Aviones, tanques y armas pesadas, un 4 de julio a la medida de Trump
Washington se agitó con un inusitado movimiento de maquinaria bélica que el presidente ordenó desplegar para festejar hoy el Día de la Independencia
WASHINGTON.- La maquinaria militar va en camino. También los manifestantes. Y el showman de siempre, el presidente Donald Trump , promete a los norteamericanos que hoy, 4 de julio, en la Gran Explanada Nacional, vivirán "el show de sus vidas".
Para la celebración de este año del Día de la Independencia norteamericana, Trump está movilizando tanques, bombarderos y otras maquinarias bélicas. Tradicionalmente se trata de una celebración con bajo despliegue de poderío militar y los críticos acusan al presidente de usar a las Fuerzas Armadas como utilería de propaganda política.
Trump cruzó ayer a quienes critican los gastos de su extravagancia con un tuit donde afirmaba que esos costos "son ínfimos comparados con el valor que tienen".
Bajo la dirección de la Casa Blanca, en el Pentágono se devanan la cabeza para organizar el desfile aéreo de un bombardero furtivo B-2 y otros aviones de guerra de la Fuerza Aérea sobre la Gran Explanada Nacional de Washington durante el festejo patrio. Habrá aviones de combate F-35 y F-18, helicópteros de la Guardia Costera, así como el escuadrón de acrobacia aérea Blue Angels y las aeronaves polivalentes V-22 Osprey.
El Pentágono dijo que no había hecho un presupuesto general del costo de la participación militar. La Fuerza Aérea dice que la hora que tarda un bombardero B-2 desde su hangar en la Base Whiteman de la Fuerza Aérea en Missouri hasta Washington y de regreso a su base tiene un costo de 122.311 dólares. Los militares dicen que el vuelo será considerado una prueba de entrenamiento, cuyos costos ya están previstos en sus presupuestos. Dicen que la hora de vuelo de un caza F-22 cuesta 65.128 dólares.
Dos tanques Bradley fueron estacionados ayer cerca del Monumento a Lincoln, donde Trump hará su alocución por la festividad. Además, también fueron transportados en tren hasta Washington dos tanques de guerra de 60 toneladas modelo Abrams, para ser apostados sobre la explanada o en sus inmediaciones.
Kevin Donahue, vicejefe de Seguridad Pública, dijo que la ciudad espera que el gobierno federal pague los daños que produzca el desplazamiento de tanques por calles y puentes. Después de la celebración, los ingenieros civiles del distrito evaluarán el estado de esas arterias públicas para determinar si sufrieron daños.
Donahue dice que la ciudad no tuvo más remedio que aceptar la presencia de tanques y demás equipos pesados, a pesar de las objeciones de algunos miembros de la Legislatura de la ciudad.
"Estas decisiones no dependen de nosotros, no están sujetas a nuestra aprobación", dice Donahue. "No tenemos competencia para decir que no queremos tanques".
La Legislatura de la ciudad manifestó por Twitter que el año pasado, el mismo Pentágono había advertido que el acero de las orugas de los tanques podía dañar las calles. También está previsto que sobre la Explanada Nacional desfilen las naves presidenciales Air Force One y Marine One.
Trump, que le puso a su celebración el título de "Salve Estados Unidos", tuiteó que el festejo en el Monumento a Lincoln "parece que va a ser algo grande, ¡el show de nuestras vidas!"
Un día antes, tuiteó que los altos mandos militares estaban "encantados" de participar. De ser así, lo disimulaban bastante bien: los oficiales del Pentágono derivaban todas las consultas hacia la Casa Blanca, y algunos de ellos ni siquiera se atrevían a asegurar que el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Joseph Dunford, tenga planeado asistir.
"Nuestros líderes militares están encantados de hacerlo y de mostrarle al pueblo norteamericano, entre otras cosas, que tenemos las Fuerzas Armadas más poderosas y avanzadas del mundo", tuiteó el mandatario. "¡No se pierdan el increíble desfile aéreo y el mayor espectáculo de fuegos artificiales de la historia!"
"Es un burdo uso político", dice Loren Dejonge Schulman, alto miembro del Centro para la Nueva Seguridad Norteamericana y exfuncionario del Pentágono y la Casa Blanca durante el gobierno de Obama.
La congresista Betty McCollum criticó que "Trump esté secuestrando la celebración, para tergiversarla y convertirla en un acto político partidario financiado por los contribuyentes, algo que tiene más que ver con el fomento al culto de la personalidad de Trump que con el espíritu de independencia y libertad norteamericano". La legisladora demócrata por Minnesota, presidenta del Subcomité Interior de Asignaciones de la Cámara baja, dijo que el Departamento del Interior y el Pentágono no respondieron a ninguno de los múltiples pedidos de informes sobre los costos del evento.
El gobierno contradijo su propia afirmación de que se trataba de un acto no partidario cuando la asesora presidencial Kellyanne Conway dijo que el discurso de Trump resaltará "el éxito de la administración en la generación de puestos de trabajo y todo lo que hemos hecho por los soldados veteranos", además de ser un homenaje a la democracia, el patriotismo y los militares.
Una de las características esenciales del rol de las fuerzas militares en la democracia norteamericana es su aislamiento de la esfera política, destinado a garantizar la lealtad de las Fuerzas Armadas a la Constitución, más allá de quién sea elegido presidente. Es por eso, por ejemplo, que los integrantes de las Fuerzas Armadas tienen prohibido participar de campañas políticas, y también por eso el primer secretario de Defensa de Trump, Jim Mattis, tuvo que frenar los planes de la Casa Blanca para realizar un desfile militar por el Día de los Veteranos del año pasado.
Acusación a China y Europa por las monedas
El presidente Donald Trump acusó ayer a China y a Europa de jugar "un gran juego de manipulación de monedas", y sugirió que Estados Unidos debería responder de igual forma, una medida que contradice directamente la política oficial del gobierno norteamericano de no manipular el valor del dólar para ganar ventajas comerciales.
En una publicación en su cuenta de Twitter, Trump dijo que si Estados Unidos no toma medidas al respecto, el país continuará siendo "el tonto que se cruza de brazos y cortésmente ve a otros países continuar jugando sus juegos, como lo han hecho durante años".
Traducción de Jaime Arrambide
Fotos: AP, REUTERS y DPA
Edición fotográfica: Fernanda Corbani
Darlene Superville, Lolita C. Baldor y Robert Burns
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