Audaz y millonario robo a una joyería de lujo en París
Cuatro delincuentes, dos de ellos disfrazados, sustrajeron más de US$ 100 millones en alhajas
PARIS.- En una escena digna de una palpitante película de gánsteres, cuatro hombres armados -dos de ellos, disfrazados de mujer- asaltaron Harry Winston, una de las joyerías más lujosas de París, a metros de Champs-Elysées, y sin disparar un solo tiro, se llevaron joyas y piedras preciosas por valor de 80 millones de euros (algo más de 100 millones de dólares).
La policía sospecha que los autores de ese robo sin precedente en la historia de Francia por su valor fue perpetrado por los Pink Panthers (Panteras Rosa), una banda integrada por delincuentes de países balcánicos, que opera desde hace años en Europa. El histórico atraco se produjo exactamente un año después de un asalto cometido el 6 de diciembre de 2007 en el mismo local. En aquella oportunidad, los delincuentes huyeron con un botín de 10 millones de euros (unos 13 millones de dólares).
Fue en esa refinada boutique donde el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, le compró el anillo de compromiso a Carla Bruni, cuando le propuso matrimonio.
Este nuevo asalto fue perpetrado el jueves, a última hora de la tarde, en la joyería de lujo Harry Winston, en la avenida Montaigne, en el corazón del célebre triángulo de oro, donde se encuentran las principales casas de moda y boutiques de lujo. A las 17.30, poco antes del cierre del establecimiento, cuatro personas armadas irrumpieron en la joyería y se apoderaron de casi todas las joyas expuestas en las vitrinas de la planta baja y del primer piso.
Dos de los asaltantes estaban vestidos de mujer, según los primeros datos divulgados por la policía.
Trabajo de inteligencia
El audaz operativo, que duró apenas 15 minutos, fue precedido por un minucioso trabajo de inteligencia, pues los delincuentes conocían el nombre de los empleados y sus domicilios, y también estaban al corriente de los lugares donde se guardaban las joyas que no estaban expuestas.
Ese perfecto conocimiento del terreno de operaciones les permitió actuar sin demasiada violencia. Los asaltantes no llegaron a disparar sus armas y su único gesto de rudeza consistió en golpear a una persona que se encontraba en el local en el momento en que comenzó el asalto. Después de reunir el botín, los asaltantes salieron en parejas y se perdieron en el crepúsculo de París sin dejar huellas.
Conmocionados por los momentos de terror que habían padecido, los empleados no pudieron decir cómo habían huido.
La Brigada de Represión del Crimen Organizado de la policía judicial de París, a cargo de la investigación, atribuyó el asalto a "grandes profesionales".
Francia enfrenta en este momento una ola de operativos de extrema audacia dirigidos contra joyerías y establecimientos de lujo.
Apenas 48 horas antes del atraco contra la joyería Harry Winston, un grupo de entre cuatro y cinco hombres armados protagonizó otro asalto espectacular contra una joyería de Saint-Tropez, en la Costa Azul.
Después de apoderarse de todo el contenido de las vitrinas, estimado en "varios centenares de miles de euros", el grupo de malhechores huyó en dirección al puerto, donde abordaron una lancha rápida que habían alquilado pocas horas antes. En poco menos de 10 minutos, atravesaron el golfo de Saint-Tropez hasta el puerto de Sainte-Maxime, donde desembarcaron y se perdieron sin dejar rastros.
Pocos días antes, el 25 de noviembre, una pareja robó un anillo de gran valor en una de las joyerías Cartier, de París. El hombre, que se hacía pasar por un millonario de los Emiratos Arabes, estaba acompañado de una mujer que usaba un vestido largo y tenía el rostro cubierto con un velo islámico. Después de probar varias joyas, aprovecharon un momento de descuido de la vendedora para cambiar un anillo con un diamante de 5,5 quilates, valuado en 800.000 dólares, por una reproducción sin ningún valor. El ardid fue descubierto horas después, cuando los malhechores habían tenido tiempo suficiente para huir.
Después de esa serie de episodios, el vocero del Observatorio de la Unión Francesa de Joyería, Doron Lévy, reconoció su preocupación por el aumento de los asaltos. Tras un año récord con 113 hechos en 2007, en los 10 primeros meses de 2008 se registraron por lo menos 126 robos.
Pistas
Aunque la policía mantiene un riguroso hermetismo sobre el asalto del jueves, el modus operandi indujo a los investigadores a pensar que podría tratarse de un nuevo golpe de los Pink Panthers. El indicio más importante es el hecho de que uno de los asaltantes hablaba francés sin acento, pero los otros se expresaban en un "idioma extraño, difícil de identificar", según los testigos. La policía estima que podría tratarse de alguno de los idiomas o dialectos eslavos que se hablan en la península balcánica.
La banda de los Pink Panthers se ha convertido en los últimos años en una verdadera pesadilla para Interpol y las policías de los principales países europeos.
El lunes pasado, precisamente, un tribunal de Chambéry, en los Alpes franceses, comenzó a juzgar a dos serbios de esa banda, acusados de haber desvalijado en 2003 tres joyerías en la estación invernal de Courchevel. Un tercer miembro de ese grupo, identificado como Dragan Mikic, es juzgado en contumacia porque el 15 de octubre de 2005 se fugó de la cárcel de Villefranche-sur-Saône.
Los Pink Panthers fueron bautizados de esa manera por la policía británica en 2004, después de un robo en el cual ocultaron un anillo con un diamante azul de casi un millón de dólares, dentro de un pote de crema facial, como en el famoso film de Blake Edwards.
El grupo está dirigido por tres o cuatro cerebros que operan con diferentes comandos de serbios, croatas, bosnios y montenegrinos. Los cerebros reclutan la mano de obra entre "ex comandos (de los Balcanes) que combatieron en la guerra de Yugoslavia", según la descripción realizada recientemente por el fiscal de Albertville. "Son verdaderos duros", aseguró.
Esa banda, que opera desde 2003, es responsable de entre 90 y 100 asaltos de joyerías en unos 20 países, en los que recaudaron un botín superior a 260 millones de dólares, sin contar con el botín del jueves, según la estimación de Interpol.
Antecedentes
2003
El máximo golpe
En el mayor robo de joyas de la historia, un grupo de ladrones asaltó el Centro de Diamantes de Amberes, al norte de Bélgica, y se llevaron piedras preciosas por un valor de 127 millones de dólares.
2004
El Louvre, también víctima
En la bienal de antigüedades del museo del Louvre, en París, fueron robados dos diamantes valuados en 13,9 millones de dólares. Las piezas nunca fueron recuperadas.
2002
Otro atraco en París
La joyería Fred de París sufrió un robo de joyas por un valor estimado de 7,6 millones de dólares.
2001
Robo en Cannes
En Cannes, en el sudeste de Francia, ladrones extrajeron piedras preciosas por un valor cercano a los 5 millones de dólares de la afamada joyería Van Cleef & Arpels.
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