tiene “obligaciones” respecto de la protección de civiles. Ese mensaje, sin embargo, no se ha traducido hasta el momento en un giro en la política oficial o en consecuencias concretas para Israel, y el gobierno de Biden se ha mantenido firme en su respaldo a Israel, al insistir en su derecho a defenderse y en que, hasta ahora, el Departamento de Estado no ha registrado instancias en las que se haya verificado una violación de la legislación internacional, pese a los amplios cuestionamientos a la ofensiva israelí.
“Nos preocupan los métodos, no sé cómo podemos ser más claros cada día. Estamos hablando de las formas en que se llevan a cabo las guerras, y es importante para nosotros, importa cómo lo hacen, y es por eso que tenemos estas conversaciones difíciles con ellos”, dijo el vocero del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, en un briefing con periodistas.
“Y es por eso que vieron en la declaración [de Biden] su indignación, su frustración por este ataque en particular, que refleja la culminación de eventos similares. No es la primera vez que esto sucede. Y sí, estamos frustrados por esto”, insistió.
“Un grave error”
Israel ensayó un mea culpa tras el ataque. Netanyahu pareció relativizar el golpe al afirma que “son cosas que pasan en una guerra”, pero el presidente israelí, Isaac Herzog, llamó a José Andrés y se disculpó. Y el jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el general Herzi Halevi, reconoció el miércoles que se trató de “un grave error”.
“Fue un error que se produjo tras una identificación errónea durante la noche, durante una guerra, en condiciones muy complejas. Esto no debería haber sucedido”, dijo Halevi.
La oficina de Herzog dijo en un mensaje publicado en la red social X que el presidente “expresó su profundo pesar y sus sinceras disculpas por la trágica pérdida de vidas del personal de WCK en la Franja de Gaza”, y envió sus condolencias a sus familias y seres queridos.
“El presidente reiteró el compromiso de Israel de garantizar una investigación exhaustiva de la tragedia, que ocurrió en medio de la guerra en curso contra la organización terrorista Hamas”, dijo la oficina del presidente de Israel.
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