Aprendices de exorcistas: el Vaticano da un curso sobre su rito más polémico
ROMA.- El papa Francisco menciona todo el tiempo al diablo, a Satanás, al "maligno". En su último documento, Gaudete et Exsultate (Alégrense y regocíjense), sobre el llamado a la santidad en el mundo contemporáneo, le dedica un capítulo al combate contra el diablo, "príncipe del mal", que "no es un mito, una representación, una figura o una idea".
No sorprende entonces que, desde el lunes pasado, se encuentren reunidos más de 250 curas de 51 países en un prestigioso "curso sobre exorcismo y la oración de liberación", que desde 2012 dicta el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de esta capital. Un curso al que también pueden participar laicos que, todos los años, cuando se inaugura, vuelve a ser noticia.
Aunque para muchos el exorcismo tan sólo evoca algunas famosas películas de terror, Giuseppe Ferrari, uno de los organizadores del curso, afirmó que esta práctica ha aumentado considerablemente en los últimos años. De hecho, las denuncias de posesión satánica se encuentran en fuerte crecimiento en todo el mundo. Sólo en Italia, ya sea por verdaderos casos de posesión, miedo al malocchio (mal de ojo o maleficio), crisis familiares, de trabajo, problemas de salud o "mal de amor", más de 500.000 personas cada año piden ayuda a exorcistas, sacerdotes capaces de liberar, con la oración y demás rituales, eventuales presencias demoníacas. Según normas de la Congregación para la Doctrina de la Fe, nadie puede hacer exorcismos sin la autorización y licencia otorgados por el obispo correspondiente.
Según la asociación internacional de exorcistas, en este momento hay una "emergencia pastoral". El think-tank cristiano Theos dice, en cambio, que el exorcismo es una "industria en expansión", especialmente entre las iglesias pentecostales. Al respecto, muchos creen que se trata de abusos espirituales perpetrados a veces sobre personas con malestares psíquicos. Una industria que se ha desarrollado mucho en Europa también a nivel privado, con "operadores del sector" que hasta llegan a cobrar 500 euros por sus trabajos de "limpieza". Justamente para contrarrestar todo esto es que la Iglesia de Roma decidió poner en marcha cursos para exorcistas oficiales.
El que comenzó en su XIII edición el lunes pasado en el Pontifico Ateneo Regina Apostolorum y durará hasta el sábado es considerado el primero en el mundo que propone una atenta búsqueda académica e interdisciplinaria sobre el ministerio del exorcismo. Su objetivo es ofrecer una reflexión rica y articulada sobre un tema a veces tabú y controvertido como la posesión del demonio. El curso se da en colaboración con el GRIS (por las siglas en italiano del Grupo de Investigación Socio-Religiosa e Informaciones de Bolonia) y enfrenta de manera sistemática los aspectos antropológicos, fenomenológicos, sociales, teológicos, litúrgicos, canónicos, pastorales, espirituales, médicos, neurocientíficos, farmacológicos, simbólicos, criminológicos, legales y jurídicos del ministerio del exorcismo.
"El curso nació para satisfacer las demanda de quienes quieren entender mejor la modalidad de ayuda más apta para las personas que necesitan de una sanación espiritual, algo que a veces implica identificar otras enfermedades como disturbios piscológicos, fisiológicos, dependencias de sustancias, etc. Por eso la interdisciplinariedad juega un rol importante en la reflexión, porque la caridad pastoral debe declinarse con la verdad", explicó el padre Luis Ramírez, del Instituto Sacerdos del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, uno de los organizadores del curso. "Lamentablemente muchas veces el tema de la sanación espiritual se enfrenta con una actitud de superstición y sensacionalismo, pero el curso pretende cambiar esta mentalidad y subrayar que las víctimas de las enfermedades espirituales deben ser ayudadas con todos los recursos que tenemos a disposición", agregó.
El precio del curso es de 300 euros y quien quiere traducción simultánea en inglés, español o francés (con un mínimo de diez participantes), tiene que pagar otros 250 euros.
"La lucha contra el maligno comenzó con el origen del mundo y está destinada a durar hasta el fin del mundo", dijo a Vatican News don Cesare Truqui, uno de los docentes. Para este prelado "estamos en una fase crucial de la historia: muchos cristianos ya no creen en la existencia del diablo, son formados pocos exorcistas y ya no hay jóvenes curas dispuestos a aprender la doctrina y la práctica de la liberación de las almas".
En el curso inaugurado el lunes pasado también se analizan aspectos relacionados con el exorcismo que se dan en diversas zonas del mundo, como la brujería en África, los cultos afroamericanos en Paraguay y América Latina y las sectas new-age en España. Además se aborda otro tema terrible, que tiene que ver con la pedofilia, muchas veces también utilizada en ritos ocultos y satánicos.
Este año inauguró el curso el cardenal albanés, Ernest Simoni, de 89 años, uno de los pocos purpurados exorcistas. Simoni fue arrestado en 1963 por el régimen comunista de Enver Hoxha justamente por haber practicado un exorcismo en una mujer y el Papa se conmovió cuando escuchó las torturas que padeció en la cárcel, en su viaje a Tirana. Ayer Simoni reveló algo impactante: "hago entre cuatro y cinco exorcismos al día con el celular". ¿Cómo? "No soy yo el que cura a la gente, es Jesús, yo sólo ayudo", contestó, contando que para ello sólo pronuncia una oración en latín de liberación. Simoni también contó que practicó exorcismos en musulmanes. "Me conocían y me lo pidieron y los sané porque es Jesús el que sana", dijo.
Simoni detalló que, durante sus exorcismos, cuando empieza a rezar, "las personas saltan por el aire".
"Se entiende de inmediato cuando hay una enfermedad psíquica, nerviosa o la presencia de Satanás", aseguró. ¿Tiene miedo el anciano cardenal exorcista durante estos ritos? "No, siempre está la Virgen que me ayuda".
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