¿Avances en Venezuela? Los datos que desmienten las razones de Alberto Fernández para retomar el vínculo
Solo en el año pasado 1414 personas fueron víctimas de presuntas ejecuciones extrajudiciales a manos de policías y militares, y en las cárceles del régimen aún hay 240 presos políticos
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BOGOTÁ.- La millonaria campaña “Venezuela se arregló” ya tiene su versión diplomática. Las polémicas declaraciones del presidente Alberto Fernández, quien apostó por formalizar las relaciones diplomáticas con el chavismo ante los supuestos avances positivos de la dictadura bolivariana, se han sumado al esfuerzo que desde el año pasado encabezan los principales socios internacionales para blanquear al gobierno de Nicolás Maduro.
Fernández preside actualmente la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que junto a las revoluciones, el Grupo de Puebla y aliados internacionales como el expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, intentan minimizar los abusos y crímenes del chavismo ante la opinión pública internacional. El último foro con parecidas intenciones se realizó la semana pasada en Caracas bajo el título Cumbre Internacional contra el Fascismo, durante la cual también se defendieron las tesis de Vladimir Putin respecto a la invasión de Ucrania.
Derechos humanos, las “mejoras” electorales y la negociación en México con la oposición serían, según el anuncio presidencial, las materias donde “los problemas se han ido disipando” con el tiempo. “Estamos viendo cómo, a partir de los acuerdos del Grupo de Contacto, Venezuela ha ido avanzando en su proceso electoral”, subrayó Fernández. Una afirmación sorprendente: Venezuela cuenta con un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE), en el que Maduro mantiene una mayoría que hace y deshace a su antojo. Así quedó confirmado durante las elecciones regionales en Barinas, ganadas en primer round por la oposición pero que el chavismo ordenó repetir por el simbolismo que tiene para sus seguidores la cuna natal de Hugo Chávez.
Para el segundo round inhabilitaron al ganador, a su mujer y a dirigentes opositores principales, para después forzar una campaña plagada de ventajismos y con presupuesto millonario enviado desde Caracas. Aún así perdieron.
Así lo constató el informe de la misión enviada por la Unión Europea (UE), que tras mil obstáculos destacó las deficiencias estructurales, la falta de independencia y la falta de poder del propio CNE. A todo ello hay que sumar las intervenciones contra los partidos opositores, la inhabilitación de sus principales dirigentes, las trabas enormes para evitar el voto de los seis millones de emigrantes y la hegemonía comunicacional. El informe no se pudo presentar en Caracas, ante la negativa del oficialismo.
Suspensión
Fernández tampoco acertó con la negociación en México, suspendida desde el año pasado por orden del jefe chavista, contrariado por la extradición a Estados Unidos del magnate colombiano Alex Saab, a quien la antigua Fiscalía venezolana considera el principal testaferro de Maduro. La mesa en la capital del país norteamericano se conformó con la mediación de Noruega y la presencia de países facilitadores, entre ellos Rusia del lado venezolano.
El reinicio de los diálogos, pactado durante el viaje en marzo de tres enviados del presidente Joe Biden a Caracas, todavía no se ha producido, mientras el chavismo intenta imponer a falsos opositores como interlocutores, entre ellos diputados del grupo parlamentario conformado con dinero aportado por el propio Saab.
Desde su llegada al gobierno, Fernández se ha movido entre el negacionismo frente a los desmanes de las tres dictaduras del continente (Venezuela, Cuba y Nicaragua) y algunas críticas leves, sobre todo en materia de derechos humanos. Tanto Maduro como sus principales generales son investigados por la CPI por crímenes de lesa humanidad, entre los que se incluyen ejecuciones, torturas, violaciones sexuales, desapariciones y detenciones forzosas.
Tal y como recordó la organización Provea, solo en el año pasado 1414 personas fueron víctimas de presuntas ejecuciones extrajudiciales a manos de policías y militares. Además, en las cárceles de Maduro permanecen hoy 240 presos políticos, incluidos 130 militares y 14 mujeres.
La penúltima víctima de la dictadura se llama Lucila Mata y tiene 72 años. Un vídeo de humor en TikTok, en el que mientras cocinaba bautizó distintas arepas con nombres de dirigentes chavistas, le costó una orden de captura por incitación al odio. La mujer fue obligada a grabar otro video para disculparse con un texto que leyó al dictado y maniatada por los nervios. Su principal pecado fue denominar a una arepa viuda (sin relleno) con el nombre de la mujer de Maduro.
“Asusta la manera en que Alberto Fernández alude hoy a la tragedia venezolana. La frivolidad del cinismo”, concluyó el escritor Alberto Barrera.
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