Donald Trump aceptó la candidatura en la Casa Blanca: "Todo lo que hemos logrado está en peligro"
WASHINGTON.- Por una noche, la Casa Blanca, la "casa del pueblo", se transformó en el hogar de la campaña de Donald Trump. Unas 1500 personas se olvidaron de la pandemia del coronavirus y se sentaron –codo a codo, pocos barbijos– en el Jardín Sur de la residencia oficial frente a un escenario decorado con una hilera de banderas de Estados Unidos y dos pantallas gigantes para escuchar el discurso más importante del año de Trump, en el que buscó convencer al país de que merece otros cuatro años en la presidencia.
Trump aceptó anoche formalmente la candidatura presidencial del Partido Republicano en el cierre de la convención nacional con una puesta en escena trumpista jamás vista en Estados Unidos, que borró cualquier límite entre la presidencia y la campaña del magnate. Al final, un show de fuegos artificiales y un concierto de un cantante de ópera desde el balcón de la Casa Blanca le pusieron pompa a un espectáculo que pareció de otra época.
"A pesar de toda nuestra grandeza como nación, todo lo que hemos logrado ahora está en peligro", dijo Trump en su mensaje. "Esta es la elección más importante de la historia de nuestro país. En ningún momento antes los votantes se habían enfrentado a una elección más clara entre dos partidos, dos visiones, dos filosofías o dos agendas", definió.
Durante cuatro noches, Donald Trump y los republicanos que lo respaldan intentaron borrar la crisis de la pandemia del coronavirus, y convencer a Estados Unidos de que merecen seguir al frente del país. Trump y sus aliados prometieron recuperar la bonanza perdida y mantener "la ley y el orden", y advirtieron que los demócratas llevarán al país a la violencia, el caos y el socialismo. La convención buscó reescribir la historia de la presidencia del magnate con un pulido relato, dirigido, sobre todo, a las mujeres.
Trump habló durante más de una hora, en un discurso que careció de la energía que suele mostrar en sus actos de campaña, y estuvo plagado de ataques a su rival, Joe Biden, a quien nombró más de 40 veces: dijo que era "débil", y que será el "caballo de Troya del socialismo", y que si "la izquierda radical llega al poder, aplicarán sus políticas desastrosas a cada ciudad, pueblo y suburbio en Estados Unidos".
"Joe Biden no es el salvador del alma de Estados Unidos, es el destructor de los trabajos de Estados Unidos y, si se le da la oportunidad, será el destructor de la grandeza estadounidense", lanzó Trump.
Fuera de la Casa Blanca, frente al Parque Lafayette, manifestantes pasaron la noche en protesta contra Trump y el racismo. El centro de Washington comenzó a tapiarse ante las protestas previstas durante los próximos días.
Los discursos de la convención nacional del Partido Republicano buscaron endulzar la imagen de Trump luego de casi cuatro años de gobierno durante los cuales el mandatario dejó de ser el enigma de 2016, cuando llegó a la Casa Blanca, y los sentimientos que despertaba entre los norteamericanos se afianzaron: para sus detractores –un grupo que creció–, Trump se transformó en una amenaza para el país, mientras que sus partidarios, convencidos de que hizo todo lo que prometió, lo idolatran como si fuera el líder de un culto
De un sentimiento a otro, millones de norteamericanos sintonizaron la convención en busca de motivos para aceptar el coro de críticas a Trump, y darle la espalda, o renovar el apoyo que le dieron hace cuatro años, y que le permitió llegar a la presidencia. Muchos discursos de la convención –en particular los de las mujeres de su gobierno y su familia– se dirigieron a esa audiencia.
Al igual que hace cuatro años, Trump fue presentado por su hija –y ahora asesora presidencial–, Ivanka Trump, quien repasó la presidencia de su padre y buscó reforzar el mensaje que habían dejado otras mujeres en la convención para pulir la imagen de Trump.
"Washington no ha cambiado a Donald Trump. Donald Trump ha cambiado a Washington", dijo Ivanka Trump.
Trump y el vicepresidente, Mike Pence, se ocuparon de reforzar el idilio con la "base" trumpista con un relato auspicioso de su gobierno, que muchas veces chocó con la realidad, y un ataque sin reservas a sus rivales demócratas, Joe Biden y Kamala Harris .
"Esta es la elección más importante de la historia de nuestro país. Nunca ha habido tanta diferencia entre dos partidos, o dos individuos, en ideología, filosofía o visión como la que existe ahora", insistió Trump en su discurso desde la Casa Blanca. "Hemos pasado los últimos cuatro años revirtiendo el daño que Joe Biden infligió en los últimos 47 años", agregó.
Coronavirus y tensión racial
Rezagado en las encuestas, Trump llegó apremiado a la convención republicana por recortar la distancia con Biden. La brecha entre ambos candidatos se amplió a un 9,3% en el promedio de sondeos del sitio FiveThirtyEight, y el presidente aparece relegado también en varios estados claves donde se decidirá la elección, como Florida, Pensilvania y Wisconsin. La convención defendió la gestión de Trump de la pandemia, tildada como un rotundo fracaso por los demócratas.
Varios mensajes destacaron la veda que Trump impuso a los viajes desde China como una medida que salvó vidas, pese a que tuvo tantas excepciones que permitió la llegada de miles de viajes desde el gigante asiático. Antes del discurso del mandatario, Estados Unidos superó las 180.000 muertes, y se acercó a los 6 millones de casos.Pero uno de lo mensajes centrales fue que Biden encarna el socialismo. Un día antes del discurso de Trump, Pence ya había lanzado una advertencia que se escuchó cada una de las noches del encuentro partidario, al indicar que Biden colocaría a Estados Unidos en un sendero hacia "el socialismo y el declive", y pondría en peligro al país.
"No estarán a salvo en la América de Joe Biden", lanzó Pence. "Nuestra recuperación económica está en la boleta, la ley y el orden están en la boleta. Pero también cosas mucho más fundamentales y fundacionales para nuestro país. No se trata tanto de si Estados Unidos será más conservador o más liberal, más republicano o más demócrata. La elección en esta elección es si Estados Unidos sigue siendo Estados Unidos", advirtió.
Trump repitió las mismas frases casi calcadas en su discurso.
El mensaje del presidente y el cierre de la convención republicana quedaron empañados por el retorno de la tensión racial a las calles de Estados Unidos luego de otro caso de brutalidad policial en Kenosha, Wisconsin, y la llegada del huracán Laura, que azotó Texas y Luisiana tras tocar tierra con categoría 4, la segunda más alta. Antes de su discurso, Trump anunció que tiene pensado viajar el fin de semana a las zonas afectadas, y defendió a los policías. Y dijo que hizo más por los afroamericanos que Abraham Lincoln, quien abolió la esclavitud.
"Debemos recordar que la inmensa mayoría de los agentes de policía de este país son nobles, valientes y honorables. Tenemos que devolverle el poder a la policía, a nuestra policía. Tienen miedo de actuar. Tienen miedo de perder su jubilación. Tienen miedo de perder sus trabajos, y por tener miedo, no pueden hacer su trabajo. Y los que más sufren son las grandes personas a las que quieren proteger desesperadamente", afirmó.
Por momentos, el discurso de Trump buscó reciclar la mística estadounidense. Trump la historia del país, y dijo que "para Estados Unidos, nada es imposible". Prometió recuperar la prosperidad perdida, y una vacuna contra el coronavirus antes de fin de año.
"Juntos somos imparables. Juntos somos inmejorables", dijo Trump. "¡Haremos que Estados Unidos se sienta más orgulloso, y haremos que Estados Unidos sea más grande que nunca!", cerró.
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