Explosión en Beirut: protestas, renuncias y un cráter de 43 metros de profundidad
BEIRUT.- La explosión fue el martes y las consecuencias siguen. Destrozos, muertes, crisis social, económica y política. Hoy se confirmó que el estallido explosión en el puerto de la capital del Líbano generó un cráter de 43 metros de profundidad, según la evaluación realizada por expertos franceses enviados al terreno. Asimismo se conoció la renuncia de una ministra.
Explosión en Beirut: renunció Hassan Diab, el primer ministro del Líbano
El incidente, originado un almacén que contenía 2750 toneladas de nitrato de amonio desde hace seis años, devastó barrios enteros, dejó 300.000 personas sin hogar, causó más de 150 muertos y 6000 heridos, también decenas de desaparecidos, pérdidas millonarias y provocó "un cráter de 43 metros de profundidad", según la fuente de la seguridad.
A título comparativo, la explosión en 1962 de una bomba atómica de 104 kilotones en el lugar de ensayos nucleares de "Sedan" en Nevada (oeste de Estados Unidos), dejó un cráter de cerca de 100 metros de profundidad. Y el atentado que mató al entonces primer ministro Rafic Hariri en 2005, realizado con una camioneta cargada de explosivos, dejó un cráter de diez metros de diámetro y dos de profundidad, según la web del Tribunal Especial Internacional.
El dato se conoce en medio de las investigaciones del caso, según el primer ministro libanés Hassan Diab resultado de la falta de "medidas de prevención" en el lugar, y tras el agravamiento de la crisis compleja que ya vivía el país y que ahora se recrudeció. En este contexto la ministra Información, Manal Abdel Samad, anunció hoy su renuncia, la primera de un miembro del gobierno desde el accidente que avivó el enfurecimiento de la población contra la negligencia e incompetencia de los dirigentes.
"Después de la enorme catástrofe de Beirut, presento mi dimisión del gobierno", declaró la ministra en una breve alocución televisada. "Pido disculpas a los libaneses, no hemos sabido responder a sus expectativas", agregó. Antes que ella, varios diputados ya habían presentado se renuncia.
Protestas
Ayer miles de libaneses marcharon contra la corrupción en la clase política de la nación árabe, a la que culpan de lo ocurrido. "Hay odio y hay sangre entre nosotros y nuestras autoridades. La gente quiere venganza", dijo Najib Fará, de 35 años, desde el centro de Beirut.
Los manifestantes se juntaron en la Plaza de los Mártires, reavivando así las protestas que comenzaron el pasado octubre por la grave crisis económica que atraviesa Líbano, la peor desde su guerra civil.
Desde allí, se dispersaron hacia varios edificios oficiales: tomaron los ministerios de Economía, Comercio, Energía y Medio Ambiente y lanzaron desde las ventanas retratos del presidente Michel Aoun.
La Policía intentó cortarles el paso con gases lacrimógenos, mientras que algunos manifestantes arrojaron cócteles molotov, piedras y otros objetos contundentes a los agentes y levantaron barricadas incendiadas.
En el marco de los enfrentamientos, un policía murió al caer al vacío desde una ventana del hotel Le Grey al ser "atacado por alborotadores", de acuerdo con un comunicado del cuerpo de seguridad. Asimismo 728 personas resultaron heridas.
En consonancia con la magnitud del descontento de la población en el país, el patriarca maronita, el cardenal Bechara Rai, reclamó la dimisión del gobierno y la celebración de elecciones legislativas anticipadas. En un gesto para calmar los ánimos de la calle, el primer ministro Diab anunció que iba a proponer la celebración de elecciones anticipadas y dijo estar dispuesto a permanecer en el poder "durante dos meses", el tiempo para que las fuerzas políticas lleguen a un acuerdo.
AFP y DPA
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