"Berlusconi me asfixiaba a besos"
En sus memorias, tituladas Disfrute, Presidente, la prostituta D’Addario da detalles sus encuentros con Il Cavaliere ; "Yo le entregué mi cuerpo y él no me dio nada", dijo
ROMA.- "Me dijo que quería tocarme, sentir mi piel. Me abrazó. Me asfixiaba con sus besos."
Con estas palabras, Patrizia D’Addario, la prostituta que desató un escándalo político en Italia, cuando apareció en junio con sus grabaciones de audio, describe sus encuentros sexuales con el primer ministro de ese país, Silvio Berlusconi.
La confesión fue realizada en Gradisca, Presidente ( Disfrute, Presidente ), un libro de 242 que será puesto en venta esta semana en el que D’Addario da detalles gráficos de sus supuestas relaciones sexuales.
Desde la aparición de las cintas, D’Addario denunció que fue amenazada y que vive con miedo.
En sus memorias tituladas, la mujer describe una fiesta celebrada en la residencia de Berlusconi en Roma, el palazzo Grazioli, y da detalles íntimos de una noche que pasó con el mandatario de 73 años, en una cama que le regaló su homólogo ruso Vladimir Putin.
"Yo soy mucho más joven que él, pero tengo que decir que es todo un experto . Nos besamos un número infinito de veces. Besaba hasta mis partes íntimas. Su actuación podría entrar en el Libro Guinness de los récords ", expresa D´Addario.
La mujer, de 42 años, describe cómo el primer ministro se rodeó de decenas de mujeres jóvenes como en un "harén", a quienes acariciaba y besaba.
"Siendo una acompañante, pensé que había visto muchas cosas, pero no esto: 20 chicas para un solo hombre", escribe en el libro, que debe llegar esta semana a las librerías italianas.
"Aquí el resto de hombres no tenía nada que decir. Había solo un hombre con derecho a copular: el primer ministro", agrega en el texto.
D’Addario asegura que le entregó su "cuerpo" a Berlusconi con la esperanza de que el premier italiano la ayudara a montar un hotel en el sur de Italia, donde creció. Según indicó, sus esfuerzos para llevar a cabo este emprendimiento se toparon sistemáticamente contra la burocracia italiana.
"No me pagó [Berlusconi]. No fue dinero lo que me dio, sino que me prometió algo más. Yo le entregué mi cuerpo y él no me dio nada", dice D’Addario en el libro.
Sin comentarios. La oficina del primer ministro dijo que no tenía comentarios sobre la publicación del libro.
El empresario de Bari Giampaolo Tarantini, investigado por actividades como suministrar prostitutas a políticos locales, pagó a D´Addario para que asistiera a las fiestas.
Los diarios italianos han citado a Tarantini reconociendo que ayudó a llevar invitadas a las cenas y fiestas en casa de Berlusconi, pero que el primer ministro desconocía que fueran prostitutas.
Berlusconi ha declarado públicamente que no era consciente de que D´Addario fuera una prostituta, pero nunca ha negado explícitamente que pasaran la noche juntos y admitió que "no es ningún santo."
El escándalo estalló en junio, poco después que se conociera la relación del magnate con Noemi Letizia, una aspirante a modelo de 18 años, lo que llevó a su segunda esposa, Veronica Lario, a pedir el divorcio. Lario dijo que él "frecuentaba menores" y que estaba "enfermo".
Berlusconi negó tener un amorío con Letizia, y afirmó que sólo son amigos.
Amenazas. D´Addario dijo que se vio presionada a sacar sus cintas y acusaciones a la luz pública tras una serie de amenazas y ataques.
La acompañante aseguró que en tres ocasiones unos hombres que afirmaban ser policías entraron a la fuerza en su apartamento y la golpearon, y en una ocasión intentaron violarla. Un extraño golpeó a su madre en la cara y le dijo: "Esto enseñará a la puta de tu hija".
D´Addario grabó algunas llamadas de teléfono anónimas donde la llamaban "puta y una zorra", y una en la que se la amenazaba con secuestrar a su hija. La acompañante dijo que había denunciado los incidentes ante la policía.
Agencias Reuters, AP y DPA
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