Argentinos en alerta
Nicolás: vacaciones encerradas
Las vacaciones en Miami de Nicolás, un tucumano de 35 años que vive en Buenos Aires, se convirtieron ayer en un estado de alerta constante. El hotel donde se hospeda junto con su familia, en la zona de Sunny Isles, envió varias recomendaciones a cada uno de los huéspedes, ante la inminente llegada del huracán Matthew. Nicolás y su mujer, embarazada, siguieron al pie de la letra todas las sugerencias. Ayer, fueron al supermercado para comprar provisiones para varios días y desde entonces no salen de la habitación del hotel. "Ayer fuimos al súper. Había mucha gente, sobre todo comprando agua, y las góndolas ya estaban vaciándose. La gente se veía muy ansiosa", contó Nicolás, que fue testigo de las largas colas en los supermercados de Miami tras la orden de evacuación para un millón y medio de personas en el estado de Florida. Esta familia llegó a Miami el lunes. Si bien ya sabían que el pronóstico era desfavorable, no se imaginaron que la situación llegaría tan lejos.
Agustín: la espera en motorhome
Agustín Barreiro, un joven de 29 años de Rafaela, vive en La Belle, una pequeña localidad a 160 kilómetros de Miami. Junto con su familia, esperaban ayer la llegada de la tormenta desde su motorhome. "Esperamos pronto una tormenta tropical fuerte", relató Agustín, dueño de una empresa de transportes en Florida. "En los últimos días usamos los camiones para transportar hacia esta zona materiales de construcción, agua, alimentos básicos y equipos de emergencia para paliar los posibles efectos de la tormenta", contó. Las autoridades les enviaron indicaciones para autoevacuarse, junto con información sobre los refugios cercanos. Como precaución, les ordenaron limpiar sus patios sin dejar objetos sueltos. "La gente está comprando agua, pilas, garrafas de gas y materiales de construcción para asegurar sus casas", contó. Desde hace varios días "vemos camiones transportando casas y barcos". "Ahora solo nos queda esperar."
Sergio: una ciudad desierta
Sergio Coluccio, porteño, de 46 años, llegó ayer a Miami para descansar unos días con su familia. "Apenas llegamos nos encontramos con este panorama. Con el correr de las horas se fue atrasando la llegada del huracán y nos dio tiempo para trasladarnos a Fort Lauderdale. Cuando fuimos al supermercado había mucha gente comprando, pero estaba todo abastecido, así que pudimos llevar todo lo que necesitábamos para aprovisionarnos", contó Sergio. "Por la tarde la ciudad quedó desierta", relató. Según Sergio, "el clima parece una sudestada en Mar del Plata". Sin embargo, se esperaban mayores vientos y lluvias para el fin de semana. "Nos llamaron la atención la organización y la prevención por parte de la gente y del gobierno para que no saliéramos de nuestras casas", contó. "Vimos muchos vecinos colocando protecciones en los frentes de sus casas y negocios. Esperamos que pase pronto la tormenta mientras seguimos todo por la tele", dijo.
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