Arabia Saudita rompe relaciones con Irán y escala el conflicto
Fue en repudio al ataque a su embajada en Teherán; fuerte advertencia del líder iraní
TEHERÁN.– En medio de las tensiones entre Irán y Arabia Saudita por la ejecución en Riad de un popular clérigo chiita, el gobierno saudita anunció ayer la ruptura de relaciones diplomáticas con Teherán luego que un grupo de manifestantes atacó su embajada en la capital iraní.
De nada valió la enérgica condena realizada por el presidente iraní, Hassan Rohani, que calificó de "extremistas" a los violentos que ingresaron en la sede diplomática y consideró el ataque como "injustificable".
El canciller saudita, Adel al-Jubeir, respondió dando ayer 48 horas a los diplomáticos iraníes para que abandonen el país.
La rivalidad histórica entre los dos países estalló anteayer tras la ejecución en Riad del popular clérigo chiita Nimr Baqr al-Nimr, junto a otras 46 personas, acusado por complot criminal durante la "primavera árabe" de 2011.
Esa condena desató violentas protestas en varios lugares del mundo y ataques incendiarios contra la embajada saudita en Teherán y el consulado de ese país en Mashaad, en el norte de Irán.
"Sin duda este derramamiento de sangre injusto de ese mártir tendrá consecuencias y los líderes sauditas sentirán la venganza divina", dijo el ayatollah Ali Khamenei, la máxima autoridad política y religiosa de Irán, que se considera protector y guardián de los chiitas en el mundo.
"Al-Nimr nunca llamó a un levantamiento armado, solamente cumplió con sus obligaciones religiosas", afirmó Khamenei, en referencia a los cargos sauditas contra Al-Nimr.
Las autoridades sauditas, además, se negaron a entregar los cuerpos de los ejecutados a sus familiares, dijo Mohammed al-Nimr, hermano del clérigo, en su cuenta de Twitter.
También el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó las ejecuciones y dijo estar "profundamente consternado", pero llamó a la calma para evitar un resurgimiento de las tensiones sectarias en Medio Oriente, especialmente entre la monarquía saudita que promueve la interpretación más radical del islam sunnita, e Irán, su potencia rival chiita, una rama islámica minoritaria.
Además de este conflicto histórico, las relaciones entre Riad y Teherán se venían deteriorando aún más en los últimos meses al apoyar a partes enfrentadas en las guerras civiles de Siria y Yemen.
Teherán ya había advertido también que la eventual ejecución de Al-Nimr tendría "un alto costo para Arabia Saudita" .
En la capital iraní, la embajada saudita fue atacada y parcialmente incendiada en la noche del sábado y ayer se produjeron enfrentamientos con la policía cuando cientos de manifestantes intentaban acceder al grito de "muerte a la familia real saudita". La policía iraní detuvo a 40 manifestantes.
Pese a la enérgica reacción de Teherán, las autoridades sauditas restaron importancia a las condenas oficiales iraníes, y acusaron al país persa de apoyar el terrorismo.
"Al defender los actos terroristas el régimen iraní es considerado un socio de sus crímenes", dijo la cancillería saudita en un comunicado difundido por la agencia de noticias oficial SPA. El texto acusa también a Irán de seguir un "sectarismo ciego".
Repercusión mundial
Las protestas por la ejecución de Al-Nimr se extendieron a varios países con población islámica chiita.
En la provincia de Wasit, en el centro de Irak, cientos de chiitas tomaron ayer las calles pidiendo al gobierno iraquí el cierre de la embajada saudí, reabierta el mes pasado tras 25 años.
En la parte india de Cachemira miles de chiitas se manifestaron también en varios lugares contra la ejecución, blandiendo carteles con la imagen del clérigo o llevando banderas negras.
Agencias DPA y EFE
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