Ayer y hoy: Jack Kevorkian
El "Dr. Muerte", artista
1999
Muchos aún lo consideran el hombre que jugó a ser Dios. En 1990, el doctor Jack Kevorkian, un médico norteamericano, hijo de refugiados armenios, desafió los límites y desató uno de los más feroces debates éticos, morales y religiosos de los últimos tiempos al ayudar a morir a una paciente suya, Janet Adkins, de 54 años y con mal de Alzhemier. Desde entonces, se cree que ha ayudado a morir a unas 130 personas.
Kevorkian, cuya madre murió de cáncer tras una prolongada y dolorosa agonía, siempre sostuvo que se debe dar al paciente con enfermedades terminales o incapacitantes la posibilidad de elegir morir para evitar sufrimientos. E inventó una máquina para que se pueda llevar a cabo ese deseo, que para concretarse debe tener el consentimiento tanto del paciente como de sus familiares.
Si bien había sido enjuiciado varias veces, Kevorkian nunca había sido condenado hasta que en 1999 una corte de Michigan lo sentenció a cumplir entre 10 y 25 años de prisión por el asesinato en segundo grado de Thomas Youk, de 52 años, que padecía la enfermedad neuromuscular degenerativa Lou Gherig. La gota que rebalsó el vaso fue la exhibición, en el programa "60 Minutos", de la cadena CBS, de un video que registró la muerte asistida de Youk.
Las imágenes mostraron a Kevorkian proporcionándole una dosis letal de cloruro de potasio, al tiempo que desafiaba a las autoridades a acusarlo o, de lo contrario, a que "lo dejaran en paz". Allí cruzó el umbral de la eutanasia pasiva a la activa. El programa fue visto por unos 15 millones de espectadores.
2004
Kevorkian está tras las rejas y ya perdió seis apelaciones. Aspira a que su caso llegue a la Corte Suprema de Estados Unidos; mientras tanto, debe esperar hasta 2007 para gozar de la libertad bajo palabra. Sus abogados sostienen que su salud (tiene 75 años) se ha deteriorado.
Estando en prisión, en abril de 2000 ganó un premio de la Fundación Gleitsman por su activismo humanitario. El galardón fue recibido por su abogado.
Para solventar los gastos de su defensa legal, el llamado "Dr. Muerte" decidió comercializar las reproducciones de seis cuadros que pintó a mediados de los 90 y que se exhiben únicamente en la Ariana Gallery de Royal Oak, Michigan. Las reproducciones cuestan entre175y 250 dólares, y todas están autografiadas.
"Se venden de 40 a 50 por año, y los que las compran piensan en hacer una inversión o apoyan la cruzada de Kevorkian", dijo a LA NACION Ann Kuffler, la administradora de la galería. "El sostiene que no son obras de arte, sino apenas un vehículo para expresar una opinión política sobre problemas humanos extremos, como la guerra y la muerte", añadió.
Los fondos para pagar a sus abogados también se engrosarán a partir de ahora con las ventas de su libro "Glimmer IQs", que escribió en prisión durante dos años; en él condensa una serie de reflexiones sobre el mundo y se refiere a temas que abarcan desde la ética, la religión y la filosofía hasta la música, el arte y el humor.
"El proceso legal en Estados Unidos es muy caro", señaló Ruth Holmes, una de las voceras de Kevorkian, que no ha cedido en su reclamo en favor de la libre elección de morir.
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