El 3 de marzo, el mismo día que se registró el primer caso de coronavirus en la Argentina, el crucero Costa Pacifica partió de Buenos Aires con rumbo a Europa. El buque que transporta a 3.600 huéspedes y 1.200 tripulantes iba a realizar escalas en Brasil, España, Francia y finalizar su recorrido el lunes 24 en Génova, Italia. Pero a medida que el buque atravesaba el océano Atlántico los casos de coronavirus se dispararon y Europa dispuso el cierre de sus puertos. A la par, la empresa italiana Costa Cruceros anunció la suspensión temporaria de las operaciones globales de los buques y determinó que aquellos en curso, finalizarán su viaje solo para permitir a los huéspedes desembarcar y regresar a sus hogares.
En el crucero hoy viajan 1000 argentinos que desde su llegada al viejo continente, no logran bajar en ninguna de las paradas previstas a pesar del reiterado pedido de ayuda para regresar al país. Las actividades oficiales a bordo continúan con normalidad. Pero la gente permanece alerta y ansiosa. No utilizan las piscinas ni los salones de recreación y se niegan a participar de los actos de entretenimiento hasta tener una respuesta concreta sobre su destino.
Edith Sanmauro, una de las argentinas a bordo del crucero junto con su marido e hija, expresó su angustia y la falta de respuesta oficial: "No tuvimos comunicaciones oficiales en ningún momento ni explicación sobre por qué no se puede retornar a Buenos Aires. El clima es terrible. Desorientación. Los comunicados son por altoparlantes y reina la incertidumbre. No sabemos qué va a pasar con nosotros"
Los argentinos y brasileños se reúnen todos los días por la tarde para exigir una conversación con el capitán y solicitar el regreso a la costa latinoamericana. El miércoles lograron acceder a él y se les prometió el desembarco en Marsella. Ayer llegaron al puerto y solo consiguieron descender los franceses. Ingresó la policía local y resistió el avance de las filas de pasajeros enojados e indignados que esperaban con esa salida para regresar a sus hogares.
"Nuestro destino final sería Génova, con lo cual nos queda la incertidumbre. Creo que tendríamos que tener un regreso a Argentina con el mismo crucero que nos trasladó. No nos han dado una comunicación oficial desde la salida sobre por qué seguimos viaje a Europa cuando podríamos haber retornado a la Argentina sin ningún inconveniente", reclamo Eduardo Merluzzi, otro pasajero que emprendió viaje junto con su familia de vacaciones.
Ese pedido se replica entre varios de los argentinos. Una pasajera que viajó con su hija discapacitada, también compartió su testimonio con LA NACION. "Pretenden que el desembarco sea en Génova, Italia, uno de los países con mayor cantidad de muertos. No podemos desembarcar ahí porque estamos a la buena de Dios. Lo que estarían haciendo es abandono de persona. No nos pueden dejar en un lugar tan infectado y complicado", sostuvo.
Pretenden que el desembarco sea en Génova, Italia, uno de los países con mayor cantidad de muertos.
Dentro de este grupo de argentinos hay 436 adultos mayores que viajan como parte de un grupo denominado "El Retorno 2020". Son inmigrantes y descendientes de españoles e italianos que iban a volver a su tierra en barco, tal como hicieron sus antepasados. Ayer ellos exigieron que se les garantice un cordón sanitario hasta París para poder regresar a la Argentina con vuelo de Aerolíneas Argentinas. Tras varios idas y vueltas en conversación con Cancillería, hoy les informaron que esa opción fue descartada.
Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores informaron a LA NACION que Francia no cumplió con lo acordado: "Ellos se comprometieron. Iban a permitir el desembarco de argentinos. Pero llegado el día no sucedió. Hubo negociaciones con Francia hasta último momento y cuando parecía que había un arreglo, el Estado francés endureció aún más su política sanitaria".
Jorge es el hijo de María García Graña, una mujer de 84 años que forma parte del grupo. Ante la consulta sobre el paradero de su madre, explicó: "Nadie nos informa nada. La página del Retorno 2020 publica poca información. Menos Costa Crucero. No nos enteramos de nada. Somos ajenos. Y muy poca gente de la que está arriba del barco tiene WiFi. Es gente mayor que no sabe manejar tecnología, una de esas personas es mi madre".
En la página oficial de Costa, el crucero figura ya en viaje hacia Génova. La hora de llegada está pautada para las 8am del 21 de marzo. El capitán informó que los pasajeros no descenderán del barco hasta tener asegurada su vuelta a casa. Sin embargo, nadie posee información sobre cómo se concretará el regreso.
Cancillería confirmó que están en contacto directo con Costa Cruceros para conseguir el rotorno de los argentinos: "Se los está asistiendo desde el primer momento. Todo el personal trabaja para asistir y resolver los problemas de todos los argentinos en el exterior. Ya se comenzarán a repartir vouchers para los vuelos".
Si bien desde adentro del crucero aún nadie confirmó el ingreso de los vouchers. La versión oficial sostiene que los vuelos de Génova a Buenos Aires están previstos para mañana a las 4, 6 y 8pm hora local.
*La nota se realizó con la colaboracion de Florencia Coelho. LA NACION DATA puso a disposición un formulario para que las personas que están varadas en el extranjero puedan reportar sus casos. En solo 24 horas llegaron más de 400 testimonios de argentinos en más de 33 países, cuyas historias se seguirán publicando en los próximos días.
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