Un número creciente de ucranianos que vive en el extranjero decidieron volver a su país para defender su tierra natal de la invasión rusa
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Más de medio millón de ucranianos huyeron de su país tras la invasión rusa, informó Naciones Unidas. Pero mientras que miles de personas se agolpan en estaciones de trenes y autobuses, y se forman largas filas en los pasos fronterizos de los países vecinos para huir de la guerra, otros cruzan la frontera exactamente en la dirección contraria.
Son hombres -y también mujeres- que años antes abandonaron su país para buscar una nueva vida en Europa y que ahora decidieron regresar para ayudar a defenderlo. “Quieren quitarle más tierras a nuestro país. Y nosotros queremos proteger nuestra tierra, nuestra familia y nuestros hijos”, le dice a la BBC Mark, un hombre que viajó con un amigo en carro desde Dinamarca -donde viven- hasta Polonia, para ingresar por la frontera a Ucrania.
Aún no saben si se integrarán al Ejército para pelear o se sumarán a grupos civiles. Mark dice que sabe cómo usar armas porque en el pasado fue parte del ejército ucraniano. Poco antes de que la invasión llegara a Kiev, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, convocó a 900.000 reservistas, e instó a quienes tenían pasaporte ucraniano a enlistarse en el ejército.
Los ucranianos que viven en Reino Unido no son una excepción: un número cada vez mayor se está preparando para regresar y defender a su país.
Regreso
En un rincón de un polígono industrial de Londres, un grupo se prepara para la batalla. Entre todos llenan dos camionetas grandes y un remolque con raciones, chalecos antibalas, cascos, botiquines, drones e incluso un detector de minas. Tres planean regresar a Ucrania y participar en la “defensa territorial” y “proteger nuestra Ucrania”.
Tienen experiencia militar, ya que anteriormente sirvieron en el ejército ucraniano.
Viktor* es uno de ellos. Está supervisando a un grupo de hombres, cuatro de los cuales conducirán 2.000 km para entregar suministros a Ucrania. Él y otros dos planean dirigirse al oeste de Ucrania, de donde son oriundos, para reforzar las fuerzas de “defensa civil”.
Cuando la BBC le pregunta si espera pelear contra los rusos, sonríe. “Es como si un extraño entrara en tu casa y quisiera lastimar a tu familia, a tus hijos, a tu esposa. Creo que cualquier hombre se comportaría de la misma manera que yo y otros muchachos que están aquí, que ahora estamos volviendo a Ucrania”.
Viktor llegó a Reino Unido el año pasado como recolector de frutas. En 2014, fue reclutado por el ejército cuando Rusia anexó áreas del este de Ucrania. Nos muestra imágenes de entonces, manejando una ametralladora pesada y granadas propulsadas por cohetes. Otro miembro del grupo sirvió en 2017.
El grupo estuvo comprando frenéticamente equipos militares sobrantes. Nos muestran chalecos antibalas, cascos, raciones del ejército británico y drones listos para usar, que fueron donados. El equipo militar es viejo. Las chaquetas tienen placas pequeñas que cubren solo el área del corazón, en comparación con el equipo moderno que protege más el cuerpo.
Las raciones británicas son mejores que las ucranianas, dicen los hombres. “Más calorías”. También hay paquetes médicos militares que incluyen torniquetes para detener el sangrado severo en lesiones por explosión y disparos. Hay un pila de hachas, para talar árboles, dice Viktor, no para usarlas como armas.
Riesgos
En Essex, un condado del sureste de Inglaterra, el proveedor de excedentes militares Wozza, estuvo recibiendo pedidos directamente de la línea del frente y planea enviar suministros a través de lo que dice que es un “corredor” que organizó un contacto.
Cuando nos encontramos con él, está contando 200 uniformes británicos. El material de camuflaje, de color marrón claro, es similar al que usa el ejército ucraniano. Diferente al verde oscuro y al negro que usan los rusos.
Por eso los está enviando. Con tantos voluntarios que ahora se unen a las filas en Ucrania, vistiendo una variedad de chaquetas, existe el riesgo de una identificación errónea en el campo de batalla que podría provocar que los combatientes hiriesen a sus propias fuerzas. Los brazaletes brillantes que se utilizan actualmente para identificar a las “fuerzas amigas” conllevan su propio riesgo de ser detectados por el ejército ruso.
Pero Wozza tiene que tener cuidado al enviar equipo antiguo del ejército británico a una zona de guerra en la que Gran Bretaña no está participando. Ucrania no es miembro de la OTAN, y Reino Unido prometió que en esta guerra no habrá tropas sobre el terreno.
Por ello, tiene que quitar las insignias británicas de los uniformes antes de cargarlos en la camioneta. Este es un equipo obsoleto. Los cascos protectores no son a prueba de balas, pero protegerán contra los escombros o las esquirlas. Nada de eso fue donado por el gobierno británico. Wozza lo compró y tiene la intención de suministrarlo al menor costo posible.
Los voluntarios ucranianos no tienen suficiente, dice. “Vinieron hermanos jóvenes, mayores, todos dispuestos a volver a su tierra natal para defenderla. Es muy conmovedor. Había un chico, de 17, 18 años, comprando equipo para su hermano, al que se iba a unir”.
Entre 30 y 40 hombres al día visitan su depósito en Folkestone, un municipio costero en el sureste de Inglaterra. “Su plan es conseguir lo básico, dirigirse a Polonia y llegar directamente al frente de batalla”.
Posición confusa
En un centro cultural ucraniano en Londres, vimos cómo se cargaban chalecos antibalas que antes pertenecían a la policía metropolitana por la puerta trasera, junto con suministros que incluían botas y barras de cereal. El centro comenzó a reclutar voluntarios pocos días después de la invasión rusa.
Petro, de 49 años, y Volodymer, de 44, estaban entre los ocho hombres que planeaban partir el lunes por la tarde rumbo a Europa continental. Dos hombres británicos también se acercaron al centro dispuestos a ir a la guerra. Ninguno tenía experiencia militar. La posición del gobierno británico sobre lo que Ucrania llamó su “legión internacional” es confusa.
La ministra de Asuntos Exteriores, Liz Truss, dijo el fin de semana que daba el visto bueno a las personas que viajaran de Reino Unido a Ucrania para luchar. Si bien las leyes antiterroristas impiden que las personas peleen con ISIS u otros grupos, no existe una prohibición legal para que los ciudadanos ucranianos o británicos se dirijan desde Reino Unido al conflicto en el oeste del país; sin embargo, el frente oriental puede estar prohibido.
De acuerdo con las recomendaciones del gobierno, si uno viaja al este de Ucrania para luchar o ayudar a otras personas involucradas en el conflicto, estas actividades pueden constituir un delito (bajo la ley de antiterrorismo en Reino Unido u otra legislación) y por lo tanto uno podría ser procesado a su regreso a Reino Unido.
Por otra parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Mancomunidad de Naciones no puede proporcionar servicios consulares a nadie en las regiones de Donetsk y Luhansk que actualmente no están bajo el control de las autoridades ucranianas. Y el secretario de Defensa, Ben Wallace, le dijo a Sky News que “a menos que uno esté debidamente capacitado, a menos que sea un miembro experimentado de las fuerzas armadas, creo que hay mejores formas de contribuir a la seguridad de Ucrania”.
*Los nombres de las personas entrevistadas para este artículo fueron cambiados para proteger su seguridad.
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